En los 70 comenzó lo que la crítica suele llamar como el cine moderno. Fue una evolución inevitable que se da en cualquier arte. Ahora uno de los subgéneros que surgió por este periodo fue el poliziesco italiano, que como el polar francés antes, son subgéneros que derivan del cine negro norteamericano, aunque con formas diferentes.

El poliziesco se caracteriza por una violencia muy explícita, personajes completamente ambiguos, un ritmo frenético y en general escenas de acción bastante gráficas.
Las temáticas suelen ser de índole mafioso, criminal o de política y corrupción.

La verdad es que como fanático del film noir, me encantan tanto el polar como el poliziesco, sobre todo porque son muy distintivos.

A diferencia del Spaghetti western, estos subgéneros no han gozado de tanta fama, y recién en los últimos años han comenzado a tener cierta reivindicación tanto por la crítica como por el público.

Toda esta introducción era para decir que pensaba que no iba a encontrar un poliziesco tan bueno después de haber visto la magistral Revolver, Sergio Sollima (1973), o la estupenda trilogía que Fernando Di Leo hizo sobre el tema, destacando sobre todo la extraordinaria Milán, calibre 9, Fernando Di Leo (1972). Pero me equivoqué.
Tony Arzenta tiene todo lo que un buen poliziesco debe ofrecer. Es violenta, muy gráfica, posee un ritmo frenético, hay tiroteos, traiciones, persecuciones, y un final de esos que dejan una sensación de vacío en el espectador.

Para mi, una película fantástica, que dentro del poliziesco, solo la pondría por detrás de la obra maestra de Sollima comentada antes.

Creo que este tipo de pelis podrán gustar a los que disfrutan con el cine de acción, de venganza o violento del estilo de Tarantino.

Considerado por la crítica uno de los mejores cortos de animación de la historia, personalmente creo que es un pedazo de arte cinematográfico realizado en tan solo 7 minutos.

El corto posee un montaje milimétrico, que incluye una sucesión de gags uno tras otro, y todos bien encajados. Mezcla 2 mitades bien diferenciadas, la primera con diálogos hablados a través de una ópera cantada (la del barbero de Sevilla), y la segunda sin diálogos, apoyándose completamente en la imagen (igual que el cine mudo).

El ritmo es frenético, y todo el aspecto técnico está muy bien cuidado, y la verdad, roza la perfección en lo que es la animación.

Una nota anecdótica, pero que creo que sirve también para argumentar lo memorable del Conejo de Sevilla. Como muchos, de chico miraba los Looney Tunes, y entre los cientos de cortos que hay, muchas imágenes del presente, sin saber siquiera como se llamaba, o tener conocimientos para poder juzgarlo, se me quedaron grabadas en la memoria, tanto que muchos años después, y viéndolo ahora con otros ojos, todavía las recordaba. Eso si no lo logran las verdaderas obras de arte, no se que lo logre entonces.
Una obra maestra no solo de la animación, sino del cine en general, y uno de los cortos imprescindibles de ese genio que fue Chuck Jones.

Creo que siempre el cine de animación fue ninguneado e ignorado por la crítica, y en cierto modo también por el público, siempre dejándolo en un segundo o tercer plano, apuntando que solo era contenido para niños.
Por suerte en el siglo XXI, gracias a las películas de Pixar o de animación japonesa que tocaban temas más adultos, cada vez menos se menosprecia al cine de animación.
Sin embargo esto no quita que incluso a la llamada época dorada de animación estadounidense, hoy en día se la vea como algo muy lejano y sin el reconocimiento que merece.

Esta introducción es solo para decir que me sorprende mucho las pocas votaciones que tienen la gran mayoría de cortos de animación de la época clásica, incluso los más populares con suerte llegan a 2000 votos.
Creo que esto se debe en parte a lo que comentaba al principio, al constante ninguneo que se hace del cine de animación como un simple entretenimiento para niños, despreciando así el tremendo trabajo que conlleva para los animadores hacer cualquier película de esta forma.

Pasando al corto en cuestión, el cual es considerado por muchos el mejor en el que participó el personaje de Droopy (estuvo seleccionado en el libro The 50 Greatest Cartoons: As Selected by 1,000 Animation Professionals en 1994), este es básicamente, una versión mejorada y ampliada del primer corto donde estuvo el personaje, llamado El sabueso tonto, Tex Avery (1943), el cual también es recomendable ver.
El presente film es una sucesión constante de gags, cada vez más extremos y variados. Lo mejor de la cinta es el ritmo, ya que en tan solo 8 minutos pasan muchas situaciones, cada una más graciosa que la anterior.
Para destacar sobre todo la escena del cine (donde el mismo Droopy hace un cameo en su propio corto) y la del cirujano plástico que le cambia el rostro al lobo.

Es una pena que después de todo lo dicho, la mía sea apenas la primer crítica de este extraordinario corto animado, ojalá que por lo menos más gente se anime a verlo.

Es increíble la cantidad de joyas que se pueden encontrar en la década del 60 y 70 dentro del cine de género. Uno de los países que más aportó, está claro que fue Italia.

La víctima designada, si bien está etiquetada como un giallo, tiene muy poco de este, es mucho más un thriller a la italiana, pero ni siquiera es un poliziesco, por lo que la verdad es toda una rareza.

La película se inspira en Extraños en un tren de Hitchcock, teniendo la misma historia, y el mismo desarrollo, cambiando solo algunos matices, como que el protagonista principal no es un tenista, sino un accionista que quiere vender todo, dejar a su esposa y largarse con su amante a Venezuela.
Como curiosidad, en los 70 Venezuela era probablemente el país más rico de América latina, gozando de mucha prosperidad económica.

Volviendo al film, hay otros detalles interesantes, como que es más explícito la homosexualidad del asesino (aunque no por eso deja de ser sutil), y lo más diferente, es el final, el cual básicamente es un giro de 180 grados a la peli del Maestro del suspenso.

Las actuaciones son todas correctas, y el guion funciona, además de tener un montaje dinámico, que hace que la cinta sea clara y posea un buen ritmo.
Por otra parte la banda sonora también es destacable, hay que reconocer que en la mayoría de películas de género italianas de esa época, las bandas sonoras eran todas de aceptables para arriba.

Sinceramente cuesta no comparar ambas cintas, ya que podría decirse que la presente es un remake, y en este caso es casi imposible competir con una obra maestra.
Me parece que le hubiera venido bien a la película apartarse más de la historia original, y quizás zambullirse de lleno en el giallo, o terminar pasando al poliziesco, para tener mayor personalidad.
De todas formas, es un buen film, y una joyita que vale la pena para los que les guste el thriller.

Por último decir que un par de años antes de Venecia rojo shocking (Don't Look Now, Nicolas Roeg, 1973) ya otra película mostraba a la ciudad de Venecia como protagonista.

Hablar de Toy Story, es hacerlo de hasta esta película, de una de las mejores trilogías de la historia del cine en general.
Con esto presente, resultaba casi imposible imaginar que una cuarta entrega era necesaria, o que más aún, que pudiera equiparar la calidad de sus antecesoras, más teniendo en cuenta que la tercera entrega, tiene 2 cierres muy emotivos y prácticamente insuperables.

Pero Pixar cuando tiene ganas, es de las mejores productoras en desarrollar historias, y otra vez lo demuestra con esta cuarta entrega, que al menos para mi, está a la misma altura que las 3 anteriores.

Una trama que puede parecer sencilla en apariencia, pero que si miras más allá de lo superficial, es muy compleja, ya que habla de muchos valores relevantes, tales como la moral, la lealtad, la amistad, la discriminación etcétera.
Lo mejor es que la forma de expresar todos estos ideales, es a través del ingenio, la comedia, y un entretenimiento sano, que en ningún momento parece forzado.

Quizás con la excepción de Woody, es cierto que se le quita protagonismo (comparando con las entregas anteriores) al resto de los personajes principales, sin embargo las nuevas incorporaciones al elenco son muy carismáticas, y complementan la historia de forma genial, logrando que en ningún momento nos parezcan prescindibles.

La expansión del universo de los juguetes, con respecto a los ambientes que muestra la cinta, y formando esa frase que se plantea en cierto momento, donde se dice que el mundo es muy grande, y que está lleno de niños, no hace más que dejarnos ver más aún el desarrollo de todos los juguetes, y entendiendo como piensan, llegando a comprender a cada uno.

El final si bien no es tan emotivo como el de la tercera entrega, está muy bien logrado, y da un broche perfecto a sin ninguna duda, la mejor saga de animación de la historia, y también a una de las mejores sagas del cine en general.
Es una despedida más que satisfactoria a unos personajes, que nos acompañaron durante casi 25 años, y que en lo personal, fueron para mi desde muy chico, eso que a uno luego lo haría amar el cine.