He visto muchas malas criticas a esta serie. No lo entiendo la verdad, pero no soy ningún experto en cine, ni siquiera un entendido. Este es mi primer post, y me he decidido a escribirlo, porque hay algo en esta serie que me ha cautivado.

Puede que esto tenga que ver con la forma en la que la vi. Me llevó tres semanas y le dediqué mi tiempo entre comidas y cenas (me estoy quitando de la TV), antes de dormir, y dejando capítulos a medias. Si ya la serie no mantiene muy bien ni la intriga ni el tiempo, yo los rompí por completo. Pero de esta tranquilidad y apaciguamiento, saqué algo bueno que me ha desvelado cosas que de otra forma me hubiesen pasado inadvertidas, o que simplemente no hubiese dedicado el tiempo suficiente para pensar en ellas.

Creo que a aquellas personas a las que que no le ha gustado la serie, es porque se han perdido en la búsqueda del asesino de Axel. No sé si el objetivo del guionista y/o del director este. De serlo, fallaron estrepitosamente, estoy de acuerdo. Pero yo personalmente, se lo agradezco. Esto me ha permitido fijarme en los personajes, en las relaciones y conversaciones entre ellos, en sus aprendizajes de la vida, y me ha hecho reflexionar profundamente sobre la mía propia.

No sé si algún día se recordará esta serie por algo en particular, sea fotografía, música o interpretación. A mí desde luego me ha marcado. Y no, no me averguenzo de decirlo.

Espero que si alguien lee estas líneas antes de ver la serie, se decida a verla. Dale su tiempo, olvídate de Axel, y céntrate en lo importante: disfrutar el camino.

No sólo se trata de una crítica social. Lo mejor de esta mini serie es encontrarse retratado en el ciudadano de a pié, reconocerse como uno más del montón y aportar tu granito de arena a la locura mediática que surge detrás de la pantalla. Una crítica individual que ahonda en lo más profundo del espectador, nos abofetea sin piedad y nos hace recapacitar sobre nuestra moralidad y ética.