Ver una película cuyo protagonista es Daniel Day-Lewis, es ir sobre seguro, pues sabes que como mínimo te despertará emociones. Y es que este actor es único creando personajes, a los que le da ese toque personal que nadie más sabe darle.
Cautivadora historia de amor como las que ya no quedan, inspirada en la América colonial, posee una banda sonora tan increíble que si el film no tuviera mas argumentos ( que los tiene ) merecería verse solo por ello.
Totalmente recomendable, no se la pierdan.

"El padrino" es al cine, lo que La Mona Lisa es a la pintura, lo que El Coliseo de Roma a la arquitectura monumental, es la Capilla Sixtina del Vaticano, en definitiva, es puro arte.

Desde que tengo uso de razón me ha gustado el cine, ha sido mi compañero durante muchas sobremesas en las que veía películas épicas como "Braveheart ", con la que me sentí un salvaje escocés dispuesto a morir por la causa, "Gladiator", con la que de haber podido coger una espada y desafiar a un imperio junto a Russell Crowe lo habría hecho sin vacilar, o como "Troya", que me hizo dudar a que ejercito ofrecer mi espada, al de Aquiles o al de Héctor, y es que el cine se hace para los soñadores. Y así, un sinfín de películas que iba devorando sin importarme el genero, el director, o el elenco que las protagonizara, he ahí la razón por la que la calidad de las películas que han entrado por mis ojos no siempre fue la misma, pues creo que se apreciar una buena película según sus características, aunque no todas las películas consideradas obras maestras me gustan, o todas las que consideramos de mas baja calidad me disgustan. A mi parecer, una buena película es aquella que cuando el espectador la ve, lo tenga tan sumergido que se olvide de todo cuanto tenga a su alrededor en ese momento, en definitiva, que lo entretenga.

Como iba diciendo, devoraba películas sin parar, pero con una característica común en particular, todas eran contemporáneas, seguía las carteleras del momento para ir a las salas de cine a disfrutar de cualquier película que me llamara la atención, o iba a los videoclub en busca de esa película recién estrenada en VHS, y mas adelante en DVD.

Fue un amigo quien me recomendó ver "El Padrino", y me prestó el pack con la trilogía al completo, por educación, las cogí y estuvieron rondando por mi estantería un par de semanas, pues era bastante reacio a ver películas a las que consideraba antiguas, porque creía que me parecerían malas teniendo en cuenta las carencias técnicas en comparación con las películas actuales.
Al final me decidí a verlas, y desde entonces veo películas tanto actuales como películas clásicas, o simplemente antiguas, y doy gracias a Dios por ello, porque no sabia lo que me estaba perdiendo. Podría citar muchísimas películas que he visto después de que "El Padrino" me abrierse los ojos, pero no es mi propósito aburrir a nadie, ni parecer un erudito del séptimo arte citando fechas, directores ó actores sin ningún propósito.

Las interpretaciones de actores consagrados en la actualidad, que no cuando se firmó la cinta, como Al Pacino (Michael Corleone) o Robert Duvall (Tom Hagen), rozan la perfección, e intervenciones de actores no tan conocidos como las de James Caan (Sonny Corleone) y John Cazale (Fredo Corleone) no dejan indiferentes a nadie. Pero si hay una interpretación que sobresale a las demás es la de Marlon Brandon (Don Vito Corleone). Brandon le da tal fuerza y pasión a su papel de villano que te hará amarlo como si de un héroe se tratase.

En definitiva, "El Padrino" es una obra maestra del cine porque engloba todo lo que se espera de una película de su fama, y es que después de verla no creo que a nadie se le oiga la frase de `no era para tanto´.

Véanla amigos, no es solo una película de gansters.

Ya solo me queda decir, enhorabuena Coppola, a sus pies.

Si el verdadero propósito del cine es el entretenimiento, esta película merece ser calificada como muy buena. Con una dirección firme y contundente y una interpretación de Cruise como no nos tiene acostumbrados, el argumento llega a enganchar de tal manera que el espectador no podrá dejar de ver los acontecimientos que van sucediendo.
Si no la ha visto, le urge verla, porque si bien carece de esa magia que hace de una película un clásico que se recordará por los años, pasará usted un rato entretenido, que al fin y al cabo es lo que principalmente se busca a la hora de sentarse a ver una película.