Esta película tiene "sólo" dos puntos bajos. Primero el título, "La culpa" o "El purgatorio" se ajusta mucho más a su argumento. Lo otro su afiche proporcional, es muy simple, para una cinta que no lo es. La casa amarilla es contradictoria a la oscuridad de la luz externa de la imagen e interna de cada uno de sus personajes, que me recordaron un poco al cine de los hermanos Coen y a mucha honra.
Lo demás, es todo "grande" una película "amplia" que no solo se limita al tema religioso. Es sorprendente en sus giros, que aterran, te clavan a la butaca y te dejan mudo. Es por lejos lo mejor de Larrain, que con muy buenas actuaciones, permitirme subrayar a la de Roberto Farías, que hace de Sandokan y que es digno de ser candidato de cualquier premio en su especialidad y muy pocos recursos deja al cine chileno a un gran nivel.
Excelente.

Oscar Moraga