Fresca, sencilla y potente, "La Forma del Agua" se desenvuelve tan dulce como desacomplejada. Magnética por sus diálogos, que bajo un manto de innocencia esconden profundidad y simbolismo, pero sobretodo por lo inefable, verdadero protagonista de la acción. La música, los gestos y las expresiones se unen para guiarnos en esta historia de amor con pinzeladas de historia, humor, intriga y tensión, en un flujo constante de emociones. No hace falta poner palabras a una actuación de Sally Hawkins que sin decir (literalmente) nada lo dice todo. Sorprende por cómo se consigue integrar innocencia y crudeza en el guión, convirtiendo en mundano lo más inverosímil de la ciencia ficción. Pocas películas consiguen que vivamos como real y emotivo lo fantástico y una de ellas es esta cinta de Guillermo del Toro. Dos horas que se hacen cortas por su ritmo y por la agradable tensión que sin duda consigue mantener hasta el final. 9/10.

Por más que quieran reflotar la saga con el reparto y la publicidad, y aún con la idea de ir a ver el previsible blockbuster de aventuras, la película no consigue mantener la atención y en ocasiones resulta incluso lenta. La trama argumental, con la pretensión de gustar a un público familiar, acaba resultando infantiloide y vacía. Johnny Dep consigue algunos momentos còmicos, pero que ni respaldados por la BSO y los efectos especiales habituales en la saga consiguen salvar la película del naufragio. Con suerte los más pequeños pasarán un buen rato.

Quizás la trama, previsible a veces y exagerada en algunos momentos catárticos de drama, queda justificada por un tópico que más allá de la historia que refleja, pretende denunciar la ignorancia interesada y el papel que esta ejerce en muchos aspectos de nuestra sociedad. Will Smith consigue transformarse y demuestra una vez más una habilidad notable para el drama, aunque a nadie se le escapa que el film ejerce de marco para que quede destacada su interpretación.

Parece que en los últimos años en Hollywood se apuesta más por los "valores seguros", como remakes, segundas y terceras partes de sagas taquilleras que la mayoría de veces no aportan nada nuevo. Por ese motivo se agradecen películas cuyo tema y guión pretendan huir de los tópicos y denunciar realidades, a veces ocultas a ojos de muchos de nosotros, recordando también que el cine es, aparte de mero entretenimiento, una potencial herramienta muy poderosa para cambiar nuestra sociedad.

7/10 por su potente mensaje.