Me veo obligado a escribir una crítica dado lo injusto de los palos que, creo, le están cayendo a éste producto de Netflix.

Intento ver vuestro ajusticiamiento de una manera constructiva y con la mente abierta pero me es totalmente imposible. Creo que se están cayendo en unos errores a la hora de emitir el criterio que tienen más que ver con el contexto psicosocial que con la calidad de la serie en sí, a saber:

- " No le llega a la suela a GoT" : Cierto, no es GoT ¿y qué? ¿De verdad queríais otro Juego de Tronos? ¿Juráis que, de ser esto otra intriga política ambientada en un mundo de fantasía medieval, no os chirriaría el que fuese más de lo mismo? Yo no quería otro Juego de Tronos, quería algo distinto y así ha sido. Una Espada y Brujería con elementos originales y un mundo rico en matices y desarrollado de forma no vista antes en una serie de TV. Por mi OK.

- "La trama es liosa y está mal explicada": Cierto que el tema de las tres líneas temporales pueda despistar un poco pero todas ellas están lo suficientemente delimitadas y estancas como para poder seguirlas sin problemas. El Yennefer Origins me resulta tremendamente interesante y le da un arco al personaje muy loable. El "procedimental" de Geralt son aventuras simpáticas sin más pretensión que conocer y encariñarte con el prota, mostrarte el mundo y la idiosincrasia del escenario donde se va a desarrollar el tramón de las siguientes temporadas. El periplo de Ciri es muy desgarrador a veces y, aunque quizás algo expandido de más, sigue siendo la espina dorsal de la historia en ciernes. Que se sucedan en tres timelines distintos ya lo hizo Nolan en Dunkerke y la nominaron a premios. Ahora, de repente ¿es contar mal una historia? Tenemos que mirarnos eso.

- "No se parece a los libros/videojuegos": ¡Y gracias a Dios! No me imagino una primera temporada con Geralt en modo Don Quijote viviendo aventuras episódicas sin arco, ni continuidad, ni guerra de Nilfgaard de fondo sin resultar totalmente falta de interés. Entroncar tres hilos argumentales me parece lo más acertado que podían haber hecho. Le da colorido a la trama y sigue siendo fiel a la historia original. Además, encajar las piezas del puzzle (que, repito, no me parece tan enrevesado) me resulta muy divertido.

- "Está mal hecha" Cierto es que algunos FX puedan chirriar en algunos episodios. En cualquier caso no me mata la intención emocional de la historia. En otros casos me parecen brutales. El capítulo de la estrige es muy digno y las coreografías de luchas son un caramelito. Con la batalla de Sodden me lo pasé pipa.

- "Es aburrida" ¿En serio? No hay capítulo sin escena de acción, persecución, batalla multitudinaria, seres fantásticos, ... mezcla drama, acción y fantasía como le da la real gana y en capítulos como el de la ya mencionada estrige hay incluso mancha de género de terror. ¿A alguien se le ocurre algo más?

En resumen, quizás el peor pecado de The Witcher sea haber nacido el mismo año que el final de una serie generacional como la de Benioff y Weiss, estar a medio camino entre ésta y El Señor de los Anillos sin ser ninguna de las dos y responder a las infladas espectativas de un montón de gente que ha jugado a los videojuegos y/o leído los libros y que no cuentan con la memoria suficiente como para acordarse de que entre los primeros y los segundos tampoco había mucha relación y funcionaban genial de forma independiente.

Soy muy fan de la Serie B y del infracine en general. Siempre me ha parecido un género que realza cualidades de sus creadores que muy difícilmente traslucen las obras/productos de hoy en día, que o poseen presupuestos astronómicos con los que cualquier pericia resulta nada o muy poco laboriosa o tienen mecanismos llanos y minimalistas apoyados más en interpretación y guión, con lo que no se requieren raudales de pasta. Sin embargo la serie B mola porque es un género que intenta hacer blockbusters con presupuestos indies y, claro, es imposible que se tome en serio a sí mismo. Lo "bonito" de la serie B es que deje fluir recursos y cualidades en sus cineastas que no podrían darse en las circunstancias que propician ni las superproducciones ni las obras de autor.

Pues bien, esta peli no propicia ni deja fluir ni hace que reluzca una puta mierda. Mal montaje, mala planificación, ritmo tedioso... ¿guión? pfff, actuaciones hilarantes. Lo único que se salva y de ahí mis estrellitas, son los efectos especiales que por lo menos han tenido la decencia de cebarse hasta el absurdo en el stop-motion, el maquillaje hecho con cecina y las cascadas de ketchup y demás líquidos viscosos. Lo demás es un chiste sin gracia. Abuso de la cámara en primera persona, reacciones estúpidas de los personajes (el prota se pasa media peli quedándose atrapado bajo muebles que se caen)... pero estúpidas de las que no te ríes, de las que aburren. El fallo de racord como modus operandi. En fin, un despropósito que empacha y fatiga a partes iguales. Pero,... eeeh! un momento! Es que es la peli que dio a conocer a Sam Raimi, maestro del séptimo arte, visionario que ha realizado grandes masterpieces del calibre de Rápida y Mortal y archiconocido por mearse y cagarse en el personaje de Peter Parker en la primera trilogía de Spiderman... ¡ojo! un respeto.

En fin, una joyita de film. Si esto tiene más de un 3 es que será que no entiendo del todo el frikismo ochentero... ¿qué le voy a hacer?

Ups, una peli de acción con premios, buenas críticas y nominación oscariana (aunque con el tinglado este que se han montado este año de nominar 800 películas para que la gente vaya al cine, no se cual es nominada porque se lo merece, y cual es nominada como relleno), veamos que nos ofrece Ex-Mrs. Cameron... ejem ejem:

Uuuuuuh, Guy Pearce, no es uno de mis actores favoritos, pero parece que tiene un personaje interesante y habla de su polla como si fuese un robot-cam… no se, todo pinta bien. Vaya, dirección al estilo “soy enfermo de Parkinson y llevo una steady mal calibrada” para imprimirle un sello subjetivo y nervioso a la acción…. Bueno va, soy de los que prefieren mantener un buen plano antes de uno de esos montajes a los que les llaman “arriesgados” pero reconozco que cualquier estilo es bueno si se utiliza con cabeza y sabiduría. Una primera secuencia genial, tensa, bien hecha, aunque con cierta propensión a ser premeditada… de esas que dices “bueno, vale, podría ser mejor pero es un comienzo que promete, ojalá todo vaya "in crescendo" a partir de ahora”.

Siguiente secuencia. Otra desactivación. Uy si, es tensa, y más larga que la anterior, pero mantiene el mismo tono y la misma carga dramática, no hay increscendo que valga.

Siguiente secuencia. Otra secuencia de tensión, otro decorado, personajes adicionales,… pero sigue sin "in crescendo". Los protagonistas hacen lo mismo, no aprenden y dejan entrever su profundidad con cuentagotas.

Siguiente secuencia. Algo de profundidad. Superyanki-guay-oigohardcore-soyantinormas-perobuenagente da pistas de si mismo y juega al basket con un little irakí. Secuencia corta y poco degustable.

Siguiente. Y otra de tensión, distinta mierda con mismo olor. Estoy empezando a aburrirme

Siguiente. Todo apunta a otra de esas de tensión. Tengo resaca y llevo todo el día currando, me voy a echar un ratito.

Me despierto. Siguiente secuencia. Uy, que raro, se parece a la secuencia en la que me quedé dormido hace 20 minutos pero con otra localización y tiempo (es como si entre una y otra solo hubiese habido un fallo de racord temporal)…. Creo que no me he perdido nada.

Siguiente… a ver si lo adivino… otra de tensión… uuuuh, siiii, que pedazo de Óscar se va a llevar esta peli, “es arriesgada, atípica, y maneja al espectador a voluntad para causar en él emociones electrizantes, acción sin edulcorantes” - dirá la crítica. Pero eso solo son 15 minutos del metraje, que se repiten y se repiten y se repiten y se repiten…. Lo siento, soy de los que les mola un guión confeccionado, entretejido, elaborado y con evolución y profundidad, y no la misma pirueta (que, ojo, está bien hecha) puesta en un bucle infinitamente aburrido durante dos horas. El cinco se lo doy porque cualquiera de esas escenas de "tensión" por sí sola funciona de maravilla y demuestran gran calidad y maestría. El problema viene cuando se ponen unas detrás de otra.

Reconozco que la idea de una isla que vaga por un mar de arena existencial con unos habitantes que poseen sus costumbres, su idiosincrasia, sus políticas y sus mitologías propias es sugerente. El estilo es impecable apostando por texturas rugosas en los colores para darle un aspecto milenario, ancestral. El universo creado me parece que maneja conceptos sencillamente acojonantes.

Todo es colorido y sano, incluso cuando hay violencia, que la hay y a veces hiriente, es bella a su manera. Pero la trama, interesante en sus inicios y desarrollo pierde fuelle en los últimos capítulos llegando a un par de capítulos finales que son una supina liada de nabo. Una pena.

La violencia de género en la pareja es un tema del que toda la humanidad ya es consciente, aunque eso no signifique que esté cerca de erradicarse. Por eso son necesarios estos pequeños pasitos más allá. La valentía de Attiya para reencararse con su maltratador, de preguntarle con cierta amabilidad y explicarle con delicadeza y sin acritud la vivencia del infierno que le hizo pasar tiempo atrás es solo equiparable a la valentía del propio maltratador, que se reconoce un monstruo, identifica el daño realizado y supura por cada temblor de su labio y por cada lágrima culpa y arrepentimiento.

Sin embargo se entreabre una puerta que el documental no cruza y que habría sido jodidamente enriquecedor abrir, y es precisamente la forja del maltratador, el génesis, los acontecimientos que hicieron de él un ser sin escrúpulos con una inseguridad apabullante y una falta de mecanismos de comunicación tan grande que lo único que encontró a mano para expresar su miedo fue la puta violencia. Ese es el siguiente pasito para estar más cerca de la erradicación, ahondar más en esa figura, en los cimientos de la ira y el temor.