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Críticas de bugsblack
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
9
15 de diciembre de 2012
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Carta de amor al universo Tolkien.

Ciertamente, me pegué una paliza de las que se recuerdan para ir a ver esta película en alta calidad y para que me ofreciera una experiencia distinta por tres motivos, el primero y más importante, que soy un fan declarado de Tolkien, el segundo, que a pesar de las no pocas críticas al nuevo formato de los 48 FPS me la iba a jugar, y el tercero, que soy un fan de la saga de películas de El Señor de los Anillos.

A pesar de esto, esta nueva entrega generaba en mí sensaciones encontradas, por una parte expectación y unas grandísimas ganas de verla, y por otra parte, un miedo atroz a que no me gustara, pues El Hobbit es una obra a la cuál le tengo mucho cariño y no quería verla despedazada y Peter Jackson es un director al que considero capaz de lo mejor y lo peor.

He mencionado lo de la excursión no en vano, sino para crear una relación de la pesadez y el cansancio con el que llegué allí dispuesto a ver una película de casi tres horas y mis sensaciones finales. Explico esto por las quejas surgidas a raíz de la duración de la película, alegando que sobra metraje, que no se va al grano, que dan muchas vueltas a cosas intrascendentes y que no se puede resumir un libro de 300 páginas en tres películas de más de dos horas.


No puedo estar más en desacuerdo, ni nada me parece más absurdo, que decir que no se pueden hacer tres películas de un libro de 300 páginas, puesto que ni es tan descabellado, tenemos ejemplos de esto, cómo bien podría ser el decálogo de los diez mandamientos de Kieślowski, sin ir más lejos y por citar una gran obra, en la que se resume cada mandamiento en un capítulo de una hora, eso sale a 60 minutos por frase. Ni es tan incoherente tratándose de Tolkien, puesto que creó una mitología entera, un universo rico y redondo en lo que nada falta y todo tiene sentido, lo que precisamente le diferencia y engrandece de otras sagas fantásticas de este tipo, como bien podría ser Harry Potter, por ejemplo. Por eso tampoco entiendo las críticas a que la película da demasiadas vueltas alejándose del tema principal, cuando eso es lo que realmente es Tolkien, un todo detalladísimo en el que no hay grietas y es lo que hace de la Tierra Media un lugar único, valioso y exuberante.



La película en ningún momento se me hizo cansina, ni en la casa de Bilbo, tal vez por mi devoción hacia los enanos, esos seres capaces de levantar cualquier estado de ánimo negativo, ni lenta, sino que más bien todo lo contrario, me pareció un film interesante, rápido, que no se hace largo, intrigante. Así como también noté que la película no rellena por rellenar para lograr hacer tres películas, sino que realmente nos cuenta lo que quiere contar de un modo sincero y no expresamente comercial.

A diferencia de otros, yo me alegro por que no fuera Guillermo del Toro (aunque le agradezco su evidente mano en el diseño de algún que otro personaje) el que dirigiera la película, y sí lo hiciera un Jackson que sin duda está enamorado de este universo, que lo trata con mimo, y que se muestra mucho más maduro a la hora de rodar que en otras ocasiones, aprendiendo que no siempre más planos equivale a mostrar más y mejor. Al contrario, estamos ante un Peter Jackson mucho menos caótico y más ordenado, siendo claro ejemplo de ello las escenas de lucha o las escenas aéreas. Comparándose las escenas aéreas de esta El Hobbit y las de La Comunidad del Anillo, como por ejemplo las del río Alduin antes de llegar a los Argonath, dicha madurez es evidente, no hay tanto caos.



Tuve la sensación de estar en todo momento ante una película de aventuras de las buenas, que no es El Señor de Los Anillos, pero que tampoco lo pretende en ningún momento. Y es que El Hobbit no es El Señor de Los Anillos, no posee ni la esencialidad ni la profundidad, de hecho, el propio Tolkien tuvo que reescribir partes de El Hobbit (siendo lo más sonado el encuentro entre Bilbo y Gollum), para unir ambas historias de un modo más coherente, debido a su evidente diferencia de carácter, y eso es algo que la película logra entender a la perfección, no es una historia tan ‘’grande’’ ni tan ‘’importante’’, es una historia más desenfadada, más alegre y simpática.


A pesar de la multitud de enanos que aparecen y de la evidente semblanza entre sus nombres, jamás dudé de quién era cuál, y eso es gracias a la dotación de importancia desigual, cosa evidente, siendo una tribu de jerarquía piramidal que nos ayuda a no perdernos en ningún momento, sin embargo, todos tienen una gracia y un carisma notables.



No obstante, por carismática tenemos a la estrella de la función, un Bilbo mucho más entrañable, divertido y aventurero de lo que es Frodo, esto no es una crítica al segundo, es simplemente así porque así es como debe ser, puesto que son distintos y la historia a la que se enfrentan es radicalmente diferente. Interpretado por un majestuoso Martin Freeman que se convierte en el amo del cotarro, que ya me encantó como Dr. Watson en la serie Sherlock y del que me alegro haya callado muchas bocas a críticos que se quejaban/burlaban de su ‘’inexperiencia’’ en el mundo cinematográfico. Puesto que, te guste o no la película, lo que es innegable es el gran trabajo que realiza este actor. Dicho esto, también debe destacarse la siempre mágica interpretación de Ian Mckellen como Gandalf el gris.

......... Continúa en mi blog http://jscabayol.blogspot.com @bugsblack
bugsblack
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8
27 de agosto de 2020
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando en 2017 Cristopher Nolan estrenaba ''Dunkerque'', uno en seguida podía notar que su interés en contar la vida de sus protagonistas era prácticamente nulo. Aquel episodio real en que el grueso de los soldados aliados se quedaron encerrados en una playa a merced de los nazis era suficientemente poderoso como para tener que centrarse en los dramas personales.

En esa ocasión, Nolan apostó por dar al espectador un espectáculo audiovisual único, una experiencia sensitiva cercana al terror claustrofóbico, que se alejaba de alguna manera de aquellas historias bélicas de protagonista bien marcado que debe realizar una misión en un mundo hostil. Dunkirk era algo así como la antológica escena inicial de ‘’Salvar al Soldado Ryan’’ (1998, Steven Spielberg) durante 100 minutos. Ahora, con Tenet, Cristopher Nolan nos sorprende diciéndonos que aquel ejercicio de cine sensorial no iba a ser una excepción a la regla.

Porque sí, Tenet huye del vínculo emocional presente en otros trabajos suyos como ‘’El Caballero Oscuro’’, ‘’Interstellar’’ u ‘’Origen’’. Tenet es sin duda su película menos emotiva, pero al mismo tiempo es una obra que engancha durante su metraje y tras él, y lo consigue mediante el ofrecimiento de una experiencia audiovisual nunca antes vista en su forma. Si uno analiza de una manera seca y sin entrar en detalles la historia de la película, el argumento principal podría resumirse en que es una película de espionaje de corte clásico, en la que los protagonistas deben salvar al mundo de un un malo malísimo que no es mucho más complejo que el villano de Misión Imposible 2, película, ahora que me fijo, con la que comparte ciertos detalles de la trama. Curiosamente, ese villano interpretado brillantemente por Kenneth Branagh, es, junto con el personaje de Elizabeth Debicki, quizás el personaje con más profundidad, un ser miserable y posesivo que derrocha cierto carisma. Pero, así y todo, un personaje a años luz de los Joker, Walter Finch, Leonard Shelby y demás nombres ilustres que Nolan nos ha ido regalando a lo largo de toda su carrera.

Me atrevería a decir que los personajes de Tenet no son más que arquetipos, eso sí, muy carismáticos, que sirven de peones para avanzar una historia que tampoco es original en su fondo, pero sí en su forma, que no es sino la verdadera apuesta del director. Quienes busquen torrente de emociones o una conexión con los personajes no van a encontrar en Tenet la respuesta, porque no es lo que busca ofrecer. Aunque esto pueda entenderse como una crítica, no lo es, o al menos no en su totalidad si se parte de la base de que lo que no se encuentra no estaba ahí desde un principio. Es cierto que seguramente el espectador no va a conectar con la historia o los protagonistas, pero, por otro lado sí que va a deleitarse con una serie de secuencias inolvidables en un universo apasionante en el que el tiempo avanza y retrocede sin parar de múltiples formas.


Para leer la crítica completa: https://www.untipoconbata.com/post/cristopher-nolan-tenet-orden-del-caos
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bugsblack
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8
8 de diciembre de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde siempre he preferido la expresión mediante la imagen que por el diálogo, es decir, a pesar de que una frase o diálogo tengan un sentido y fuerza innegables, reconozco nunca me ha arrancado un suspiro tan sincero y emotivo como una secuencia de imágenes bella acompañada normalmente por una deliciosa banda sonora (huelga decir que si todo va junto, pues mejor). Esto es lo que Drive me transmite continuamente con secuencias sobrecogedoras en ocasiones y acompañadas por una hipnotizadora banda sonora de la que es difícil desprenderse después y no volver a escuchar.

En el inicio del largometraje comprendemos ya que estamos ante algo diferente, comenzando con un corto monólogo narrado con voz en off y un encuadre del personaje de espaldas de Ryan Gosling (el protagonista, del que no sabremos el nombre) en el que, lejos de esconder su esencia, nos muestra su alma mediante un escorpión dibujado en su chaqueta. Esto es lo que es él, un animal venenoso solitario que vaga entre mundos sin encontrar un lugar en el que quedarse. Nos encontramos posteriormente con una escena de persecuciones, si puede llamarse así, donde prima la inteligencia y no la espectacularidad, una secuencia muy original, que pone las expectativas al espectador por las nubes, cine en mayúsculas en apenas 10 minutos de metraje.

La película es un homenaje a los clásicos del western en los que los ''cowboys'' se parecen muchísimo a nuestro protagonista. Él es un personaje más por sus sombras que por sus luces, por viajar entre ciudades, por trabajar en ambos lados de la ley. Un aspecto que me parece tremendamente original y perfecto es la máscara que se pone Gosling a la hora de vengarse de Nino (Ron Perlam, Hellboy), la misma que lleva a la hora de doblar a la estrella de cine en un accidente, porque ella nos muestra la verdadera cara del personaje, inexpresiva, impersonal, fría e imperturbable.



Destaca la labor del director Nicolas Winding Refn, con una puesta en escena impecable, regalándonos esas secuencias de las que hablaba y su técnica para mostrar lo que quiere en todo momento, cómo por ejemplo el flequillo que aniña el personaje de Gosling en el momento en que Irene (Carey Mulligan), y su hijo, se suben a su coche por primera vez, haciéndonos saber que tal vez haya encontrado su razón de ser y una posibilidad de encontrar una estabilidad que le proporcione felicidad al personaje, que salga de esa oscuridad que le envuelve. Carey Mulligan es una gran elección para este papel porque su rostro inocente nos facilita creer en un enamoramiento basado más en el afecto que en la tensión sexual.


También me parece necesario hacer un elogio hacia la majestuosa dirección de fotografía que realiza Newton Thomas Sigel, que ilumina plano tras plano a la perfección, ya sea mostrándonos la oscuridad enigmática que ve Irene en nuestro protagonista en un genial plano medio de ella con un espejo detrás en el que se ve su rostro totalmente negro, o expresando la calidez del hogar o la ira tormentosa del protagonista simbolizada con un faro en la playa… Genial.


Sin embargo, no todos son luces en esta producción estrenada en España el 2011, y es que la evolución de la historia en ocasiones se antoja poco creíble o forzada, los personajes parecen tomar las decisiones porque así es como está dictado y no por decisión propia. Esto supone un revés importante a la hora de decidir si estamos ante una película redonda o no. Refn parece consciente de ello y se esfuerza en su labor para darle credibilidad, y consigue disimularlo parcialmente, pero la película sigue acusándolo durante el segundo acto. No obstante, debo reconocer que opening (del que ya he hablado arriba) y final, me parecen ambos espectaculares.

El elenco realiza un trabajo descomunal, empezando por Ryan Gosling, que encarna a su personaje a la perfección y realizando su mejor interpretación hasta la fecha, Carey Mulligan y su ya mencionada aparente inocencia. Las características de los dos son importantísimas a la hora de dibujar la relación entre ambos. El siempre estupendo Bryan Cranston, nuestro querídisimo Walter White en Breaking Bad, encarna al jefe/amigo de Gosling, y sigue demostrando lo polifacético que puede llegar a ser. Por último, Albert Brooks, Oscar Isaac, Ron Perlam y Christina Hendricks, también realizan papeles de altura, no siendo ofuscados en ningún momento por las excelentes interpretaciones de los ya mencionados.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
bugsblack
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9
10 de diciembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de mis películas favoritas desde que alcanzo a recordar. No soy un apasionado de la comedia romántica, pero reconozco que este filme supone una deleitosa experiencia cada vez que lo veo, sorprendiéndome a mí mismo a veces, repitiendo secuencias con una sonrisa de oreja a oreja, y es que es un largometraje en el que no sobra ni falta.

La historia gira en torno a Melvin Udall (Jack Nicholson, al que citaré más tarde), un maniático escritor, que además es un cascarrabias como pocos ha conocido todo buen vecino, que, curiosidades de la vida, tendrá que hacerse cargo del perro de Simon y que a la larga le ablandará el corazón. Además, su relación con Carol Connelly (Helen Hunt), y Simon Bishop (Greg Kinnear), se irá estrechando.

Si bien en la crítica de Drive yo hacía referencia a que una secuencia bien rodada con una música deleitosa me conmueve más que cualquier buen diálogo, debo reconocer que esta película es una de aquellas veces en que surge una excepción que confirma la regla. No hay secuencias visuales imponentes, no hay trucos, únicamente la labor de un director cuya confianza en su guión es tan grande como para parecer olvidarse de rodar en ciertas ocasiones dejando la cámara a un lado y dejar a los actores trabajar.

Mejor… Imposible es una película cuya historia es una elaboradísima ironía de la propia vida y de las vueltas que da, lo mucho que puede cambiarnos el permitir cambios a priori insignificantes y temporales en nuestro día a día, en este caso, el permitir la entrada de un pequeño perro (del que es imposible no enamorarse) en su casa, morada que nadie, excepto el propio Melvin, ha pisado nunca.

Todo evoluciona a partir de ese momento, en el que experimentará un cambio (¿O no?), en su persona, siendo más cercano, más sincero, más abierto, más sociable, pero, al fin y al cabo, él mismo. El perro cambiará su vida, siendo la principal razón de acercarse a ver a Simon, lo que luego provocará el inicio de una fuerte amistad.

Sin embargo, la historia gira alrededor de este posible romance entre Melvin y Carol, la única camarera a la que Melvin permite servirle, a raíz de sus mencionadas manías, que no son pocas. Lejos de ser esto anecdótico, provocará el acercamiento en el que Melvin ayudará a Carol, haciéndolo únicamente para que vuelva a trabajar (menuda dosis de sinceridad), no obstante, esto dinamitará toda la historia y el mundo de ambos.

El guión escrito por el propio Brooks y Mark Andrus (suya fue la idea original) narra a la perfección esta comedia romántica que a mi parecer es más un drama con tintes de comedia, dotándolo de una domesticidad y familiaridad que le proporciona un alma a la película que la acerca muchísimo al espectador, que se cree y siente en todo momento lo que está viendo ya que ve una historia realísima. Esto surge, a través, casi siempre del personaje de Nicholson, que se estanca en un bucle casi infinito en el que tarde o temprano siempre acaba pifiándola.

Aunque si hay algo que enardece la función es el elenco, con un Jack Nicholson estelar, apoteósico, al que galardonaron con un Oscar por este filme y que debía encarnar un personaje expresamente diseñado para él. Se ha dicho que casi no tuvo que actuar, sólo ser él mismo, algo en lo que no estoy de acuerdo viendo otros papeles que a mi juicio encajan más con su carácter de mala leche. A pesar de esto, Helen Hunt no se queda atrás realizando un gran trabajo por el que también fue premiada con la estatuilla dorada, no siendo eclipsada por Nicholson en ningún momento y encarnando a la perfección a la madre soltera sufridora por la salud de un hijo casi siempre enfermo. Finalmente, destacar el trabajo de Greg Kinnear representando al pintor homosexual, dueño del adorable perro (realiza un papelón), que conducirá la historia. Un trío protagonista como pocas veces se ha visto con un nivel descaradamente alto.

Ya para acabar, me gustaría elogiar algo que no sabía hasta que re-visioné la película ayer, y es que la genial banda sonora, que me parece preciosa, estuvo a cargo del famosísimo Hans Zimmer, compositor de obras como Gladiator, The Dark Knight o Piratas del Caribe.

Concluyendo, una de mis películas románticas favoritas, redonda, sólida, emocionante y viva. Que ha envejecido muy bien a raíz de las grandes interpretaciones, su cotidianeidad y su excepcional guión. Sin duda, una de esas películas inolvidables que roban el corazón.

@bugsblack Http://www.bugsblackreflections.tk
bugsblack
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8
7 de diciembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fue allá por el 2007 cuando Rian Johnson (director de Brick, dónde ya trabajó con el protagonista de esta película, Joseph-Gordon Levitt, y director también de algunos capítulos de la maravillosa serie Breaking Bad), cuándo decidió convertir lo que estaba diseñado para un cortometraje en un largometraje. Esta información, lejos de ser anecdótica, es vital, a mi parecer, para entender Looper plenamente, con sus fallos y sus (más) virtudes.

Convertir un cortometraje en un largo es una tarea ardua y complicada, primero, porque alargar un bucle cerrado y definido es ya difícil de por sí, y segundo, porque lo que debe ser retocado es el nudo de la historia. Esta parte del metraje puede hacer perder interés en el espectador hacia producciones con grandes inicios / finales. A mí me ha pasado por ejemplo, por citar un ejemplo conocido, con Saw, a la que considero que tiene unos más que brillantes 20 minutos finales, pero a la que sin embargo le sobra casi todo lo demás (sin hablar de las otras 300.000 entregas posteriores).




Sin embargo, Rian Johnson ha hecho un gran trabajo, pues el espectador no pierde el interés por Looper en ningún momento, siendo la clave de esto la constante evolución dramática de los personajes, convirtiendo el filme en más que una película de ciencia ficción que parte de una premisa interesante y novedosa pero que se queda ahí (como sucedió con In Time, de Andrew Niccol), haciendo de él algo más redondo, algo de lo que parece no sobrar nada. La genial idea no es protagonista, los personajes lo son (cómo debería ser siempre, pues son nuestro punto de coloque en la historia).



Esta tarea, por otra parte, de narrar con absoluta exquisitez dicha evolución de acuerdo con las situaciones de cada momento, provoca la dejadez del realizador en otros aspectos del guión, en ocasiones dando la sensación de presentarnos algo por absoluta obligatoriedad y no por voluntad , (SPOILER) como el asunto de la telequinesis, la cuál nos es presentada de un modo un tanto pobre teniendo en cuenta la capitalidad que obtendrá más tarde, (FIN SPOILER) o en otras dejándonos cierta sensación de contradicción en la historia, siendo el gran fallo de Looper, (SPOILER) su final y monólogo interior de Joseph Gordon Levitt, sobre el que volveremos más adelante, dónde dicha sensación es enorme al pensar en la película en general y será lo que, en mi caso, más la lastrará a la hora de valorarla.(FIN SPOILER)



Volviendo sobre el diseño de los personajes, también hay cierta irreguralidad en los no protagónicos, siendo un gran acierto, el interpretado por Paul Dano y Frank Brennan (encarnando al mismo personaje en edades distintas),a pesar de ser una mera presentación de las consecuencias de no acabar el bucle (matarse a sí mismo), y no siéndolo tanto, el llamado Kid Blue (Noah Segan), (SPOILER) que es el contrapunto humorístico y paródico de la historia, patoso e inútil al que sin embargo se le perdonan todos sus errores de un modo inexplicable por Jeff Daniels (que encarna al líder mafioso actual de este tiempo, siendo un enviado del futuro) teniendo en cuenta la crudeza con que tratan a otros personajes. Una idea genial habría sido unirlos como un mismo personaje, a mí parecer, cómo cliffchanger renovador.(FIN SPOILER)

Todo esto, cómo he dicho, no son más que detalles que empañan el resultado final de una genial película de ciencia ficción muy por encima de la media y cuyas dificultades de producción (20 millones de dólares cuándo se invierten cientos en películas como Desafío Total (2012)) elevan todavía más su categoría. Puede que no sea una obra maestra, pero sí es una producción muy notable.




La narración con voz en off del personaje de Joe (Gordon-Levitt/Willis), es necesaria no sólo para situarnos en el mundo y el tiempo en el que ocurre la historia, sino que sirve también para presentarnos al personaje, para situarnos en su cabeza, puesto que es allí (aunque en diferentes tiempos), donde ocurre toda la función. Se nos presenta como un personaje sin escrúpulos, contundente, sin miedo a nada y con un plan maquinado hasta el mínimo detalle que empezará, él mismo lo asume, cuando se mate a sí mismo.

El elenco añade un punto a favor a Looper, siendo Joseph Gordon-Levitt el que destaca por encima de todos los demás. El primer plano en el que aparece con unos auriculares parece sacado de la vida que llevó mientras preparaba al personaje, pues estudió tanto a Bruce Wills (sus gestos, sus muecas y su voz) que, a pesar de su evidente diferencia física (no se parecen en nada), nos creamos que realmente sí es él dentro de treinta años, o con treinta años menos, según como se mire. El doblaje le quita valor artístico a su papel, ya que también imitó su voz, y además, siendo un asesino, el hecho de que sea el mismo doblador que Dexter no ayuda.



El Rian Johnson realizador, se diferencia mucho del guionista, optando por la espectacularidad en la manera en que rueda la película y no por la profundidad de los personajes, siendo buen ejemplo de ello, el momento del travelling paralelo a la caída de Joe desde su piso hasta encima de un coche, o los momentos telequinéticos.

En conclusión, una más que buena película de ciencia ficción, empañada por ciertos aspectos que le quitan coherencia al largometraje, pero que sin embargo no son tan importantes como para restarle interés a la producción. Must see.

@bugsblack. http://jscabayol.blogspot.com
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