La vi anoche en V.O. para escuchar las voces originales, y evaluar así los sentimientos de los personajes. Un fiasco.
No se bien todavía si era una historia épica, un drama familiar, una historia de amor, una película de gigantes de pedra que parecían Transformers... Pero me dejó con la sensación de que nada tenía fuerza, salvo la imagen. Muchos y buenos efectos. Dejando todo el protagonismo a un Noé que no era ni bueno ni malo, ni las dos cosas. Ah! Y me encantó como todos envejecían, o crecían... ¡¡Menos la esposa de Noé!! Esa mujer -Jennifer Connelly- sin una arruga, sin una cana... Tan lozana cuando tenía a Jafet bebé, como al finalizar la película abrazando a un Noé anciano.
En definitiva, un pastiche efectista para pasar el rato...

Sólo la pasión consigue mover el mundo. Y sólo hay pasión en los seres vivos. Cuando todo parece en calma, n recluís o lo trastoca... Y en este caso me quedo con la frase del hombre que atraviesa Estados Unidos en un cortacésped: "¿estoy muerto?... No!! Pues iré a ver a mi hermano!!"
Bien contada, sin perderse en lo obvio, y emocionando hasta la última fibra.

Una comedia de lo que nos pasa a todos... es decir de la vida. Con tintes de risa y con momentos de llanto. La superficialidad que nos ocupa la mayoría de nuestro tiempo, frente a lo auténtico... esa madre que ha estado siempre, aunque nunca ha querido presumir de hijo. Y ese hijo que vuelto en padre, se asusta frente a unos adolescentes... que no son de lo peor.
Y la toma de decisiones. Eso que nos cuesta tanto. De eso va la comedia-tragedia de Pedro Barbero. De lo que hay antes y después de una decisión que procrastinamos para evitar el dolor.
Vivir es reír y sufrir. Lo que propone la película es que la dosis... depende de cómo nosotros lo tomemos.