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España España · barcelona
Críticas de dovith
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Críticas 97
Críticas ordenadas por utilidad
9
21 de junio de 2014
149 de 173 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando leí que se iba a hacer una serie basada en la película "Fargo" (Hermanos Coen, 1996), película que me entusiasma, recibí la noticia con bastante reticencia; pensé que iba a resultar hinchada, alargada, repleta de subtramas de relleno para poder justificar sus 10 episodios. Aquella historia sobre un hombre tímido casado con la hija de un millonario, que decide contratar a un par de delicuentes para que secuestren a su esposa y con el dinero del rescate montar un negocio, al que luego todo este "plan perfecto" se le escapa de las manos, parecía buena para una película de hora y media, pero ¿da para una serie de 10 episodios de unos 50 minutos cada uno? A medida que se concretaban los detalles de la serie, como por ejemplo que los Hermanos Coen se encontrarían tras la producción o el estupendo elenco de actores con el que iba a contar, mi curiosidad hacia el proyecto comenzó a despertarse. Y el hecho de que el canal FX se encontrara tras la serie también era una cierta garantía de calidad.

Lo más interesante de esta serie es, por un lado, el hecho de que han creado una historia completamente nueva, que se desmarca de la película original; ésta sólo le sirve como fuente para adquirir el tono, el paisaje, el humor negro, la violencia, el carácter de los personajes, la esencia. Y, por otro lado, algo que sólo una serie puede conseguir: han cogido una personajes y una trama que rezuma Hermanos Coen por todos sus poros y han sido capaces, con las casi 10 horas de duración de la serie completa, de desarrollar con tiempo a los personajes, de adentrarnos en una trama completamente apasionante, de manera lenta, elegante, fría y aséptica como el paisaje nevado que sirve de escenario de esta compleja historia.

Está claro que uno de los grandes atractivos de la serie es su elenco, un grupo de actores y actrices totalmente ajustado y preciso. Comenzando por Martin Freeman (nuestro Watson favorito en la serie británica "Sherlock") cuyo aspecto de tipo normal, de vecino de la casa de al lado, del que nadie sospecharía nunca nada, resulta perfecto para el papel de Lester Nygaard (fijémonos cómo su nombre recuerda vagamente al de Jerry Lundegaard, el pardillo que en la película de 1996 decidía montar el secuestro de su esposa para cobrar él mismo el rescate, que en esa ocasión fue interpretado por William H. Macy, ahora trinfando con la versión americana de "Shameless"). Este personaje es tremendamente interesante, porque es de esos tipos normales, por los que nadie daría un duro por conocer su historia, un perdedor en el sentido más estricto de la palabra, pero que a la vez tiene una vida interior y una mente retorcida que harían temblar a cualquier psicópata.

Si Martin Freeman lo borda como Lester, el plato fuerte nos viene servido por Billy Bob Thorton que interpreta al inquietante asesino Lorne Malvo. Este actor tiene cara de película de los Coen, de hecho ha trabajado con ellos en dos ocasiones "El hombre que nunca estuvo allí" y "Crueldad intolerable". Malvo es un tipo con un respeto cero hacia la vida humana. Puede matar a alguien con la misma indiferencia con la que aplastamos una mosca contra el cristal. Con ese flequillito un poco friky, esas facciones marcadas y esa mirada entre indiferente y peligrosa, este villano está a la altura de Anton Chigurh, aquel ser horrible de la película "No es país para viejos" (también de los Coen), interpretado por Javier Bardem, que mataba a sus víctimas con una pistola de aire comprimido.

No hay que dejar de mencionar al resto del cast. El sorprendente descubrimiento de la actriz Allison Tolman, que interpreta a la Agente Molly Solverson (una vez más su apellido recuerda considerablemente al personaje análogo que interpretó Frances McDormand en la película de 1996, que se llamaba Marge Gunderson), Tolman interpreta a la Agente Solverson con una naturalidad y un encanto innatos, que poco tienen que envidiarle al que lució McDormand en la citada película. Tenemos a Keith Carradine interpretando al padre de Molly, al ya mencionado Colin Hanks, a Kate Walsh (haciendo muestra una vez más de su genuina vis cómica que ya nos mostró tanto en "Grey's Anatomy" como en su spin-off "Private Practice"), interpretando a la viuda de Sam Hess, entre otros.

Una sensación de que cualquier cosa puede suceder recorre toda la serie de principio a fin, algo también muy propio de las historias de los Coen. Parece que nadie está a salvo, que cualquier personaje puede ser asesinado en cualquier momento, nadie es intocable y eso te hace que la sigas con una gran inquietud. Todo ello nos es servido con un sólido ritmo pausado, para que vayamos observando cómo se van a ir sucediendo los acontecimientos, como si observáramos un accidente de coche a cámara lenta. "Fargo" hace gala de un oscuro y perverso sentido del humor, haciendo que percibamos muchas de las muertes que presenciamos como cómicas o absurdas. A nivel técnico, la serie es impecable. Esas imágenes captadas con un gran angular para que apreciemos la gran desolación del nevado paisaje de Minnesota. Esas vistas de pájaro donde vemos persecuciones de coches como pequeñas hormigas corriendo sobre azúcar vertido. Y como lazo, la maravillosa música de Jeff Russo, que a golpe de violín, nos ofrece una de las melodías más hermosas que he escuchado en una serie de televisión. La serie fue concebida como un producto de 10 episodios y ha sido brillantemente cerrada con su episodio final emitido el pasado martes 17 de junio en USA. Pero las buenas críticas cosechadas pueden garantizarle una segunda temporada, que aún no ha sido confirmada. Si eso es así, probablemente tengamos que esperar un cast totalmente nuevo, muy al estilo de lo que va a hacer la HBO con "True Detective".
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dovith
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8
17 de noviembre de 2014
102 de 107 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace un par de semanas la cadena privada HBO volvió a hacer gala de la enorme calidad de sus producciones con el estreno de una mini-serie llamada "Olive Kitteridge", basada en la novela homónima de Elisabeth Strout. La mini-serie consta de cuatro episodios, que fueron emitidos en dos tandas, por lo que uno podía hacer con ella lo mismo que con lo que los yanquis llaman un page-turner (una de esas novelas que uno no puede dejar de leer) y verla prácticamente de un tirón para disfrutar de sus maravillosas interpretaciones, de su estupenda música y ver cómo poco a poco una tristeza va agrandando los surcos en la piel de sus protagonistas, emsombreciendo sus miradas, palideciendo sus rostros. Una historia que resulta tan buena por lo que cuenta, como por lo que intenta ocultar.

Así observamos atentamente 25 años en la vida del disfuncional matrimonio Kitteridge, Olive (una profesora de matemáticas taciturna, malhumorada, intratable, intransigente, crítica, cero empática y cero cariñosa con los que la rodean, una mujer difiícil cuyos actos no siempre se corresponden con sus sentimientos, una mujer que se atreve a decir lo que muchos callan por cobardía; vamos, la madre que todos querríamos tener...) y Henry (un farmácéutico de buen corazón, paciente, que intenta ayudar a todas aquellas personas que se cruzan por su camino en un momento bajo de sus vidas y eso saca a Olive de sus casillas; un auténtico bonachón...). Olive y Henry se detestan y se quieren a partes iguales, conocen todos los recovecos de su relación, sus defectos, sus virtudes, sus secretos, mejor incluso que nosotros como atentos espectadores, pero aún así permanecen el uno junto al otro hasta el final, es uno de esos matrimonios de los de antes, para los que la frase "hasta que la muerte los separe" significaba alguna cosa, que no tiraban la toalla por la primera desaveniencia, por una discusión acalorada, ni siquiera por un desliz. Ver cómo, aunque no se lo digan nunca, estos dos se quieren y se necesitan resulta realmente conmovedor y emocionante.

Ni hace falta decir que la pareja de actores protagonistas es maravillosa, una apuesta segura en mi quiniela de los próximos Golden Globes, cuyas nominaciones se harán públicas el próximo 11 de diciembre. Por un lado, tenemos a la infalible Frances McDormand (que interpreta a Olive), merecidísima ganadora de un Oscar por su estupendo papel en "Fargo". McDormand es de esas actrices a las que parece no asustar el devenir de los años, que no tienen la necesidad de ocultar el inexorable paso del tiempo a golpe de bisturí y que aprovechan las huellas de la madurez que el tiempo ha dejado en su rostro, para dotar a sus personajes de una profundidad que el bótox esteriliza y anula en rostros de otras actrices de su edad. Además McDormand dispone en este caso de casi 240 minutos de metraje para desarrollar un personaje tan complejo como el de Olive Kitteridge, algo que en una película de 90 minutos sería prácticamente imposible. Así podemos entender perfectamente la depresión por la que está pasando el personaje (que como ella misma explica en un momento de la trama, el gen depresivo circula por los genes de su familia, por lo que es algo con lo que tarde o temprano ella y todos sus vástagos tendrán que lidiar). Podemos entender su cinismo ante todo, su triste mirada, el no obvio pero incondicional amor que siente hacia su marido, aunque parezca que nunca se lo tome en serio.

Y luego tenemos a Richard Jenkins, otro monstruo de la actuación que convierte en oro interpretativo todo lo que toca. Jenkins llena a Henry con una bondad y una generosidad genuinas. Nos creemos totalmente cómo Henry quiere ayudar a las personas desvalidas, como a Denise Thibodeau, que pierde a su prometido en un accidente de caza, y de la que Henry se "enamora", se enamora de su dulzura, de su inocencia, su vulnerabilidad, es todo lo que Olive no es, Denise le hace sentirse necesitado. Olive obviamente se da cuenta de todo, y cruelmente la llama "ratoncillo" sólo para demostrarle a Henry lo ridículo que ella le ve, yendo detrás de una chica a la que le dobla la edad. Henry es un personaje que despierta ternura. Quizás durante la película uno siente que Olive no le está dando el tipo de vida que se merece, pero durante el final de sus días, nos damos cuenta de que es la única persona que realmente está ahí incondicionalmente para él, ni su estimado hijo está ahí en los momentos más difíciles.

La mini-serie es una soberbio estudio sobre la depresión, las enfermedades mentales, el inexorable paso del tiempo y el suicidio. Sobre su honesto personaje protagonista, cuyas contradicciones resultan fascinantes y que harán que no podamos apartar la mirada de su curtido rostro.
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dovith
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8
15 de marzo de 2013
63 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
1) Su inquietante y perturbadora intro.
2) Jessica Lange (Hermana Jude), cantando, bailando, gritando, llorando, siendo sádica..., da igual, a esta mujer lo que le echen...
3) El resto del elenco, con especial mención de: Sarah Paulson (como la reportera Lana Winters, o “Lana Banana”, como la llama la Hermana Jude) y Lily Rabe (como la endemoniada Hermana Mary Eunice). Y podría seguir con todos los secundarios.
4) La canción “Dominique”. Por las noches aún me levanto sudoroso escuchándola...
5) El ambiente sesentero reflejado en la música, el vestuario...
6) La sórdida atmósfera de la institución mental Briarcliff.
7) Que supera, en mi opinión, con creces a la primera temporada.
8) Como nos brinda un sinfín de guiños a nuestras películas de terror preferidas.
9) Frases como: “ Lástima que tu ambición sea mayor que tu talento” o “Si miras al Mal a la cara, el Mal te devolverá la mirada...”
10) Que recuperemos la confianza en Ryan Murphy como creador de series, perdida desde que terminó “Nip/Tuck”.
dovith
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8
6 de octubre de 2014
45 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de todo quiero advertir que esta review post es fruto del subidón post-visualización-compulsiva-de-su-primera-temporada y que, como sucede tras haber conocido a alguien que te gusta mucho un fin de semana, quizás cuando me baje el azúcar, la bilirrubina, la euforia o lo que sea, mi opinión pueda cambiar un poquillo... "Transparent" es una serie especial, sincera, conmovedora, divertida, ocurrente, que explora lo difícil que es ser transparente sobre lo que uno verdaderamente es. Una serie con unos personajes reales, con más defectos que virtudes, pero con los que fácilmente te puedes sentir identificado; con unos diálogos ingeniosos, vivos, rápidos; con unas interpretaciones (todas) que merecen claramente todo tipo de premios; con muchos secretos, y donde hay secretos hay drama y eso le da mucho potencial; y sobre todo con un tono triste, alicaído, melancólico, acentuado por su fantástica música, que hace que su humor sea todavía mucho más inteligente y mucho más oportuno, una sensación parecida a la que uno puede sentir al irse a una habitación escondida para reírse durante un funeral. Para mí es como una mezcla entre una peli de Woody Allen y una del festival de Sundance.
El piloto nos presenta a los tres hermanos Pfefferman: Sarah (Amy Landecker), la mayor, una mujer "felizmente" casada y con tres hijos, que es en realidad una lesbiana en el armario, que mantiene esporádicas relaciones sexuales con una mujer abiertamente lesbiana que lleva a su hija a la misma escuela primaria a la que asisten los suyos. Josh (Jay Duplass), un cazatalentos de la música, adicto al amor, es un enamorado en serie, cada chica con la que se acuesta cree que es el gran amor de su vida y que tienen que casarse y formar una gran familia judía. El comportamiento de Josh es fruto de un "trauma" de infancia relacionado con su niñera (Rita), que no desvelaré para evitar spoilers... Y, finalmente, tenemos a Ali (Gaby Hoffman, o la actriz que nunca se hizo las cejas..., vista la temporada pasada en "Girls" interpretando a la peculiar hermana de Adam, el novio de Hannah, y en el cine vista cuando sólo era una niña sin tantas cejas en "Algo para recordar", interpretando a una de las hijas de un viudo que no puede conciliar el sueño, llamado Tom Hanks). Ali es una chica muy poco femenina sin oficio ni beneficio, que sigue viviendo de los cheques que le extiende su padre. La relación de hermanos de estos tres derrocha autenticidad por todos los píxeles de la pantalla. Se odian, se quieren, se gritan, se reconcilian, pero todo huele a verdad. Estos tres particulares hermanos reciben una llamada de su padre pidiéndoles que vengan a cenar, que tiene algo importante que decirles. Todos asumen inmediatemente que quiere informarles de que le han diagnosticado un cáncer...

La cena acaba transcurriendo sin que el pobre Mort Pfefferman (interpretado por un descomunal Jeffrey Tambor de la serie "Arrested Development") pueda contarles cuál es su verdadero problema, puesto que sus egocéntricos hijos no paran de hablar e interrumpirle cada vez que quiere contarles su gran secreto. Como dice el propio Mort en una escena "No sé cómo crié a tres personas que no pueden ver más allá de sí mismos". Mort, divorciado de Shelley (Judith Light, que a mí ya me encantaba en "Ugly Betty", que graciosa es esta mujer...), está pasando por un significativo momento de transición en su vida, quiere comenzar a salir a la calle vestido de mujer y responder al nombre de Maura y así sacar a pasear a la mujer fuerte que todos llevamos dentro. Maura ama a su ex-esposa, y sigue sintiéndose atraída por mujeres, simplemente quiere ser tratada por lo que realmente siente que es, quiere ser por fin, cuando está entrando de lleno en la madurez, transparente para todo el mundo, dejar de ocultar quien realmente es... A partir de ese momento es como si en la serie "Brothers and Sisters" (Cinco hermanos) Sally Field hubiera reunido a todos sus molestos hijos y les hubiera dicho que en realidad siente que es un hombre. Maravillosa es la frase en la que su hija mayor, tras conocer su verdadero secreto le dice "Ayúdame a entender ¿Así que ahora vas a empezar a disfrazarte de mujer todo el tiempo?" a lo que Maura sobriamente responde "La vida entera he estado disfrazándome... de hombre..."
Aún no hay confirmación de si la serie será renovada o no a una segunda temporada, pero las buenas críticas recibidas por la prensa especializada (Metacritic ha recogido una media de 9,1 sobre 10, una de las notas más altas que he visto en series de TV) podría darle carta blanca para una nueva temporada. Sea cual sea el futuro de la serie, os animo a que os peguéis las pestañas postizas, os pintéis las uñas de color cereza en llamas y que acompañéis a Maura en este fascinante viaje lleno de verdad y ternura.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
dovith
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7
22 de diciembre de 2014
39 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Realidad distópica: una sociedad ficticia indeseable en sí misma, una utopía negativa, donde la realidad transcurre en términos antitéticos a los de una sociedad ideal, representando una sociedad hipotética e indeseable. La mayoría de muestras de distopía surgen en la literatura, el cine y la televisión como muestra de las tendencias actuales extrapoladas en finales apocalípticos. Charlie Brooker ha tomado el tema de las nuevas tecnologías y lo ha llevado al extremo, como han hecho películas como "Fahrenheit 451", "Blade Runner", "Gattaca", "The Matrix", "V de Vendetta", entre otras. Todas ellas han tomado un futuro no demasiado lejano y han llevado los avances tecnológicos sólo un paso más allá, de manera que lo que se nos presenta resulta cercano, posible, y con ello más terrorífico que nunca, dado que lo contemplamos como algo totalmente posible. No hace falta ir a buscar monstruos futuristas capaces de destruir la humanidad, sólo hay que echar una ojeada a otro monstruo que se ha convertido en una parte esencial e indispensable de nuestras vidas: la tecnología. ¿Quien podría vivir hoy en día sin móvil, sin internet, sin un perfil en las redes sociales?

Brooker lo ha vuelto a hacer, ha vuelto a crear una maravilla inquietante, una paranoia tecnológica, nos ha vuelto a mostrar cuál es el verdadero precio del progreso y todo envuelto en un enorme lazo rojo a modo de regalo de navidad.

Este especial navideño nos muestra una Navidad que de blanca y dulce tiene bien poco (el uso de canciones navideñas en escenas duras tiene un efecto perturbante en el espectador). El capitulazo está estructurado en tres partes. En la primera, Matt Trent le narra a Joe Potter una historia que se torció, mientras le cocina un delicioso plato navideño y mientras suena "I Wish It Could Be Christmas Everyday" de fondo en una cabaña perdida en medio de la nada. Matt le cuenta a Joe que hace tiempo fue un dating coach, que ayudaba a conseguir citas a hombres con problemas para ligar y para relacionarse socialmente, enseñando técnicas de seducción. Precisamente, la Navidad es una temporada alta en este tipo de servicio, porque es cuando tienen lugar las habituales cenas de empresa, que son una ocasión indónea para que los poco diestros a la hora de ligar puedan pillar cacho. Matt se comunica con sus clientes a través de una lentilla-Z, que en el futuro todo el mundo tiene implantada en la retina del ojo, y le va comunicando todo lo que necesita saber para triunfar, por ejemplo información de la gente con la que interacciona, dado que hoy en día prácticamente todo el mundo cuelga un montón de información sobre si mismo en diferentes perfiles que tiene on-line. Da miedo ¿verdad?

El papel de manipulador mentirosillo que interpreta Hamm, le va como anillo al dedo. Su seductora voz es perfecta para ser la conciencia de ese loser que quiere pillar cacho para no pasar solo la noche de Navidad. El problema es que su cliente da con una tiparraca rarilla y las cosas se acaban torciendo...

La segunda parte trata otro tema muy perturbador, el de la esclavitud tecnológica. Parecía que la esclavitud había sido abolida ya hace mucho tiempo, pero puede regresar de la mano de las nuevas tecnologías, porque ¿no somos ya esclavos de nuestros móviles, de internet? En este caso se crea una copia idéntica de la conciencia de Greta (Oona Chaplin, también vista en "Game of Thrones" y en la serie "Dates") para convertirla en esclava de la verdadera Greta y hacerle la vida más llevadera y sencilla. La Greta digital será la encargada de llevar una especie de Smart House con todas las comodidades imaginables. Matt es el encargado de adiestrar a la copia de la conciencia de Greta.

Finalmente en la tercera parte, descubrimos por fin la historia de Joe, el verdadero motivo por el que se encuentra en esa misteriosa cabaña celebrando la Navidad con un desconocido. Esta historia habla del final de una relación. Todos los episodios de BM han sido un verdadero estudio anatómico de las relaciones de amistad, de pareja, familiares ..., y de cómo las nuevas tecnologías pueden llegar a complicar todavía más estas relaciones. Es un hecho que muchas relaciones de pareja se han roto por un whassap, por un mail, por un comentario en una foto de facebook. Hoy en día tenemos acceso a pistas de mentiras a las que antes nunca hubiéramos tenido acceso. En este futuro cercano, a través de las lentillas-Z es posible bloquear a una persona como lo hacemos en facebook o whassap. Una vez se pulsa ese botón, se acabó, te conviertes en una masa borrosa de píxeles, en un conjunto de sonidos ininteligibles, una silueta anónima, fin de la conversación. Y el bloqueo no es sólo de la persona, sino también de todas sus fotos. No puedes volver a ver su rostro. El bloqueo sólo termina si la persona fallece, entonces el bloqueo muere con ella. El bloqueo también puede ser usado a modo de condena penitenciaria. En lugar de ser encarcelado de por vida o ser condenado a muerte, es posible ser bloqueado de manera perpetua y para todo el mundo, por lo que puedes tener contacto cero con la humanidad, el peor de los destierros, porque es total e irreversible.

Brooker lo ha vuelto a lograr, ha vuelto a darnos una patada en la entrepierna. Ha conseguido, con una inquietante pero magnífica imaginación, hacernos ver lo que puede pasar de aquí muy poco, si seguimos dejando entrar en nuestras vidas una tecnología que ha llegado tan rápido, que no hemos sido capaces de calibrar las consecuencias de todos los cambios que estos nuevos avances suponen en nuestras vidas.

Esperemos que los experimentos de Brooker no terminen aquí y que esta maravillosa antología sobre el poder y las consecuencias de las nuevas tecnologías sigan ofreciéndonos pequeñas joyas como esta que nos ofreció la semana pasada.
dovith
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