'La noche que aterrorizó a América' expone los procedimientos de un asunto que mantuvo en vilo a millones de estadounidenses a finales de la década de los 30. El cineasta Orson Welles había ideado la realización de una invención fantástica que, sin embargo, la gente lo tomaría como real creando una alarma social. Ésto era la invasión de extraterrestres procedentes de Marte en una pequeña localidad de New Jersey.

En esta proyección (híbrido entre película y documental) se aprecian notablemente los rasgos más importantes que tuvo el famoso engaño de Welles.
En primer lugar, observamos lo fácilmente manipulable que era la sociedad de la época, marcada por la desconfianza y por el temor propio de una nación de entreguerras.
En segundo lugar cabe señalar el que seguramente sea el meollo del filme: la enorme importancia de la radio y su valor comunicativo para informar a la población sobre la actualidad, en este caso el falso suceso alienígena. Un elaborado plan, llevado a cabo adecuadamente, consiguió transmitir una información y manifestar las emociones y los miedos sociales hacia lo desconocido. Ésto nos hace ver la gran capacidad de persuasión y convencimiento que tenía la comunicación radiofónica antaño. Orson Welles logró crear una ilusión en la población. El poder de las palabras es ilimitado y puede crear ideas y sensaciones en la mente más allá de la realidad.

El cine contemporáneo ha encontrado en Quentin Tarantino un gran exponente del reclamo temático y visual de la actualidad.Anteriormente ya se había a conocer con su primera película: Reservoir Dogs (1992). Este antecedente sería influyente en la esencia de Pulp Fiction al tener el mismo estilo y al coincidir varios actores en ambas películas.

Tras escribir el guión en su periplo por Holanda, fue en Los Ángeles donde, tras diversos intentos fallidos, encontró la confianza de una productora que se hiciera cargo de la que, a la postre, sería su obra culmen.
Nos encontramos ante una película de culto cuyo tema principal es el crimen acompañado de grandes dosis de humor oscuro e irónico. Durante toda la proyección observamos una particulariedad que aporta personalidad al filme: la historia está fragmentada en diversos episodios entrelazados que forman un conjunto coherente y eficaz.

Dos gangsters de medio pelo, un boxeador a punto de retirarse, un mafioso de renombre y su mujer drogadicta se mueven, en un ambiente criminal y surrealista, alrrededor de un macguffin (transportado en un maletín) que a todos envuelve e involucra. La grandeza de esta película reside en varios aspectos que el director cuidó minuciosamente. Uno de ellos es el elaborado guión (ganador del Oscar al mejor guión original y del Globo de Oro al mejor guión, en 1994). Tarantino se aventura a introducir diálogos desternillantes y situaciones cómicas que contrastan con la temática de la cinta. También encontramos numerosas citas inolvidables por su carácter mordaz y osado. Todo ello acompañado siempre del habitual lenguaje usado por el cineasta de Tennessee: vulgar, malsonante y descarado.

Otro factor fundamental de la película es la acertadísima banda sonora. Tarantino rebusca en su discoteca hasta encontrar los temas que, a su parecer, encajan en sus escenas. Canciones de décadas atrás como “Misirlou”, “Girl, You'll be a woman soon”, “Son of a preacher man” o “You never can tell” envuelven a la obra de un aroma nolstálgico que, junto a su singular estructurra narrativa y a su poster, rememoran la antigua literatura pulp.

Por último, cabe destacar la gran actuación interpretativa del reparto. Pese a su bajo presupuesto y los bajos salarios, grandes figuras de Hollywood confiaron en el proyecto, dotándolo de calidad y prestigio. Incluso sirvió para que actores como John Travolta potenciaran notablemente su carrera tras años de decadencia.

En definitiva, Pulp Fiction es una obra incuestionable y sin fecha de caducidad. Su brillantez y sus fascinantes imágenes deslumbran nuestros sentidos y nos mantiene con los ojos pegados a la pantalla. “Nunca es la última vez que se ve Pulp Fiction”.