Podría soltar un discurso la mar de pendante y pretencioso hablando de la identidad cultural y de como me parece aberrante que un país con tantísimas películas tan buenas como Rusia ahora empiece a copiar a los Yankees. Podría estar diez mil caracteres rajando de esto mismo, cascarle este tan merecido dos e irme a cenar; pero creo que la película es tan mala que no necesito ni siquiera dármelas de intelectual para suspenderla.

Empezando por lo (único) bueno, los efectos especiales están realmente bien, sin duda alguna es una superproducción. No es así el diseño, el cual es un tanto genérico y soso por muy bien que se vea.
A modo de apreciación personal, los fondos me encantan. Será que S.T.A.L.K.E.R (el videojuego) me enseñó a amar la arquitectura soviética, pero me encantan los planos de la ciudad de Moscú.

La trama nos cuenta la vida de rusa subnormal #1, la cual estaba enrollándose con su novio (ruso subnormal #2) hasta que Chewbacca se pasa de frenada y en vez de aterrizar en Alderaan se estampa contra Moscú, matando a mucha gente de por medio. Todo cambia cuando rusa subnormal #1 se va con sus coleguis a matar aliens como venganza hasta que descubren a uno y las armaduras que utilizan.

Aunque admito que los primeros treinta minutos empiecen de forma pasable (quitando el hecho de que un grupo de adolescentes logren cruzar un cordón de seguridad de máxima vigilancia sin que nadie se dé cuenta), pero a partir de cierto punto el guionista empezó a pasarse con el Vodka y todo se fue a la дерьмо.
No sé ni por donde empezar, pero el número de situaciones sin sentido o simplemente absurdas empiezan a apilarse una encima de la otra hasta el punto de ser cómico. Voy a nombrar unas pocas sin contexto, por lo que dudo que se puedan considerar spoilers:
-En una parte la rusa subnormal #1 va al trabajo de su papi militar y para hablar con él miente diciendo que está embarazada. ¿Y qué hace él? Pues expulsar a TODO EL MUNDO de la oficina para poder hablar a solas con su hija (recordemos, en situación de máxima alerta)
-Cierto personaje se queda sin pareja, por lo que en vez de hablarlo monta una jodida revolución para acabar con todos los alienígenas... porque sí, se levantó con ganas de jugar al HALO pero su consola no tenía pilas.
-¿Os acordáis eso que se decía de "soy hijo del cuerpo" para evitar multas? Pues en Rusia sirve para robar tecnología secreta.

A esto hay que sumarle una inconmensurable cantidad de casualidades la mar de convenientes con las que la trama avanza a marchas forzadas. En vez de que todo fluya de forma natural los guionistas usaron con la historia la técnica secreta de "cuando se te fastidia la lavadora": Darle muchas patadas, que de alguna forma funcionará.

Los personajes sufren el mismo trágico destino, de forma que cada cinco minutos sus personalidades cambian sin razón aparente para ello, y como la historia avanza a la velocidad de Sónic el Erizo es imposible que su desarrollo sea natural. Al final son un grupo de idiotas cuyos conflictos se solucionan en cinco minutos y con personalidades tan inconsistentes que resulta imposible seguirles el ritmo.
Esto también se aplica al romance, el cual se desarrolla en escasos quince minutos y sin que haya razón alguna como para que la chica se enamore del alíen y menos aún viceversa. Es puro relleno y con un par de ajustes en la trama podría haberse quitado sin demasiados problemas (o sin ajustes: De todas formas los personajes iban a actuar de formas estúpidas, por lo que no perdería apenas nada)

En conclusión, este largometraje es un desastre. No es lo peor que he visto en toda mi vida ni mucho menos (puesto que algún día revelaré, pero ya os adelanto que esta cinta es Billy Elliot a su lado), pero sí un trabajo espantoso en todo nivel que no sea el productivo.
Si quieres ver explosiones y efectos especiales ahí tienes Transformers, seguro que tus neuronas te agradecerán el que te ahorres esta experiencia.

Este viernes se estrenó en los cines "El Hilo Invisible", la nueva película de Paul Thomas Anderson. Fui a verla con Javi, mi compañero del blog, ya que él es el que se maneja mejor en estos círculos más "culturetas" de cine y me aseguró que ese director es un genio. Y aunque no voy a desdeñar ni por un segundo la labor de Paul, las sensaciones que me dejó "The Phantom Thread" fueron frías. Pero mejor empecemos por los puntos positivos. La reseña carece de spoilers.

La historia gira alrededor de Reynold Woodcock (Daniel Day-Lewis, cuya magnífica interpretación le hace merecedor del Oscar), un modisto en la Inglaterra de los años cincuenta que en uno de sus viajes descubre a su musa en un café (Alma, pobremente interpretada por Vicky Krieps), a la cual empieza a arrastrar de un lado para otro debido a que sus proporciones le parecen perfectas. Los problemas surgen cuando ella se obsesiona con él y su actitud posesiva choca de lleno con el individualismo y la adicción al trabajo de WoodCock, el cual sigue traumatizado por la pérdida de su madre desde hace años.

Fui a verla por el director, y su trabajo ha sido simplemente sobresaliente. Es un estilo muy sobrio y sencillo, que no llama la atención de su estética o sus planos a pesar de transmitir imágenes hermosas. La fotografía de esta cinta quizás no sea tan resultona como la de, pongamos, Roger Deakins (Blade Runner 2049, Sicario); pero sales del cine y sigue contigo. No te das cuenta de lo bonito de sus planos hasta que te pones a pensar en ellos, y de repente llegas a la conclusión de que ha sido una experiencia visual la mar de agradable. Además, esa humildad y sutileza le sienta muy bien al estilo narrativo, pausado pero no lento. Varias escenas se quedarán para la posteridad.

La banda sonora es un pepino, y africano, que son más grandes. Está compuesto de hermosísimas piezas de piano y violín que transmiten a la perfección el tono de la escena, llegando incluso a hacer de un momento aparentemente alegre como puede ser una fiesta de noche vieja se vea como algo triste e incluso dramático. Y aunque al principio del largometraje Daniel parece no saber lo que es el botón de "off", con el avance del mismo aprende a controlarse y la colocación de la banda sonora mejora notablemente.

Si tuviera que definir con una sola frase "El Hilo Invisible" sería "estudio de personajes". Se nos presenta a dos sujetos opuestos como pueden ser Woodcock y Alma, cuyas personalidades y objetivos chocan en las partes más hondas de su psique. Él la necesita por su trauma, pero a su vez la aborrece por ser impertinente y quererle sólo para ella cuando su pasión es su trabajo. Ella le desea porque le hace sentir especial y única, pero también le desprecia ya que la atracción no es mutua. Este enfrentamiento, mucho más complejo de lo que a primera vista puede parecer, termina con un final sorprendente que logra casar el hilo temático sobre las relaciones tóxicas con una conclusión inesperada. Es raro y hay que entender perfectamente cómo funcionan Alma y Woodcock para pillarlo, pero es un final arriesgado que cierra de forma magnífica este estudio de personajes del que he estado hablando.

Sin embargo, la razón por la que no he podido disfrutar de esta cinta y por la que en mi FilmAffinity le he dado un pobre 5 de "Pasable" es porque los personajes, aunque profundos, no me interesaban lo más mínimo. Toda la sala contemplando de forma embelesada la pantalla, pero yo me sentía frío porque no le encontraba la gracia a las escenas, no me importaban. Con esto no quiero decir que me "aburriese", pero salí del cine con una cara de Poker con la que hubiera ganado mundiales. Estaban bien a todos los niveles, menos en el de carisma: No me parecían atractivos. Que ambos sean terribles personas no es el problemas, a fin de cuentas mi personaje favorito en cualquier medio artístico es una hipócrita y horrible amiga, pero el director nunca llegó a lanzarme un gancho con el que verdaderamente me sintiera, como dicen los ingleses, "invested in the characters".

Obviamente este último párrafo es profundamente personal y subjetivo, y sin duda alguna recomiendo "The Phantom Thread"; pero se me queda la espinita de haber estado frente a un dúo bastante genial y no haberlo disfrutado lo más mínimo.

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"Papeles, por favor" es un videojuego tremendamente gafapasta de Lucas Pope, un flipado que readaptó la fórmula de su ya aclamado "Republia Times" para su nuevo proyecto. En él encarnamos a un guardia fronterizo de la república soviética de Arstozska, que tras muchos años ha reabierto sus puertas, y será nuestro deber que nadie con los documentos inválidos entre en la madre patria.
La gracia llegaba cuando aceptabas el paso a un hombre con un pasaporte en el que fallaba un poco la altura y al día siguiente leías en el periódico que ese mismo tipo había atentado contra una embajada. O cuando una prostituta te pide que dejes fuera al hombre que va a venir después, ya que es su chulo por muy en orden que tenga sus documentos. El videojuego de "Papers, Please" es una obra sobre la moral, que nos pregunta a la cara qué es más importante para nosotros o cual es nuestra escala humana. Y este corto, a mi parecer, lo clava.

Lo más fuerte que trae esta cinta es la labor de Nikita. La escenografía que nos va a acompañar durante los escasos ocho minutos que dura es absolutamente brillante, reforzada por una fotografía prodigiosa que haría envidiar a muchos directores de culto que intentan hacer lo mismo. Y si bien es cierto que el final está desaprovechado y que los montajes me chocan un poco (en buena medida por el negativo contraste que genera con las escenas tensas, pausadas y sin música de Igor hablando con los inmigrantes), cuando se pone buena es MUY buena.
Mención especial al anteriormente mencionado Igor Savochkin: Su interpretación es fabulosa, y tiene un plano en concreto que me hace preguntarme cómo es posible que no le hayan contratado para ninguna superproducción de lo impresionantemente bien que lo hace.

"Papeles, por favor" es un muy buen corto. Es una genial revelación de un director con una proyección de futuro impresionante y un actor principal al que no puedo sino aplaudir. Y aunque creo que podría haber sido mejor, eso no quita que el día en el que el señor Nikita confirme que va a encargarse de un largometraje, voy a dar saltos de emoción. Recomendado.

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He leído muchas críticas bastante tontas en Filmaffinity que se dedican más a resaltar las estupideces que ha cometido esta octava entrega (como si acaso la trilogía original estuviera libre de pecado) que sus notables punto fuertes. Por ello vengo a traer un poco de luz a tanta pedantería acumulada.

La primero que me gustaría destacar es que posiblemente esta sea la película mejor escrita de toda la saga junto con la quinta. Las "casualidades convenientes" que lastraban a la franquicia desde sus orígenes se han eliminado por completo, de forma que la historia fluye de forma muchísimo más natural en vez de a patadas. A esto se le suma una estructura que va saltando entre tres subtramas que ocurren paralelamente con tonos y personajes muy variados, de forma que nunca te cansa con batallitas espaciales o con exposición sobre La Fuerza. En consecuencia, las dos horas y media se pasan volando.
Y aunque tiene fallos de guion (y alguno bastante gordo*), en general puedo decir sin temor a represalias que tienen bastantes menos contradicciones que la media de la franquicia.

Los personajes también son otro punto fuerte de la nueva entrega. Todos los nuevos que han presentado, en especial Rose Tico, están muy bien dimensionados y tienen personalidades fuertes y atractivas (sin llegar a los niveles de Solo, aunque eso sería poner el listón demasiado alto). Además, Rian Johnson consigue profundizar en aquellos miembros del elenco presentados en El Despertar de la Fuerza, dándoles un desarrollo profundo, conflictos y personalidades más atractivas y definidas (destacando a Poe y a Finn, y también diría que Kylo si no fuera por cierto elemento que detallaré al final de esta reseña)
Esto se ve reforzado por actuaciones notables (aunque Daisy Ridley, en el papel de Rei, sigue necesitando clases urgentes de interpretación) y líneas de diálogo bastante más curradas.

Sobra decir que los efectos visuales, sonoros y soundtrack son espectaculares; aunque si algo debo remarcar es que esta posiblemente sea la entrega con mejor Screenplay de la saga. Mirad detalladamente el primer combate de toda la cinta, es todo una clase magistral de como manejar los planos, la tensión y la inclusión de la comedia. Me arrodillo ante las dotes de director de Rian Johnson.

Sin duda es una excelente película, la cinta de evasión perfecta. Sin embargo, y aquí está mi mayor problema con "Los últimos Jedi", es que pudo aspirar a muchísimo más.
Desde el principio de la película se puede notar que algo es diferente, y es la moral de la propia obra. La franquicia siempre ha sido maniquea, dividiendo el mundo entre blancos y negros, pero en este largometraje se lanzaban señales de algo mucho más profundo, de escala de grises. Estos mensajes se amplían conforme van pasando los minutos, adquiriendo mayor relevancia y dando un desarrollo tanto a Rei como a Kylo que daba a pensar que se iba a acabar eso de "luz" y "oscuridad". Mi mente fluía a toda pastilla, apasionado por esa línea tan rompedora que Rian estaba llevando y las inmensas posibilidades en cuanto a desarrollo de personajes y trama a lo que todo eso podía llegar. Todo lleva hasta ESE clímax, esa momento junto antes de la catarsis que rompería con todos los esquemas de Star Wars... y se viene abajo.

No es como si la película decayese, es directamente como si hubiesen cambiado al guionista. De repente reescriben a varios personajes para que empiecen a actuar como unos idiotas sin sentido y aniquilan por completo el desarrollo de los mismos, volviendo a dividir el mundo en blancos y negros contradiciendo así todo lo que nos estaban diciendo los tres primeros cuartos de la cinta. Este último segmento deja de lado el desarrollo de la trama y los personajes para centrarse exclusivamente en una batallita que no aporta nada al componente emocional.
Pasa de ser una revolución a Star Wars VII en cuestión de segundos. Y eso me decepcionó muchísimo.

"Los Últimos Jedi" tenía en sus manos la posibilidad de ser, con diferencia, la mejor entrega de la saga. No sólo hacía bien todos sus apartados, sino que tenía en sus manos la llave de ser un punto de inflexión en la franquicia y sabía donde estaba la cerradura. Pero es ESA escena tan estúpida, incoherente y salida de la nada destruye por completo todo este potencial.
Esta ha sido posiblemente una de las mayores decepciones que he tenido nunca viendo una película. De esa vez que pudo ser un 10 y terminó siendo un 7. Sigue siendo un genial largometraje, pero en mi corazón se ha quedado esa espinita: Este película podría haber llegado a ser todo lo que siempre quise de Star Wars. Y no es enfado lo que siento, sino pesadumbre y depresión.

La primera palabra que se me viene a la cabeza cuando pienso en Metrópolis es "adelantado a su tiempo" (vale, es una frase, pero no le deis demasiadas vueltas). No soy un fiel seguidor de clásicos del año de la polca, pero sí me he chapado los suficientes como para saber de inmediato que esta cinta, si no fuera por su condición de muda, me hubiera creído que era de los cuarenta o los cincuenta.

Lo más resaltable sin duda alguna es su magistral fotografía. Metrópolis no tiene una trama especialmente apasionante o personajes memorables (más allá del Inventor, denle un Oscar póstumo), pero todo eso se minimiza al lado de un espectáculo visual soberbio. Cada plano esta cuidadísimo, como si el director quisiera darle sentido a cada imagen que sale en pantalla. Esto se ve reforzado por multitud de pequeños detalles que hacen de la experiencia visual algo inolvidable, como puede ser el que los trabajadores accionen las máquinas al ritmo de la banda sonora (que, por cierto, es magnífica).

Pero no es sólo que Metrópolis embelese por su dirección: También lo hace gracias a su universo. El mundo en el que se ambienta la obra está repleto de ideas geniales que actúan como combustible de la mente del espectador, tiene esa "magia" que te atrapa, como la existencia de la "máquina corazón" o que los hijos de los capitalistas vivan en una recreación del Olimpo (lo que justifica la... ¿peculiar? personalidad del protagonista). Es un cúmulo de detalles que te hacen querer saber más y más.
Pero un setting no es lo mismo sin un buen diseño visual, y aquí el dardo vuele a dar en el centro de la diana. Los fondos son bastante toscos y en ciertos momentos se nota que están hechos cartón-piedra, pero se compensa con un diseño magnífico (que alguien le de el Nobel de arquitectura (¿?) al tipo que diseñase la nueva Torre de Babel). Los efectos especiales me sorprendieron gratamente, siguen siendo sólidos aún a día de hoy.

Ahora bien: Con todo lo fascinante que puede ser esta película no está exenta de fallos, y en concreto me gustaría remarcar dos.
El primero es el más simple: El argumento se viene abajo en el último tercio. Directamente la trama se vuelve incomprensible y algunos personajes empiezan a actuar de formas bastante estúpidas*. Perdí por completo el hilo, y como lo personajes tampoco es que me importaran mucho (excepto el inventor, ese tipo es fenomenal) el último fragmento de la cinta se me hizo soso y falto de sustancia. A esto se le suma que la historia ya nos ha mostrado todas esas geniales ideas sobre su universo, por lo que al final todo el peso de mi interés terminó reposando en la dirección. Eso y que la trama hace más de un agujero**

Mi segundo problema son sus temas. La película tiene una frase que dice algo así como "entre la cabeza y las manos debe mediar el corazón". Y vale, suena genial, pero me parece que el escritor pensó primero en lo buen chascarrillo que es y ya más tarde en su sentido. ¿Me está queriendo decir que la razón ha de estar siempre influenciada por un componente emocional, siendo Joh una persona que antepuso la lógica y el progreso a las personas? Pero eso ya está implícito en la definición de "razón", esta siempre debe estar sometida al progreso humano. Al dividir la sociedad en capitalistas y trabajadores Joh sólo estaba siendo egoísta, no usaba la cabeza (en cuyo caso no hubiera construido la ciudad de los trabajadores).
¿Es una crítica al capitalismo y las clases sociales, influenciada por las crisis políticas en la Alemania de la hiperinflación? ¿Entonces a cuento de qué viene ese final?
¿Es un comentario sobre la fallida revolución socialista y de como levantarse sólo lleva al caos?***

Empiezo a pensar que la idea de Metrópolis es la colaboración entre clases independientemente de la opresión que una ejerciera sobre otra. Y vale que soy millenial, y en consecuencia rojo y perroflauta, pero si adscribimos esas ideas al contexto de la Alemania de 1927, ¿Sabéis a qué me suena?
Al partido nacionalsocialista.
Sigue siendo una idea interesante y que no esté de acuerdo con ella no quita su validez, pero no está muy bien llevada. Tratan a los trabajadores como estúpidos y a los capitalistas como hedonistas, y sigo sin saber donde encaja el "corazón" entre "empresarios" y "obreros" más allá de una presa de contención para los segundos.

A pesar de estas dos... dificultades... que tengo con el largometraje, no puedo negar que sea una película magnífica. Está décadas adelantadas a su era, la fotografía es sensacional, está repleta de ideas interesantes en cuanto a la construcción de su universo e incluso se podría afirmar que fue el primer "cyberpunk" de la historia. Y es por todo esto que la recomiendo encarecidamente.