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Críticas de Dixon Steele
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Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
1
10 de junio de 2020
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una serie así que dispone de un despliegue de medios sin antecedente en las producciones españolas no puede ser que cometa errores garrafales de guión como los que aparecen aquí uno detrás de otro. La serie no pertenece al género de la Ciencia-Ficción, que yo sepa. Pero es que algunos detalles de argumento no se los puede creer nadie.
El paroxismo llega a su punto álgido en la tercera temporada, no es que tropiecen por segunda vez sobre la misma piedra, no. Es que son errores de guión que rozan el insulto para el espectador. La carpa que se repite, se repite que todo el mundo es oligofrénico menos estos… pero lo más grave es que aparece el policía compañero de Raquel Murillo en el primer atraco (ahora “Lisboa”), y le vemos con el mismo vestuario, la misma camisa de cuadros azules, las mismas gafas, la misma todo.
Lo siento, hasta aquí llegué con la serie. La he puesto un 1 porque aún no existe aquí la puntuación negativa.
Y muchas gracias.
Dixon Steele
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10
9 de julio de 2020
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya no existen narradores como este director de cine, para mi el "tercer miembro de los Beatles de Hollywood" tras Ford y Hawks. No es normal lo suyo, como de un guión así pueden aparecer tantos vaibenes, giros, comedia, drama, belleza, acción, fotografia, fisicidad en numerosas secuencias... De verdad, es increíble lo de las películas de este señor.

Lo que era el Hollywood de antes. Una auténtica factoria de ficción. Directores de cine que firmaban "Picassos" como el panadero que cada madrugada saca 500 barras de pan. Incréible. Recordemos que cuando Walsh realiza esta joya viene de hacer dos años antes "Los violentos años 20", y tan sólo un año antes "Pasión ciega" (de las que en "Manpower" recupera de ambas el drama del triangulo amoroso), y que en el mismo año de hacer esta maravilla va y hace "High Sierra" (que también toca el tema del triángulo amoroso que aparece aquí, una constante del cine de Wlash de estos primeros años). Recordemos que para muchos "High Sierra" es una cota del Cine Negro y ese mismo año de 1941 va y hace "Murieron con las botas puestas", uno de los Westerns más importantes de la Historia del Cine fuera del orbe Ford-Hawks... Pero es que ahí no queda la cosa: un año después de estas dos joyas va y realiza "Gentelman Jim". Dan ganas de dejar de escribir porque los hechos son aplastantes: estamos ante un gran genio. Alguién que aún no ha sido puesto en su sitio de la Historia del Cine donde le corresponde en realidad.

¿En qué escuela estudió Raoul Walsh Realización Cinematográfica? ¿Dirección de actores? ¿Cómo rodar escenas de acción? Y lo más importante: ¿cómo narrar una historia? ¿Cómo narrar la vida misma? Pues en ninguna. Como William Wyler al que un buen día fue a pedir fuego a una cabina de montaje y el que estaba allí le dijo; "quédate un poco, chaval". Tócate las narices!

"Alta tensión" es un prodigio de ejercicio narrativo. ¿Qué tenian estas películas de Walsh que te sientas y a los 5 minutos estás ya intrigado en ver lo que pasa? Y no pasa nada... vamos, pasa la vida misma. Pero te la ves hasta el final. Como un buen libro que leídas tan sólo 3 de sus páginas ya intuyes si lo vas a acabar con ganas o estás por el contrario ante un truño del que decidir si dejarlo o no. Como con el cine que se hace ahora, salgo contadísimas excepciones: a los 5 minutos ya has salido corriendo apartando la vista de lo que sea que te están poniendo delante (vamos, una película llena de efectos y una fotografía alucinante pero con una soporifiera narración).

Por último decir que le perdono que en esta película no aparezca mi idolatrada dama del Cine Negro Ida Lupino (que aparecera otra vez en una película de Walsh en "Alta sierra") pues aquí ha sido "sustituida" por la Dietrich. Y madre mia! Ver a la diosa del Angel Azul haciendo bollitos, la "Femme fatale domesticada", por no decir cómo está en las escenas finales, empapada de agua y con la boina sombrero. Madre del amor hermoso!

Capítulo a parte merece Edward G. Robinson. Al igual que la Dietrich, nuestro "pequeño César" ha sido domesticado, hecho vulnerable. Me apostaría la mano izquierda (y la derecha también) a que Fritz Lang cuando realizó dos de sus joyas como son "La mujer del cuadro" y "Perversidad" vio una y otra vez esta película a modo de precedente. Y es impresionante este personaje de Edward G. Robinson en esta película. Es simplemente impresionante, por porner un ejemplo, un detalle de 3 segundos, cuando se coloca una corbata sobre el cristal del taxi que lo acaba de llevar a las puertas de la casa de su amada. El taxi arranca y se va, y el personaje de Edward G. Robinson se queda mirando al horizonte, como si no se hubiera enterado que el taxi no está, y por lo tanto tampoco el cristal de la ventanilla donde se estaba reflejando. Un detalle de cine mudo, donde aprendió Walsh el oficio. Un detalle que vale toda una película, una descripción excepcional de un personaje y de un sentimiento de amor en ese momento de estar alelado como pocas otras veces he visto yo definida en otra película.

Un ejercicio de narración, y de saber incluir todos los géneros en uno que es el género de la vida. Preciosa, inimitable.

Es para mi una debilidad de película que permanecerá en mi estánteria, junto a Vértigo, La doble vida de Verónica, No Amarás, El seductor y algunas otras (pocas) más.
Dixon Steele
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10
18 de junio de 2020
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decía el personaje de Meryl Streep en el "Ladrón de orquideas" (Adaptation, 2002) que ella soñaba por sentir alguna pasión en su vida. Eso la llevó a enamorarse del feo, porque envidiaba la pasión que éste sentía por las orquideas.

La senda equivocada es una maravilla de película. Y aún creo que me quedo corto.

Que un maestro como Blake Edwards firmara el guión con el propio Richard Quine ya aventura que la película merecerá la pena, y vaya que sí. A los cinco minutos uno se queda enganchado de su protagonista "Shorty" (o "tapón" en el doblaje). Esa mirada atrás cuando se lleva para arreglar el coche de la "Femme fatale", lo dice todo. Su personalidad, uno de los protagonistas más tiernos que jamás recuerde yo. Un personaje dickesiano en la pantalla, lleno de bondad e inocencia. Lleno de pasión por lo que más ama de la vida, los coches, las carreras. "La belleza salvará a la humanidad", decía Dostoievski. "Shorty" en esta película es un personaje único dentro del género del Cine Negro. Me ha dejado totalmente impresionado y sin palabras. Acepta el envite al que es sometido no por el dinero, sino por la pasión, la pasión que siente por las carreras, por demostrar que puede ser el mejor. Una historia totalmente redonda a la que nadie puede poner ni el más mínimo reparo.

Dinamismo de guión plagado de sugerencias y de puesta en escena. Ya desde la primera escena de la playa el espectador trabaja para entenderlo todo. Brillante decisión por parte del director que desgraciadamente hoy en día, con las producciones cinematográficas actuales se practica en (muy) raras ocasiones, por no decir ninguna.

En lo estilístico llama la atención que aparece la costa oeste en los años 50, podemos ver una playa en Palm Springs sin apenas bañistas. Qué diferente a cómo la podremos ver después en Imitación a la Vida de Sirk, por ejemplo. ¿Cómo estaría ese agua quizá "virgen"? Asimismo la casa de la playa, levantada en la misma arena de la costa. Dios mio que casa! Qué ensueño. Además, esta película creo que es un documento gráfico de gran valor por los caminos sin asfaltar de California, a las afueras de la ciudad de L.A, una ciudad aún en construcción por aquellas fechas. Recordemos que Hollywood nace allá por los años 30. De principio a fin una película digna de ser redescubierta.
Dixon Steele
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8
16 de junio de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No miento si digo que llevaba décadas detrás de ver esta película, tanto es así que ya se me había olvidado que la quería ver. Supe de ella por primera vez leyendo el primer libro conocido (de 1957) sobre el Cine Negro escrito por franceses Borde y Chaumeton. También escuché aquí por primera vez de un tal André De Toth, curiosamente un director de cine que se ha prodigado más en el género western (entre otros con películas como los Crímenes del Museo de Cera, en 3D). Pues bien Pitfall ha sido una película que nunca se ha pasado anteriormente por TVE (que es de donde las podíamos ver antes, o gracias a ello cuando se grababan en VHS en alguna Videoteca de barrio), y tampoco hasta donde yo llego he tenido oportunidad de ver algún pase en la Filmoteca. Creo además que mi imposibilidad de poder ver esta película en años no es exclusivo a mi. Así pudiera explicar que en libros de referencia sobre el Cine Negro, como el de Santamarina y Heredero de 1996 publicado por Paidós esta película no aparece mencionada ni una sóla vez, o asimismo en el libro de Javier Luengos "Rojo sobre Negro" 1930-1960 y donde se hace un pormenorizado estudio de todas las películas del género y ésta en concreo no aparece por ninguna parte misteriosamente.

Pero bueno, gracias al paso del tiempo, a las plataformas digitales y a las re-ediciones (imagino) he podido ver al fin esta película y no me ha decepcionado para nada. Me parece una interesantísima película de Cine Negro, una rara "abyss" dentro del mismo (rodada en 1948, en mitad de los años de explendor de este género), pero que aquí se nos presenta (contrario a la corriente “clásica”), a una "femme fatale" (Lizabeth Scott), que no es ni mala ni calculadora, es más yo diría que esta “rubia” es una mujer que quiere lo mismo que la mujer del protagonista (Dick Powell): un hogar con niños, una familia, los domingos a la pradera con el mantelito de cuadros... Recordemos la inusual escena de felicidad cuando el personaje de Lizabeth Scott (se supone que aquí "la rubia mala" o "Femme fatale") decide ir al domicilio del protagonista para cuidarle, para hacerle la comida. Un hecho totalmente novedoso en la historia del género, una "tigresa domesticada". Esto se puede confirmar en las escenas posteriores con su ex-novio cuando sale éste de la cárcel en las que nuestra protagonista muestra un inmaterialismo sin precedentes en comparación con las protagonistas de otras películas clásicas del género, y me vienen a la cabeza ahora mismo Mary Astor en el Halcón Maltés, o la Stanwyck en Perdición.

Plagada de detalles de comedia para ser una historia "negra", me llama poderosamente la atención destellos de guión como es el del desdoblamiento en la escena en la que el hijo del protagonista se levanta en mitad de la noche desvelado del miedo, sentimiento que en realidad pertenece al padre. Un padre que discrepo de las opiniones que he leído aquí en las que se señala que termina en las redes de “la mala” hastiado de la rutina de su matrimonio. Yo personalmente opino que no, que es simplemente el atractivo físico lo que le lleva al detonante de toda película negra, el destino trágico: personas corrientes que en un momento dado y sin razón aparente se complican la vida, se meten en un buen lío. "¿Por qué yo?" o "¿Por qué a mí?", son un clásico en este típo de películas del género. Es muy revelador como el director se recrea con Powell viendo el "book" fotográfico de la Scott que me recuerda a aquella reveladora imagen del profesor viendo el calendario en el que aparecia una niña en La Jungla del Asfalto de John Huston, película de 1950. Recordemos el sobresaliente papel de Burr (daría para una mención a parte), que está literalmente obsesionado con la belleza de Lizabeth Scott.

Por último resaltar que para ser una película de Cine Negro la mayoría de sus escenas se desarrollan de día, con una luz lechosa de la costa oeste, la misma que veremos dos años después en Sunset Bulevard de Wilde. En contra de los cánones clásicos aquí no existen ni juegos de sombras, ni pavimentos mojados.

A mi modo de ver esta es una película manierista del género que debiera ser tomada como referente.
Dixon Steele
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8
17 de junio de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las musas más importantes del género, recordaré siempre esta película de Walsh por la escena en la que esta "Femme Fatale" confiesa a Joe (George Raft) su crimen, con un vestido cruzado de una pieza, se adivina que dorado, aunque el ByN parece plateado, no estaria seguro si tuviera que apostar por su color. Es la fotografía más sensual e impresionante que recuerdo de esta actriz, y no es el único vestido que muestra en la película. Simplemente impresionante, ¿qué era lo que tenían tan especial? Y no era solamente los filtros flú que se las aplicaba. Impresionante Ida Lupino. La misma que despues veremos en High Sierra (del mismo director) o en la inolvidable "El parador del camino" de Negulesco, entre otras.

En tocante a la película en sí, me parece un ejercicio de talento de la A a la Z. Bueno, estamos hablando del "tercer miembro de los Beatles" tras Ford y Hawks, o sea, que poco podemos añadir. El que decida ver esta película verá un entretenimiento de 90 minutos que se pasan en media hora gracias a la vitalidad de un guión acompañada de una factura impecable de puesta en escena. Si es que, que se puede decir más de Raoul Walsh, y más en esta etapa dulce como yo siempre digo. Viene de hacer los "Violentos años 20", e inmediatamente después de esta película hará otra joya como Alta tensión, con Raft, Robinson y la Dietrich (casi nada), antes de aventurarse con la que para muchos es una de los hitos del Cine Negro (El último refugio) para después realizar en ese mismo año una de las películas claves del Western: "Murieron con las botas puestas".

¿Quién da más? Esta época cinematográfica jamás se repetirá. Directores a contrato realizaban obras maestras de narrativa cinematográfica como churros, cumpliendo las previsiones de rodaje, historias sin fisura alguna tanto de guión como de puesta en escena. Lo más dificil entre dos puntos es saber trazar la línea recta, y que verdad es a veces.

Como detalle personal tengo que admitir que esta película me parece un antecedente (en cierta medida) de "El precio del poder", de De Palma, a "Perdición" o a la mismisima "El cartero siempre llama dos veces", y en otro sentido este un poco más obvio a "El salario del miedo".

Una maravilla de película que no defraudará a quien decida pasar una hora y media entretenido. Por cierto, y la que con su final mejor representa aquel dicho de: "El papel de la mujer es hacer creerle al hombre que él es quien toma las decisiones".
Dixon Steele
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