Corrupción policial al más alto nivel frente a una mafia sin escrúpulos. En medio quedan esos personajes llamados confidentes que al final son los que sacan las castañas del fuego y cuya vida no vale nada ni para un bando ni para el otro. Una película que te atrapa desde el primer momento en un tema más que conocido, pero con un ritmo tan dinámico y creíble que te envuelve en una lucha sin cuartel por la supervivencia. Magníficos autores que son los que aportan realismo y credibilidad. Un problema que sin duda ocurre a diario en nuestra sociedad, de la que no se habla y con unos desenlaces seguramente mortales para quienes tienen el valor de ponerse en medio con falsas promesas de redención. A ver.

En un mundo sin humanos, con animales y robots conviviendo, se establece una entrañable amistad entre un perro y un robot al que él mismo había construido. La circunstancias de la vida les obligan a separarse, pero ambos han aprendido mutuamente de su convivencia unos principios que les ayudan a vivir con una nueva mirada, más feliz. Entretiene, mantiene el interés y acaba dándonos una lección de vida sencilla pero profunda. Un buen mensaje que no hay que olvidar. Quizá sobran algunos minutos de metraje, pero se compensa de sobra con el conjunto de detalles y música que la acompañan y que no necesita palabras. .

Magnífica película. Una reflexión sobria y realista que nos empuja a mirar al mundo de una manera diferente, en la distancia, y comparar la piedad humana frente al odio irracional. En cualquier circunstancia, a cualquier edad.

Este remake, nos vuelve a mostrar dentro del cine social francés, una crítica amable a la vez que profunda sobre las diferencias de clases y el sentido del poder que da el dinero. Entre sonrisas y fábulas nos dibuja una tragedia en la que todos nos vemos de alguna manera reflejados y que nos recuerda lo más esencial del ser humano, empañado por la competitividad de un sistema destructivo. Vale la pena verla, pasar un buen rato a la vez que nos creamos un sentimiento de redención interna que permite recordar que somos libres. Buenos actores, alguno muy conocido del cine francés, que, una vez más, nos deleitan con su arte.

La revisión de la muy premiada película con una banda sonora que sigue deleitándonos, nos habla hoy con la misma frescura que en 1969 de la otra cara del sueño americano, con una mirada atrevida y diferente. Dos almas puras y marginales que encuentran la fuerza en su amistad para sobrevivir a la sociedad que les ha condenado injustamente a la pobreza absoluta y ante la que solo se tienen a sí mismos. La misma hipocresía y desvergüenza de siempre que cada día contemplamos en los así llamados países desarrollados. Especial mención a la referencia a la prostitución homosexual que tanto sigue escandalizando a los de siempre. Para ver y disfrutar de la inocencia en medio de la selva.