"El Mal No Existe" es una obra sólida, disfruto mucho su reflexión, contrastes e imágenes. Sin embargo, me gustaría superar la idea conflictiva que recibí al verla.
Mi relación con esta película es de reforzar una visión nihilista en la que la naturaleza es una entidad éticamente neutral. Rechazamos el impacto humano en la naturaleza y queremos rechazar a los forasteros que intentan corromper esta imagen. Aún así, decidimos no creer en la advertencia de vacío y violencia bellamente expresada a lo largo de la película y nuestro esquema moral es desafiado por una escena concluyente que nos parece irracional.
Al final, valoro parte del mensaje: seguimos pensando en nosotros mismos como los gobernantes, tratando de imponer nuestras narrativas en la naturaleza y ella acaba siempre actuando según sus premisas.