La película más valiente de todos los tiempos. Solo un genio puede crear una película así en 1940, alguien muy especial, muy bueno, puede mantener la cordura en aquellos tiempos. La cordura y la risa. La inteligencia y el arte. Me encantan los directores, los actores, los creadores, que hacen películas de verdad: porque tienen algo que decir, que declarar, que dar a los demás. Que no se lo impide ni el peor dictador de todos los tiempos ni el peor país de todos los tiempos (que es otro con muchas estrellas). Le decían "comunista" por ser humanista, artista y buena persona. Y así estamos de nuevo.
Gracias a este señor, el cine se abre las puertas y dignifica su arte, su esencia. Gracias a este señor, podemos decir que el ser humano es valioso. Y gracias a este señor, Charles Chaplin, podemos tener esperanza.

Es una película pacifista, y no de una forma simple, sino desde un escenario bastante complejo de crueldad, maldad, absurdo, destrucción y horror, cosa que no es nada fácil. Cuestiona el sistema de creencias, las supuestas satisfacciones, el derecho a matar y el derecho a la vida, el sistema estadounidense de la pena de muerte, la interpretación de la religión, del bien y del mal. El papel de Susan Sarandon es realmente controvertido, atrevido y fuerte, como lo que normalmente interpreta y es una completa gozada verla llevar a la pantalla esas grandes virtudes del ser humano desde distintas y ricas personalidades. Fantástica, feminista. Si dejas que esta película te llegue, puede ser una gran herramienta para la reflexión.

Esta película muestra la imparable fortaleza e inteligencia con la que desafiar lo terrible. Es un motor de vida y esperanza. Susan es la combinación de amor, fuerza e inteligencia: una luchadora apasionada. Es una maravilla su interpretación, su cara. Esta historia nos enseña cómo enfrentar los desafíos que parecen imposibles.