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Críticas de alexsespinar
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Críticas 20
Críticas ordenadas por utilidad
5
30 de junio de 2020
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para mí era un decepción ya esperada con solo ver el trailer. Y no me equivocaba. Resulta difícil cargarse una historia escrita por el gran maestro del terror H.P. Lovecraft, pero visto lo visto, la industria del septimo arte todavía no ha sido capaz de adaptar sus relatos de forma fehaciente a la gran pantalla. Y, a día de hoy, resulta ser algo preocupante.
También quiero añadir, que 'Color out of space' sigue estando por debajo de la primera adaptación, 'La granja maldita' estrenada en 1987 y que, bajo mi punto de vista, se acerca muchísimo más al relato del escritor estadounidense pese a que ésta contase con un presupuesto muy bajo en comparación a la película de Richard Stanley.
Y si encima nos encontramos con otra sobre actuación de Nicolas Cage a la que se le añade una trama innecesariamente extensa, obtenemos como resultado un producto, cuanto menos, defectuoso.

Entrando en materia, ‘Color Out of Space’, es la teórica y libre adaptación —o llamémosle reinterpretación actualizada— del relato corto ‘The Colour Out of Space’, que fue escrito a principios del siglo XX por el maestro del terror cósmico, H. P. Lovecraft y con la que, Richard Stanley regresa tras varias décadas alejado de las cámaras para atreverse con este clásico del horror cósmico. Sin embargo, nada más empezar, ya nos encontramos con la primera incongruencia: la película no nos lleva a los años 20, que es cuando sucedieron los hechos, si no directamente a la época actual. No sé por qué, pero así lo decidió su director. ¡Con lo fácil que hubiese resultado hoy en día adaptarse al guión original, y más sabiendo que casi toda la trama sucede en pleno bosque! Pues no. De todos modos, no afecta a la historia pero hubiese sido un gran punto a su favor en cuanto a fidelidad con la historia.

A pesar de ello, la base al menos la tuvo en cuenta. ‘Colour out of space’ nos lleva a una granja donde un día cae un pequeño meteorito. Como resultado, todo lo que hay alrededor del impacto del bólido de color indescriptible (Bueno, eh, aquí veremos que no es así) comienza a corromperse: primero de forma sutil, y conforme avanza la trama, de manera grotesca donde, aquí sí, los fans del gore podrán disfrutar de un escaso —aunque logrado— ‘body-horror’ al más puro estilo ochentero. Dicho suceso, también afectará a la familia que vive en la granja, liderada por un histriónico Nicolas Cage y donde, una vez más, vuelve a vérsele sobre actuar de una forma exagerada. Si bien el meteorito modifica el carácter de la familia, cabe destacar que el actor estadounidense se desmadra ante tanto acceso de ira, transformando la trama en ocasiones en un meme cómico y no en una película puramente dramática y de terror.

Algo que sí que me ha agradado es su brillante fotografía llevada a cabo por Steve Annis. Algunos fotogramas en plena naturaleza junto a esos despliegues de luz espaciales saturados y contrastados están tan bien logrados, que sencillamente tendrás el impulso de pausar la película para admirarlos durante un buen rato, como si estuvieras ante una obra de arte.
Pese a que reconozcamos el famoso color indescifrable (como así se remarca en el cuento), hay que alabar el gran trabajo artístico realizado por Steve Annis, acompañado también por una más que aceptable banda sonora a cargo de Colin Stetson, que se le une para, en momentos clave, tornar al filme de un ambiente más oscuro y cargado de incertidumbre.

Pese a que esta obra sea una interpretación modesta de la historia original de Lovecraft y pese a que contase con un presupuesto relativamente bajo en comparación con otros filmes del mismo género, la visión ‘Lovecraftiana’ de Stanley acaba por decepcionar bajo mi punto de vista, resultando ser intrascendente, aunque sí que es cierto que la base, recuerda, de forma ligera y en parte, al guión original de H.P. Lovecraft. ‘Color out of space’ también peca de ser algo extensa en cuanto a duración para lo corta que era la historia original, sobretodo hago hincapié aquí en su primera hora de metraje, algo incomprensible y que lastra en gran parte a la trama, dicho sea de paso. Rescatando la fotografía (visualmente espectacular) algún que otro momento gore que será bienvenido para los amantes de la hemoglobina y siendo fan acérrimo del genio del terror, mi nota es un cinco. Eso sí, si buscas fidelidad a la obra, olvídate, dudo que te guste.
alexsespinar
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6
16 de junio de 2020
23 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Probablemente estemos ante la película más ambiciosa de Spike Lee hasta la fecha, sin embargo y a pesar de que contenga momentos puntuales muy buenos, divaga por un peligroso sendero (nunca mejor dicho) hasta tornarse tediosa, y como consecuencia de ello provoca que la trama se ‘disperse’.
Sin llegar a catalogarla de película bélica, ‘Da 5 Bloods’ obliga al espectador a una reflexión constante a cerca de la guerra y del valor de la amistad. Por lo tanto, el drama en este sentido formará parte y tendrá un peso muy importante.
Con la colaboración de Netflix, las 2 horas y media se hacen algo cargantes, si bien es verdad que nos enfrentamos ante su obra más personal y madura, donde experimentaremos algunos momentos puntuales que rozan lo notable.
La trama girará en torno a la participación de un grupo de soldados afroamericanos en la guerra de Vietnam y donde, por encima de todo, destacaré la brillante interpretación de Delroy Lindo.

Como es habitual en Spike Lee —y como político que es—, el racismo, la opresión, las críticas al actual gobierno americano, la injusticia y la constante defensa hacia los soldados afroamericanos (y a su comunidad en general) estarán siempre presentes con una visión y un discurso reivindicativo totalmente renovados utilizando a Muhammad Ali, MalcomX y Martin Luther King, entre otros personajes influyentes históricos, como referencias a la oposición de la guerra. Aún así, esa vertiente moral que el cineasta posee provoca que el espectador muchas veces se desoriente y no sepa ante qué clase de película se enfrenta. Insisto, Spike Lee es y será siempre político pero creo que a veces abusa de esa condición, provocando que la trama se desvanezca y no sepamos a qué atenernos ni por donde tirar. Aquí, el más perjudicado sin duda es el guión, que quiere abarcar tanto que al final obtenemos una menestra de ideas sin terminar de cocinar.

La historia se narra desde la perspectiva de cuatro veteranos afroamericanos ex combatientes en Vietnam, —Otis (Clark Peters), Eddie (Norm Lewis), Paul ,(Delroy Lindo) y Melvin (Isaiah Whitlock Jr.)— que se vuelven a reunir años más tarde de finalizar la guerra. A esto se le suma la participación en esta aventura de un buen Jonathan Majors (David) encarnando el papel de hijo de Delroy y donde seremos testigos de la mala relación que les une. El objetivo principal del grupo es volver a Vietnam para recoger el cuerpo del jefe de su escuadrón y repatriarlo, y de paso también encontrar un baúl de la CIA con lingotes de oro que dejaron enterrados cerca de su cadaver. Un jefe por cierto que hará tanto de líder de grupo como de juez ético y moral en el filme, faceta que advertiremos en numerosas incursiones con flashbacks.

El primer tercio de la película es correcto aunque creo que se abusa demasiado del diálogo provocando en ello que las dos ultimas partes se tornen algo repetitivas, lentas y vaya decayendo en peso argumental, donde la acción quedará prácticamente relegada tanto al principio y hacia al final.
Se alternarán momentos tensos, donde los veteranos deberán encontrarse de nuevo a sí mismos en Vietnam, en ese infierno que vivieron para tratar de pelear contra esos fantasmas que actualmente les atormentan (sobretodo a Delroy) con otras situaciones más cómicas, pero en conjunto se presumen bastante planas. También se mostrarán en modo flashback imágenes explícitas del caos que originó la guerra, salpicada con una tira de fotogramas gores mezclados con discursos reivindicativos y secuencias breves (y algo escasas) donde nuestro escuadrón se muestra batallando en plena guerra de Vietnam.

Aquí, algo que me ha gustado mucho, es que cuando nos muestran secuencias de combate, el ángulo de la cámara cambia así como también la imagen, dotándole con algo de grano grueso y atribuyéndole un toque más clásico y veraz.
Hablando de imagen, la fotografía de 'Da 5 Bloods' es sublime; veremos paisajes a todo color de la selva de Vietnam, de su ciudad, la crudeza de la guerra, breve pero muy bien representada, todo minuciosamente cuidado y detallado.

Las interpretaciones son otro punto a favor en ‘Da 5 Bloods’. Todos están a la altura de una obra tan compleja como esta, pero si hay que mencionar a alguien en especial es a Paul (Delroy Lindo). Su actuación es soberbia y ofrece un recital interpretativo: es el que más ha sufrido los estragos de la guerra y como consecuencia el más paranoico y enajenado. Ferviente admirador de Trump, llevará la batuta del grupo junto con Otis, alguien totalmente opuesto al carácter lascivo de Paul y al que también merece una mención destacada.

En cuanto a la banda sonora, podemos disfrutar de nuevo con clásicos de Marvin Gaye, Terence Blanchard o Freda Payne como principales artistas y creo que es todo un acierto. También se incluye a Richard Wagner con la impresionante pieza de Die Walküre.

Concluyendo mi crítica, creo que ‘Da 5 Bloods’ es una buena película pero intermitente y extensa, que alterna momentos muy buenos e intensos con otros que divagan provocando cierto desconcierto o desbarajuste argumental.
A destacar su fotografía, una impecable banda sonora, su constante y acertada reivindicación moral hacia un colectivo oprimido incluso en plena guerra y unas actuaciones magistrales donde brilla con luz propia Delroy Lindo. No está cerca, ni mucho menos de la excelente ‘Do the right thing’ pero a pesar de todo y aunque decaiga desde el segundo tercio siendo demasiado reflexiva, se disfruta de igual manera.
Mi nota real sería un 6,5.
alexsespinar
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8
2 de mayo de 2020
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por fin una obra a la altura de lo que el cine de terror debería ser considerado. Una película orientada hacia un público adulto o más bien opuesto y no únicamente hacia esos fanáticos entusiastas de los ‘jumpscares’ de dudosa calidad a los que desgraciadamente la industria hollywoodiense nos tiene sometidos desde hace ya años. Y cuando uno se encuentra con algo diferente como es mi caso, siempre es bien recibido. Mi única pega es que ‘The Lighthouse’ no haya tenido un mínimo reconocimiento, aunque visto los tiempos que corren, era de esperar. ¡Qué ingenuo soy!

El director, Robert Eggers (The Witch) —deseando ver ya su próxima película por cierto— entremezcla de forma magistral la mitología con el terror psicológico más inquietante que puedas llegar a imaginar narrando la historia de dos fareros que son llevados a una remota isla de Nueva Inglaterra para mantener y cuidar un faro durante cuatro semanas hasta que todo se tuerce debido a un cúmulo de circunstancias, haciendo aflorar en ellos lo peor que uno puede llegar a esconder dentro y librando así una batalla por hacerse con el control del faro (de la luz), batalla que va más allá de la simple jerarquía y de la la lucha entre clases. Ahí es donde también juega un papel importante tanto la paranoia como el misticismo y que veremos reflejado de forma repetida con secuencias un tanto oníricas a lo largo de la historia como el poder oculto que se le atribuye al faro según Pattinson en ‘The Lighthouse’.
A simple vista parece un argumento sencillo pero:
¿Cómo hace Eggers para bordarlo y convertirlo, en mi opinión, en una obra de culto? Con muy poco. Con una pequeña isla, un faro y una banda sonora densa y perturbadora (sigo soñando con el maldito sonido de ese condenado faro!) además de dos interpretaciones impresionantes que son las de William Dafoe como veterano farero y Robert Pattinson como ayudante de éste. Simplemente con eso. A Eggers no le ha hecho falta más. Bueno sí, le ha añadido la guinda ambientándola a finales del siglo XIX, mostrándonosla en un blanco y negro granulado y dotándola de un encuadre de 1:19:1, tal como debería verse, atribuyendo así a la película un toque más clásico e inquietante. Precisamente este enfoque —que bien le valió una estatuilla de la Academy— hace que la película luzca muchísimo más, veremos una secuencia de fotogramas que son simplemente poesía para la vista. Paisajes marítimos salvajes, tormentas, aves al más puro estilo Hitchcock, planos panorámicos maravillosos alejados del faro y de la casa donde los fareros habitan, planos tanto diurnos como nocturnos que nos dejarán embelesados y detalles de secuencias cercanas como las muecas en rostros desquiciados de nuestros personajes que son extraordinarios y a su vez aterradores.
Todo ello en un fantástico despliegue técnico que luce impecable y, a pesar de ser en blanco y negro, permite que te envuelva en una atmósfera donde notarás incluso el frío en noches lluviosas y la sensación de aislamiento y abandono al que están sometidos los protagonistas.

Por supuesto, como no podía faltar en una película de este calibre y a pesar de que el propio Eggers reconociera que su película era una interpretación contemporánea del relato de “The Light-house” de Edgar Allan Poe, los guiños a otros grandes de la historia del cine están muy presentes como son Stanley Kubrick (El Resplandor), Alfred Hitchcock (Los pájaros), Andrei Tarkovsky (Stalker) en algún que otro plano interior, o incluso en la primera escena, que me hizo recordar a Martin Scorsese (Shutter Island).

Destaco de nuevo las interpretaciones como fareros al borde de la locura tanto de Willem Dafoe como de Robert Pattinson; sobretodo este último para mi sorpresa encarnando a T. Howard o Ephraim Winslow, un ayudante sublevado, desquiciado y atormentado por su oscuro pasado al que veremos evolucionar a lo largo del metraje hasta el punto de perder los estribos. Actor al que daba por encasillado y que me ha propinado una patada certera en el estómago de mi ignorancia. Esta actuación merecía mucho más por parte de la crítica a juzgar por lo que he podido ver. Si todavía no habéis tenido la oportunidad de observarlo actuar en ‘The Lighthouse’ hacedlo y probablemente opinéis como yo y eso que era bastante reacio al principio. W. Dafoe, en su papel de jefe, lo clava por supuesto, mostrándonos a Thomas Wake, un veterano lobo de mar lastrado, ex marinero curtido, autoritario, que se aprovecha de su súbdito y que utiliza de forma desmesurada el abuso de conocimiento (los mitos) y de poder hasta el punto de sacar completamente de quicio a su ayudante para arrastrarlo así al extremo de su enajenación mental. Los dos, repito, están a la altura de lo que el director nos quiere hacer entender. Ambos excelsos, diría yo.
Si bien el diálogo no predomina al principio, conforme vayan pasando los minutos podremos advertir un uso elaborado y muy bien cuidado del lenguaje culto. Hay algunos monólogos que simplemente me han dejado boquiabierto, en especial los de Dafoe.

Concluyendo, ‘The Lighthouse’ se desmarca totalmente de esas refritas películas de terror que nos sirve Hollywood casi todos los viernes y se convierte en una obra que podríamos calificarla como independiente, esa es la llave de la puerta —o del faro, nunca mejor dicho—que Eggers nos entrega para poder abrirla y adentrarnos así en un mundo inquietante, único y oscuro, repleto de referencias históricas, metafóricas y mitológicas como podría ser el conocido mito de Prometeo (especialmente este) y la fábula del monstruo Cthulhu del gran Lovecraft (maestro del terror) y donde el ser humano bajará hasta lo más profundo del infierno de su alma para sacar a relucir la locura elevada al máximo exponente.
Un producto brillante e infravalorado a partes iguales que bien lo amarás o lo odiarás. Yo voto por lo primero.
alexsespinar
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6
27 de mayo de 2020
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Revisionada por segunda vez, sigo pensando que esta película de Barry Jenkins es buena, aunque soy de los partidarios en no querer catalogarla como obra maestra pese a que en sus numerosos altibajos contenga secuencias excelentes.
Para empezar, es complicadísimo el tener que resumir en 110 minutos toda la vida de una persona y más si ésta es tan compleja. Sí que es cierto que se nos muestra la parte más importante y los puntos de inflexión claves que hacen evolucionar al personaje principal para luego automáticamente dar un salto en el tiempo, pero como ya se ha dicho, se echa de menos el poder ahondar un poco más en la vida de Chiron. En definitiva, lo que muchos añorábamos era ver más detalles relevantes de su vida y en cómo llegó a ser quien es.

Hay varios elementos positivos que hacen que ‘Moonlight’ no acabe precipitándose y naufrague, que le sirvan como salvavidas y consiga mantenerse a flote en una obra que narra la vida y la evolución a través del paso del tiempo pero que también, y de una forma indirecta, lucha contra él. Desde la niñez, pasando por la adolescencia y terminando por la madurez recorreremos la vida de una persona débil y marginal.

A lo largo de ‘Moonlight’, veremos el crecimiento de Chiron, un joven introvertido de Florida, afroamericano y homosexual que sufre bullying prácticamente desde que tiene uso de razón y al que además se le suma la adicción al crack por parte de su madre, adicción que marcará su futuro, un futuro dicho sea de paso, carente de valores. Chiron —en una de sus huidas— conocerá a Juan (Mahershala Ali), un ‘dealer’ residente en una zona marginal. Éste, marcará también de una forma u otra el futuro y la vida de Chiron ya que hará de figura paterna y le servirá para encontrar su identidad.

El guión es bueno, divido en tres actos, algo irregular ya que se va desinflando poco a poco pero se sostiene gracias a un reparto excelente. Los tres personajes que encarnan a Chiron, tan introvertidos, pero a su vez tan llenos de vida, proyectan hacia el espectador lo que realmente quieren hacernos creer a pesar del poco tiempo que disponen para interpretar; una persona frágil que desgraciadamente fue desprovista de una educación y una juventud plena por culpa, en gran parte, del acoso que sufría y de la ausencia de una familia.
A quien sí veremos durante los tres actos es a Naomie Harris, haciendo el papel de madre desequilibrada. Excelente interpretación de alguien llevado a la desesperación por culpa de las drogas y a la que solo le importa el vicio y no la vida de su hijo. Con ella Sí que veremos una evolución radical a partir del tercer acto, y a mi parecer, engrandece aún más su papel.

‘Moonlight’, pese a su tan criticado final, es una buena película gracias a destellos excelentes aunque intermitentes y a veces lentos, con una fotografía y una banda sonora remarcables, potenciada por un reparto que ayuda a mantener en pie a la película pero que a mi gusto, deja un sabor algo insulso al no poder llegar a indagar un poco más en el desarrollo de nuestro protagonista. Una película recomendable.
alexsespinar
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6
21 de mayo de 2020
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los hermanos Ben y Joshua Safdie nos sumergen en un thriller policiaco decadente y delirante, que transcurre en el lapso de una sola noche en la ciudad que nunca duerme. En ‘Good Time’ conoceremos la cara opuesta, oscura y marginal de los suburbios de Nueva York donde, todo hay que decirlo, no coge por sorpresa a los Safdie, pues ya tuvieron una experiencia similar en 2014 con ‘Heaven Knows What’.

El argumento es bastante sencillo; dos hermanos, uno de ellos, el menor con problemas mentales, atracan un banco hasta que la cosa se tuerce, siendo el más débil, Nick (Ben Safdie), el que queda arrestado por la policía y Connie (Robert Pattinson) el que consigue escapar. La unión fraternal que tienen en común los dos hermanos llevará a Connie (Robert Pattinson) a hacer lo imposible por sacar a su hermano menor de entre rejas. Eso se traduce, entre muchas cosas, en tener que recurrir a un judio que le intentará sacar una gran suma de dinero para pagar la fianza o recorrer la incierta noche neoyorquina, adentrándose por barrios marginales en busca de soluciones alternativas, en una carrera contrarreloj atravesando los límites de la legalidad.
El amor y la admiración de Connie por su hermano deficiente quedará plasmado a lo largo del film en esa frenética odisea y al que también hay que añadirle una sobresaliente interpretación de Robert Pattinson que, a la postre, le llevó a una merecida nominación en los premios Oscar. Veremos a un hermano preocupado, histérico por encontrar una solución precipitada, asumiendo ese rol y ese grado de responsabilidad pero a la vez denotando una irresponsabilidad preocupante debido al estilo de vida que ambos llevaban. Dicho conflicto moral es el que traerá a Connie por el camino de la amargura.

Gran parte del éxito interpretativo reside en una dirección y guión excelentes gracias al buen hacer de los hermanos Safdie, que dotan al filme de un mayor grado de sensibilidad a una trama, a priori, rebosante de acción caótica consiguiendo así el poder involucrarte dentro de la historia desde el comienzo, sin ensalzar la figura de un delincuente ni intentar rendirle tributo, donde el fin, ni muchos menos, justifica los medios pero que en definitiva, terminas empatizando por la causa, que es la del reencuentro entre ambos y el estrecho vínculo fraternal que les une y que veremos reflejado explícitamente en una primera escena muy sensible, donde nos daremos cuenta del problema cognitivo que padece Nick, el hermano menor.

La realización también es destacable, con un metraje de una hora y media y sabiendo que todo transcurre en una noche, la acción queda muy presente tanto al principio como al final, siendo la zona media de la película la parte más tranquila e irregular. En dicha zona intermedia, conoceremos a Connie un poco más de cerca así como a otros actores secundarios que aparecerán a lo largo de su camino, todos sobrepasando el ámbito de lo ilegal por distintas razones pero que ineludiblemente marcarán el devenir de éste. Por lo tanto, considero que la duración es la correcta, sin llegar a ser cargante, ya que el argumento tampoco da para mucho más.

La fotografía a cargo de Sean Price Williams es muy buena. Pese a que mayoritariamente estamos hablando de escenas nocturnas, veremos las calles iluminadas bajo luces de neón en un ambiente marginal y depresivo, alternadas por otras un tanto más frías, blanquecinas e intermitentes, todas ellas provistas con algo de grano o ruido, dándole un toque más vintage u ochentero como por ejemplo las escenas en el interior del hospital o las de la cárcel para después cambiar radicalmente hacia otras muchísimo más coloridas e hipnóticamente contrastadas como el cameo psicodélico que tiene lugar en el parque de atracciones.

Otro punto positivo —el más destacado diría yo junto a la interpretación de Pattinson— es la banda sonora, que se adhiere perfectamente a la trama gracias al gran trabajo de Oneohtrix Point Never, donde escucharemos piezas y acordes energéticos que presumen ser entre electrónicos y cyber punk ochenteros y donde según en qué momentos, (atracos, persecuciones, peleas, etc) irán adquiriendo mayor presencia gracias a un juego de ritmos y de volumen muy acertados. Éstas, añadirán más tensión a una trama que reclama una atención permanente por parte del espectador. No en vano y gracias al buen trabajo realizado por parte de OPN, esta producción musical les llevó a ser premiados en el festival de Cannes y nominados a la Palma de Oro.

Estamos por lo tanto ante un thriller entretenido que posee un leve aroma a cine noir e independientemente, bien ejecutado y fácil de digerir gracias a sus 98 minutos de duración, con una muy buena banda sonora y una mejor interpretación por parte de un sobresaliente Robert Pattinson, donde advertiremos lo versátil que puede llegar a ser más allá de la etiqueta que permanentemente se le atribuye y que a su vez desemboca en el encasillamiento e infravaloración al que injustamente se ve sometido por la crítica.
Una película que le ha servido como trampolín para ascender, para redimirse y para lanzar un serio aviso a sus detractores: Aquí hay actor para rato, no solo un vampiro adolescente.
Todo eso no quita que, en mi opinión, el cómputo global sea bueno y original, pero hasta ahí, sin más y sin llegar a catalogarla, como dicen, de obra maestra.
alexsespinar
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