No soy muy dado a criticar positivamente las películas hoollywoodienses, porque pienso, que aún, como sucedía en las películas clásicas, la trama se hace en función de la comercialización. Infiltrados también lo hace, pero creo que no directamente, sino que a ellos les encanta ver películas así. Creo que a los españoles también hemos disfrutado. En esta ocasión, los insultos y desprecios son acertados para diferenciar a Nickolson del resto de mafiosos, mucho más narcisistas y prudentes. Creo, por otro lado, que a veces la trama carece de enlaces claros, de nexos de unión implícitos, como por ejemplo sucede con la sorpresa del segundo topo en la policía al final de la película, me recordó a Motivos Personales. Por lo demás, el papel de leonardo Di Caprio me gusta y la historia jamás cae en intensidad, te atrapa desde el principio.
habrá que verla otra vez, será mejor.

El detonante de la película se produce cuando ella quiere marcharse de casa y el marido le advierte que volverá porque ella no sabe relacionarse con la vida real. Suponemos, por tanto, que lo que ella vive en su casa es una fantasía, de que un marido no puede ser tan sucio como el de Mia Farrow. Es verdad, ella vuelve a casa porque no sabe vivir en la realidad. Al final, traicionada por el amor del actor real, deshecha la vida ficticia y es obligada a continuar viviendo en la miseria de siempre, el mundo real. Precioso.