Cualquier peli de esa época, especialmente de terror, nos resulta decepcionante a posteriori, casi 30 años después. Yo no la he vuelto a ver desde que se estrenó aquí, y aunque ya estamos en 2008 aún recuerdo perfectamente el pánico colectivo, el grito unánime de todo el público del cine y desde el fondo de la garganta de la escena final. Ahora este tipo de escenas me dan risa, pero en parte es por la experiencia de los casi 30 años que hay en medio, en parte porque voy vieja, así que la puntúo como jovencita de hace casi 30 años que salió de allí con el corazón en un puño y viendo sombras detrás de las columnas...

Supe que era una buena película no sólo por mi apreciación, nsino porque fue la primera vez que vi llorar a carcajadas de tal manera a mi hija de dos años. Si ella podía entenderla y engancharse de principio a fin y yo también, algo tenía de especial.
He leído aquí que hay un fallo por el salto temporal en la vida de la niña, obviamente sus padres tendrían que estar preocupados... claro que...¿quién ha dicho que el tiempo en el mundo de los monstruos es igual al del mundo de los humanos?
Estoy segura de que el monstruo que había en la habitación de mis padres no ha envejecido ni un ápice...

Como madre adoptante (nacional e internacional) la película tuvo un especial interés para mí: el de conocer la adopción en un país del que nada sé. Se agradece porque a pear de todos los bulos infundados, verdades a medias o mentiras interesadas, cada país, igual que el nuestro, es un cosmos adoptivo completamente distinto, digamos.
El final, aunque a mucha gente le gustaría lo contrario, es realista, no siempre el "europeo" juega a la corrupción!. Claro que es más fácil creer que siempre la corrupción está en otros países y cuestionar las adopciones así, en general, y a todos los padres y madres adoptantes, que es lo habitual en los medios españoles (¡cuántas burradas he tenido que leer y escuchar!). Interesante el entorno, el paisaje, el conocimiento de cierta cisión de Camboya. Interesante el vaivén emocional de ella, y cómo las frustraciones pueden tendernos trampas del alma. Ojalá sean adoptados todos los niños que no tienen padres, a ser posible en sus propios países, y mientras... si no encuentras una solución, mejor cállate la boca o actúa (o al menos infórmate de primera mano, no seas eslabón de la cadena de infundios.)

A los "del norte" nos cuesta mucho mirar con otros ojos y dejar de vernos el centro del mundo, lo mejor de lo mejor. Sin embargo la historia rodada en Senegal nos saca la venda de los ojos: con la misma mirada que nosotros apreciamos la desgraciada historia de algunos niños del mu¡ndo, otros nos ven a nosotros.
De los cinco relatos, este es el que mejor describe esa limitación que mutila nuestra perspectiva.
Y en conjunto las cinco historias son un buen punto de encuentro para debatir sobre el estado del mundo. Muy recomenable para educar a nuestros hijos.

E lenguaje nos comunica y nos distancia.
Impresionante la historia japonesa, y será porque a mí me pasan de esas casualidades que me convence, así "salió" mi vida en cierto sentido, de ese río que nos lleva.
Mirando críticas creo que los prejuicios y tópicos nos arrastran, y que si con el mismo rigor y severidad diseccionáramos los clásicos "jolibudienses" no tendrían la puntuación de la que en estas listas disfrutan.
La más próxima, la mujer mejicana. Conozco tantas, aunque no hayan nacido en Méjico...