Había visto ya los "clásicos de Chaplin" y me dispuse a ver esta peli sólo por curiosidad y ante mi propio asombro me ha gustado más que alguna de los considerados clásicos! Muy divertida, sobre todo los primeros 3/4 h.

Chaplin ya había criticado la producción en cadena o fordismo en Modern Times, el fascismo e intolerancia en The Great Dictator, la hipocresia social en Monsieur Verdoux y sólo le quedaba lo que se deriva de la sociedad de consumo: una publicidad engañosa que vende la felicidad en mayúsculas cuando a lo sumo se alcanzan instantes de pseudofelicidad comprando sus productos, un culto al cuerpo desaforado y una obsesión enfermiza por la eterna juventud.

Esta crítica a la cultura de masas la hace en esta inteligente sátira sobre el capitalismo con EEUU como máximo exponente.

Menudo hallazgo. Film muy recomendable sobre todo para quien tenga inquietudes filosóficas, sociológicas, artísticas, periodísticas, jurídicas... Los primeros 20 minutos son sublimes y le encantarán a los amantes de la filosofía de la ciencia. Cuando llegué a casa y comprobé que había adquirido un film español producido por TVE casi me desmayo (el título me llevó a engaño; creía que era norteamericana), pero me he llevado una muy grata sorpresa. Véanla.

Vi esta película 3 veces seguidas. Con esto lo digo todo. Criminal que en la versión hablada del 42 eliminaran (bueno, eliminara Charlie alentado por las críticas) la parte final del beso con Georgia, ya que no sólo se cargaron elementos románticos (que es lo que parece indujo a la eliminación, el exceso de felicidad romántica en el personaje del vagabundo) sino elementos cómicos que animan a la sonrisa (por no hablar del placer de volver a escuchar la melodía de esa gran canción tradicional que da nombre a mi crítica).

Afortunadamente se pueden encontrar ambas versiones: la muda y la hablada. A nivel personal, es la obra que más me gusta de "the little tramp".

Sobre la película, nada más que añadir a las demás críticas favorables. Sólo quería apuntar que la personalidad múltiple sí existe (y tanto!) aunque la mayoría de asesinos en serie son psicópatas (trastorno antisocial de la personalidad). Actualmente la PM se llama trastorno de identidad disociativo, enmarcado dentro de los Trastornos Disociativos circunscritos asimismo a la categoría clínica HISTERIA (o sea, El Estrangulador de Boston, si le hicieron bien el diagnóstico, clínicamente sería un histérico, no un paranoico o un sociópata). Lo que ocurre es que la mayoría de abogados defensores de asesinos en serie en EEUU utilizan esta patología (real como la vida misma) para reducir/evitar condena de cárcel, lo que ha provocado que muchos duden de su existencia y crean que es una invención de psicólogos y juristas. Cuando los delitos monstruosos no son en serie (sólo es uno) se utiliza la enajenación mental transitoria por sistema, lo cual no significa que no exista.

Es cierto que en las películas se exageran los trastornos mentales [como en Giulietta de los Espíritus en que el número de alucinaciones visuales y auditivas es tan enorme que resulta inverosímil, ya que "lo normal" en los brotes psicóticos de este tipo es ver como mucho 2 personas, no a un ejército y mucho menos con el nivel de elaboración que muestra la película, puesto que habla y se relaciona con las personas que ve/oye] pero eso no implica que no existan dichos trastornos en absoluto. El trastorno de identidad disociativo, antes personalidad múltiple o doble, está recogido en el DSM-IV y CIE-10, los manuales de psicopatología vigentes.