Podría tratarse de una de las películas de Spielberg más personal de todos los tiempos. Tras mucho tiempo queriendo realizar un film sobre Peter Pan, el film llega una etapa personal muy importante. Su representación con el adulto Peter Baning y con su hijo Jack, hacen del film una eclosión de sinceridad.

Las grandes referencias a Walt Disney a la obra original de Peter Pan, nos introduce en una realidad imaginativa sin igual. Esta película podría haber convertido en una triste versión más de la magnifica historia de Peter Pan, pero Spielberg ha sabido representarla de la mejor manera posible, para convertirse en un clásico para toda la familia.

Sus reivindicaciones son claras en el film: a él mismo, a su padre y a todos los adultos que han perdido la infancia, con un final que consigue superar los obstáculos como en ninguna de sus otras películas anteriores había sido posible.

La imaginación, en este film, supera a la ficción. Y la incursión de un personaje normal en el papel de Peter Pan nos hace aflorar en nuestro interior la esencia infantil que no debe morir.

El encanto especial que derrocha la película puede verse reflejado en la poderosa y acertada recreación de ese exuberante país de Nunca Jamás, capaz de despertar una fascinación fuera de lo común en cualquier persona.

La historia de Frank Slade y Charlie Simms nos transporta a una aventura en lo que los sueños y el aliento de la vida puede superar cualquier obstáculo.

En primer lugar, habría que destacar la gran interpretación de Al Pacino como Frank Slade, con un gran peso interpretativo, en un papel emocional en los que los diálogos, o más bien, los monólogos de Al Pacino en todo el film te hace descubrir poco a poco como esta forjado este personaje.

La muerte, la soledad, los errores, el honor...y las mujeres son los componentes esenciales de este film, que te hace reflexionar y valorar cada instante de tu vida.

Aunque se trata de una de las películas más valoradas y espectacular de todos los tiempos, la trama deja mucho de desear, pasando a ser plana en muchos momentos.

Una de las características más asombrosas del film es como pone de manifiesto la impotencia del ser humano, ante la poderosa naturaleza que no entiende de leyes. Un sueño hecho realidad que finalmente se convierte en pesadilla.

La historia se distingue por un ritmo totalmente planificado, que alternan con una capacidad asombrosa las escenas de acción, con las de argumentación científica e incluso algunos toques de humor. Convirtiéndose en un formidable film de aventuras.

Spielberg realiza de una manera magistral un film que encaja perfectamente a sus medidas, un film reflexivo y comercial, con todas sus pretensiones, que sin él en su mando no hubiese sido el film que ha marcado una generación y que creo una dinomanía por todo el mundo.

Como era de esperar, esta película al más estilo cómico, deja muy indiferente al espectador. Las risas son contadas, a través de un humor un tanto especial. Los personajes aunque graciosos en algunas ocasiones, se introducen en una serie de acontecimientos que tocan el absurdo, sin tener en cuenta lo subrreal de algunas escenas, y basandose en unos hechos incoherentes y ridículos nos introducen en una historia en la que el "happy ending" es su ley.

Podríamos decir que se trata de la menos imaginativa de la saga, aunque la que aporta más elementos al film. Con prólogo espectacular, Spielberg, consigue volver a sus raíces realizando una fusión notable. Esta tercera parte ofrece los mejores momentos de la saga, ya por sí histórica.

La aparición de su padre, Henry Jones, hace que el film no se centre en los tópicos del cine de aventuras. Consiguiendo no caer en lo fácil y planteando situaciones nuevas al espectador.

Uno de los hechos más significativos del film es el ahondamiento en el pasado de Indiana Jones, que nos muestra su infancia y las grandes similitudes que guarda con Spielberg. Un niño adulto que sigue soñando con aventuras. La profundidad de los personajes en este film es algo que les falta a las anteriores películas de la saga. Haciendo que la búsqueda del Grial quede relegada a un segundo plano, convirtiéndose en el centro la búsqueda del ser que todos llevamos dentro. La recuperación de Henry Jones para esta entrega está muy unida a su infancia, a la separación con su padre, que Spielberg busca conseguir en este film de una forma muy clara.