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Críticas de CristhianVille
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
9
7 de julio de 2017
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cómo responder ante el absurdo, comercial e imperante cine colombiano? Con las mismas absurdas, comerciales e imperantes formas, pero esta vez, de una manera inteligente, reflexiva y me atrevería a decir, artística. Esta es la apuesta de "Sin mover los labios", una película que recurre a lo grotesco, el "sinsentido" y la incoherencia para proyectar la vida de un ventrílocuo, cuyos aspectos de su patética vida, quizá, pueden ser similares a algunos de las vidas de su público.

La película en mención nos enseña explícitamente las narrativas "convencionales" de la creación cinematográfica colombiana: novelas hiper-melodramáticas, concursos de talentos en donde lo profundo del "talento" se banaliza, narrativas cuya intención es suscitar en el público risas fáciles y torpes, además, de actitudes violentas e injustificadas. Y... ¿todo eso para qué? Tal vez, para evidenciar el tipo de criterios estéticos y culturales de una sociedad que acoge a sus personajes, quienes se caracterizan por conductas y pensamientos estereotipados: el introvertido antisocial, la mamá proteccionista, la mujer con inestabilidad emocional, la pobre que se enamora del rico, entre otros.

La historia se presenta como una habitual comedia del absurdo, pero en el transcurso de la misma, se torna surrealista, mezclando ficción y realidad, a tal punto, que el espectador debe discernir entre ambas; algo poco común en el cine colombiano. Por su parte, los diálogos recurren a un vocabulario coloquial, pero que al sincronizarlos con las imágenes, afirman que incluso en lo más cotidiano y menos sutil, se esconden reflexiones y situaciones tensionantes y complejas.

La fotografía de esta película es tan nutrida y diversa, que incluso una conversación típica de contra plano, te lleva a cuestionar, "... y ¿cómo hicieron para poner la cámara allí? Además, transita entre, escenas totalmente a blanco y negro a algunas totalmente a color saturado, como también, las intercambia velozmente y superpone. Lo anterior, da cuenta de un montaje realizado, en la mayoría de los casos, con precisión. De igual forma en ciertos momentos, y por motivos narrativos, hace del mismo (montaje), un asunto incoherente.

Con relación a la dirección de arte y vestuario, es un ejemplo idóneo de coherencia conceptual y estética, donde cada traje, muñeco y elemento creado y presentado, es como si fuese natural a lo patético, grotesco y absurdo de la historia y sus personajes, para un ejemplo, detallen la pijama de la mamá y sobre todo, el decorado de su casa.

Algo que cabe la pena resaltar, es el montaje y mezcla de sonido, pues son escasos los ejemplos en el cine colombiano, cuyo sonido es pensado en relación íntima con las imágenes, así, al igual que la fotografía, es diverso y, en algunos momentos, compatible con lo esquizofrénico del montaje fotográfico.

Para finalizar, me gustaría compartir una idea un poco remota, pero que aplica al caso: al igual que Iñárritu uso de excusa a Birdman para criticar el cine mega comercial de Hollywood, puede ser que, "Sin mover los labios" haga del "show del gallo y el perico" una confrontación del cine "convencional" colombiano, y tiene su parte explicita para ello. Esta creación cinematográfica pone en escena la urgencia en Colombia de crear un cine inteligente y transgresor de películas como El paseo (1,2,3,4.... y otras muchísimas semejantes). Necesitamos de un cine que nos ponga reflexionar y sentir de otros modos, un cine que en sus finales, nos dejen sin mover los labios.
CristhianVille
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9
7 de julio de 2017
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La ira, los celos, el odio y la venganza han sido sentimientos y atributos humanos que las sociedades contemporáneas, en nombre de la civilización, han intentado esconder. La animalidad del ser humano, por lo menos en las culturas occidentales, se suele concebir como algo para reprimir, como aquello que la evolución ha dejado atrás y que el desarrollo y la razón no requieren.

No obstante, lo anterior no está más alejado de las realidades humanas, y Toro Salvaje de Martin Scorsese evidencia a puro color, con una fotografía a blanco y negro, el inevitable “lado oscuro” del ser humano.

Esta película narra algunos episodios de la vida de Jake La Motta, un boxeador italo-norteamericano de los 40´s y 50´s, para quien el ring de boxeo no es el único lugar de lucha, pues, su matrimonio, las relación con su hermano y su propia existencia son, en suma, espacios de combate.

Sin caer en un melodrama, Toro Salvaje presenta lentamente, la decadencia de un ganador, la caída de la imagen y fuerza de un luchador. Para Jake La Motta (Robert De Niro) el éxito no es sinónimo de estabilidad emocional o económica, y la victoria, no lo dirige hacia el pedestal de las virtudes humanas. Sin embargo, con esto no se quiere expresar que representan todo lo contrario, más bien, a partir de ello, se cuestionan los atributos que a las palabras “éxito” y “victoria” se suelen asociar.

Este cuestionamiento radica en los celos, la ira, el dolor y odio con que combate y que a su vez, son motor fuerza de un hombre que no desea concebirse desde su “lado oscuro”… desde su inevitable animalidad. Luchas e impulsos que no son ajenos a los espectadores, quienes posiblemente comprenderán esta compleja condición.

Condición que Robert De Niro internaliza de manera orgánica y contundente, siendo esta su segunda actuación en ser premiada con un Oscar. Además, las actuaciones de Joe Pesci, como un apasionado hermano y manager, y de Cathy Moriarty, como una arriesgada esposa, son tan creíbles y contundentes como la de De Niro.

En los combates de boxeo de La Motta, también ingresa Martin Scorsese, quien dirige y ubica la cámara dentro del ring, en medio de los boxeadores, desde la perspectiva del boxeador, haciendo con todo esto creer al espectador que está en las peleas.

Este largometraje tiene imágenes inolvidables del cine de boxeo y de peleas, por ejemplo, la introducción, con un plano general en donde La Motta es proporcionalmente grande al ring o los planos del toro salvaje resistiendo a los golpes de sus contrincantes.

Para concluir, Martin Scorsese hace de la vida de un boxeador un referente de la decadencia, de la inestabilidad del éxito y la fama, de los combates fueras del ring y de la inevitable condición de animalidad del ser humano. Toro Salvaje es una experiencia cinematográfica que proporciona unos cuantos golpes a las creencias y emociones de quien la observa.
CristhianVille
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