Esta es una de esas películas que pudo ser guay y no llegó ni a chachi. Si alguno de ustedes tiene ganas, puede leerse la primera versión del guión (http://www.figmentfly.com/legend/script3a.html) y comprobar que, al final, la cinta no se parece en nada.
¿Y eso por qué? Pues porque para rodar el guión antes enlazado el presupuesto habría sido de más del triple de lo que costó y la peli habría durado más del doble. No había tanta pasta. Se reescribió el guión casi veinte veces, se podó la historia por donde se pudo y salió lo que salió.

He leído críticas en las que comparan a estos tipos con los Monty Python... y no puedo estar más en desacuerdo. Donde los Python son surrealistas, Lucas y Walliams son, simplemente, bastorros.

Su estilo se parece mucho más al de los Morancos o al de José Mota: tosco, repetitivo y facilón.

Que se lo trague Rita. Hay cosas mucho mejores y poco tiempo para verlas...

La premisa expuesta en el título de esta crítica ya debería ponernos sobre aviso. Recorrer el camino del cine al videojuego suele ser delicado. El camino inverso se me hace, sencillamente, imposible.

Esta es la típica película que no me molesto en ver más que si aparece en TV de casualidad... y he abandonado a la mitad. Lo siento, todo es inverosímil. La "suspensión de la incredulidad" sólo es posible si el realizador siente un poco de respeto por el público. Y este no parece ser el caso.

Una presunta "tía buena", muchas escenas "molonas" de acción y un "misterio misterioso" no son suficientes para armar una cinta si no consigues que me crea, ni un poquito, lo que está pasando.