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Críticas de Indalecio2
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
6
16 de marzo de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Curioso trabajo el de Nahon, quien nos ofrece algo tan extraño como dos películas embutidas en una sola y separadas, más o menos, por su ecuador.

Así, durante la primera mitad asistimos a lo que parece un trabajo policíaco para capturar a un asesino en serie que desfigura terriblemente a sus víctimas. Un trabajo insano, con una fotografía oscura, en donde los protagonistas deben lidiar con detalles sórdidos y embarcarse en un submundo que lidia con lo peor del ser humano.

No obstante, pasada la mitad de la cinta, la historia golpea el timón y, allí donde lo sórdido y tróculo dominaban, ahora se desvanecen para dejar paso a una historia más mundana que, aunque también policíaca, dista de la anterior. De hecho, es la acción la que se adueña de la cinta, a la vez que los acontecimientos empiezan a sucederse a una velocidad creciente. Tanto, que el guion empieza a resquebrajarse por causa de los agujeros que empiezan a abrirse. Algo a lo que también contribuye la inverosimilitud de los hechos y la forma tan rocambolesca en que empiezan a hilvanarse.

La guinda de este pastel doble viene de la mano de sus últimos minutos, totalmente ajenos a lo visto hasta ese momento y con situaciones tan absurdas e inaceptables para cualquier ojo mínimamente crítico que terminan por tumbar lo que, en principio, parecía un trabajo competente.

El resultado final es extraño pues, como ya han citado otros críticos, la película toca muchos palos pero no se decanta por ninguno, a la vez que es excesivamente larga.

Lo vuelvo a sentir por Jean Reno, actor francés de padres gaditanos, a quien tengo en gran estima y cuyas dotes actorales, creo, son bastante potables. Pero embarcarse en este tipo de trabajos no le ayudan.
Indalecio2
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2
15 de marzo de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un desastre de película en todos los sentidos. McTiernan firma un supuesto remake del trabajo del 75 logrando, no solo una película casi totalmente desconectada de la anterior, sino un subproducto de ínfima calidad que sorprende por los nombres que hay tras la misma, caso de Jean Reno y McTiernan.

En esencia estamos ante un producto sin pies ni cabeza, en donde un joven aspirante a jugador de hockey decide enrolarse en un agresivo juego que se desarrolla en países asiáticos (Rusia y sus repúblicas satélites). Nada de futuros postapocalípticos ni de sociedades aborregadas por la violencia gratuita, sino más bien la versión televisada de las peleas de gallos en donde los miserables se hacinan para apostar mientras los índices de audiencia generan dinero en segundo plano.

El dichoso juego en sí que da título a la obra es una mezcla de balonmano, hockey, patinaje sobre ruedas y trial, en donde dos bandos, disfrazados de forma esperpéntica, deben marcar tantos usando una pesada bola metálica dentro de un circuito de motocross. De por medio, carreras, saltos imposibles, puñetazos y sangre por doquier. Hasta aquí la parte comprensible de la historia, porque del resto ya se ha encargado McTiernan de liarla parda de la peor forma imaginable.


Empezando por los propios partidos, cuyo montaje es caótico y plano, y pasando por el argumento principal alrededor del que se hilvana la historia, el resultado es un compedio de bobadas que dejan al espectador con cara de "esto es una broma, no?".

Llama la atención la pobreza de los personajes, pues están perfilados con tal nivel de ingenuidad que al espectador no le queda otra que recurrir a un continuo "facepalm" durante el visionado. No en vano, los protagonistas son increíblemente ingenuos, no pareciendo enterarse de nada de lo que sucede a su alrededor. Sus reacciones, infantiles y dignas de alguien que ha vivido bajo una piedra desdes el primer minuto de metraje, producen sonrojo en el espectador.

Los facinerosos de turno, con Reno a la cabeza, son tan torpes, faltos de carisma y bidimensionales que dan auténtica lástima. Tanta que, en contraste con la reacción de los supuestos héroes, el espectador no tardará en llegar a identificarse con ellos antes que con los pobres descarriados.

Los giros de la historia son otro puntazo, con agujeros y golpes de timón absurdos, en donde todo parece suceder sin lógica. Es como si el texto hubiese sido montado con retazos de trabajos escritos por guionistas incomunidados entre sí.

Mención especial para el insidioso comentarista y sus ridículas reacciones y diálogos, el cual McTiernan usa de forma tan incompetente y cochambrosa que uno acaba pensando que, si hubiesen cercenado esos fragmentos y esa voz en off, la película habría ganado algunas décimas. Huelga decir que esta película destroza la suspensión de la incredulidad del espectador a los pocos minutos, obligándonos a mirar el reloj varias veces para ver cuándo acaba el dichoso pestiño.

Reno y McTiernan en un ejercicio de incompetencia manifiesta, con diálogos predecibles, situaciones que causan vergüenza ajena y exhibición gratuita de tetas al estilo de las películas de Ozores.

En serio, la condená es mala como ella sola.
Indalecio2
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3
18 de marzo de 2017
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Cuando a Gerard Butler lo despidieron del bufete escocés donde trabajaba tras terminar la carrera de derecho, optando así por dedicarse a la interpretación, quizás supo que tendría que empezar en producciones cutres. Por tanto, imagino que no debió sorprenderle protagonizar esta chorrada de pelicula. Lo que quizás no sabría es que, junto a él, estarían otros actores que, años después, se volverían reconocibles.

Porque "Drácula 2001" (originalmente "Drácula 2000"), no es más que otra de las muchas adaptaciones del chupasangres por antonomasia. Una versión cuya existencia quizás obedeciera a la proximidad del fin del milenio, tan dada a tontería oscurantistas.

No obstante, la propuesta no pasa de eso; de otra adaptación de calidad baja e interés nulo, en donde Butler interpreta al Dracula de marras perseguido por su némesis principal, Van Helsing. Un drácula aburrido, sin personalidad, incapaz de captar la atención del espectador míninamente, y que no aporta chicha alguna aparte de una posible explicación sobre su origen. El resto son diálogos repelentes y predecibles, montajes delirantes y acontecimientos que chirrían más que una verja oxidada.

En mitad de este fangizal tenemos a un Christopher Plummer recordando viejos tiempos, así como a un jovencísimo Nathan Fillion al que apenas se le ve el pelo, dado que su personaje no aporta nada a la historia. Quién le diría al canadiense que, años después, sería uno de los rostros más frikis.

Asimismo, los seriéfilos, amén de Fillion, también agradecerán la presencia de un joven Jonny Lee Miller, bien conocido mucho después por su papel de Sherlock Holmes en la "Elementary", así como la aparición de Omar Epps, cuyo papel del Dr. Foreman le reportaría fama gracias a la serie "House".

Por todo ello, si hubiese que darle algún valor a esta película sería el de presentar a rostros aún extraños para el público que, tiempo después, acabarían dándose a conocer. Pero la película, por sí misma, es un truñaco de cuidado.
Indalecio2
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2
27 de marzo de 2017
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando en el 98 se estrenó "Blade", la película tuvo su gracia. El siempre incapaz de Wesley Snipes pareció haber encontrado un personaje de tebeo acorde a sus limitaciones interpretativas, cuya puesta en escena, sin ser desbordante, se dejaba ver sin molestar.

Tras cuatro años de parón, a aquel trabajo le siguió una continuación en donde la historia, contra toda previsión, pareció mejorar. Los malosos evolucionaron y a Snipes lo pusieron a trabajar en equipo con un grupo de actores que, aunque no fuesen los lumbreras de su promoción, cumplían bien y facilitaban digerir las carencias interpretativas del futuro evasor fiscal. Guillermo del Toro se portó.

Apenas dos años después, en el 2004, llegó esta tercera entrega, y lo mandó todo a hacer puñetas gracias a su guionista metido a director, David Goyer, quien para colmo de males resultó ser el que escribió los textos de las dos entregas anteriores. Una película desastrosa, con una historia desaprovechada y torpemente hilvanada, con un Wesley Snipes dando razones para que lo enchironaran y un plantel de secundarios cuyo posterior éxito profesional se antojaba harto discutible tras ver este mondongo.

"Blade: Trinity" es, por tanto, una película a evitar, aburrida, saturada de montajes absurdos, con frases delirantes y una historia principal que más que hilo conductor es un cable de alta tensión con el que electrocutar al espectador.

Su visionado está desaconsejado, salvo como lección acerca de lo que es una mala película.

PD: Recomiendo al lector consultar la sección "Trivia" de la ficha que IMDB conserva de esta película. Le ayudará a entender este desbarajuste.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Indalecio2
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