Fascinante cuento que narra la belleza de lo diferente, de lo que se sale de las normas establecidas y sólo entiende de sentimientos. Edward es un joven que fue creado a partir de un robot y no fue terminado tras la muerte de su inventor, quedándose con tijeras en lugar de manos. Conociendo las cosas nuevas como un niño pequeño, solo quiere encajar en el mundo que se le presenta tratando de agradar a unos y a otros. Cree que es posible y confía en integrarse. Pero un mundo así no está hecho para un corazón puro y pronto surgen problemas.

Tiene un gran fondo con una crítica social muy grande. Es magia la contrariedad de ver un barrio aparentemente feliz y tranquilo con un trasfondo egoísta, hipócrita y mezquino junto a un castillo gótico donde existe un ser con una inmensa bondad y el poder de amar sin límites pese a su oscura apariencia.

Su esencia esta en la belleza de lo melancólico y siniestro. En el amor más puro e incondicional que nace cuando aún eres inocente. Esa fragilidad que muestra traspasa la pantalla y hace ver la autenticidad y sinceridad de su alma.

Hay películas que logran abrir la puerta del corazón, entrar en cada rincón y remover cada parte de tu ser. Al acabar ya no eres el mismo, te ha dejado una bonita lección. Esta película, sin duda, te hace ser mejor persona, te hace reflexionar sobre la sociedad actual y te hace soñar con un mundo diferente.

Cuenta con un gran Johnny Depp que sabe llegar al corazón con sólo una mirada y una bellísima Winona Ryder.
La banda sonora es mágica, ayuda a introducirnos en este cuento y a hacer más emotiva cada escena.