"La juez novata", este podría ser el título de esta mala película, y lo siento por Barroso, un director muy capaz para películas de acción.
Todo es previsible, y lo que no es para defraudar y no para sorprender.
Película sin ritmo, o, lo que es peor, con un mal ritmo.
Desconcertantes, por no llamar patéticas, algunas escenas como la visita de la juez a la esposa del sospechoso para tomar café en casa de ésta.
Una juez que juega a detective, a policía y a justiciera sin enfocar ninguno de los 3 roles.
Unas historias al margen sin sentido, sin razón de ser, el padre en coma, la hermana y gente que uno no sabe qué hace en la película.
Pero lo que más me extraña es que denominen a esta película como erótica, una de dos, o hemos rebajado el nivel de exigencias y nos conformamos con poco o yo mañana debo ir al sexólogo.
Que entre juez y delincuente haya una atracción sexual no es nuevo, pero de ahí a llamarle erotismo hay un mundo. Las pocas escenas eróticas que hay, apenas un par de ellas son bastante normalitas, no "ponen", a pesar de la belleza de Leonor quien, por cierto, es la única que salva un poco el desastre colectivo y por eso le doy un 5.

Ví esta película en su estreno de 2006, pero no escribí sobre ella, salí del cine tan estremecido que,seguramente, hubiese sido absolutamente parcial en mi comentario y hubiera escrito eso que los legítimos detractores de esta historia y de esta película, ultracentristas y demócratas de toda la vida, acusan.
Por eso quise revisarla 5 años después y valorarla desde el punto de vista cinéfilo más que desde el histórico, y, admito que no es tarea fácil, pero hice otras lecturas o reflexiones que tal vez puedan interesar a los usuarios de filmaffinity.
- El director de la película no cae en la trampa de pintar a Salvador como un héroe, simplemente lo retrata como un muchacho de su época que apostó fuerte y perdió, tanto perdió que pagó con su vida.
- Tampoco ensalza las virtudes de su grupo anarquista, los deja ahí como jóvenes que querían cambiar la sociedad y eligieron un camino concreto.
- Habría que agradecer al Director que no se recrease en lo que entonces eran los juicios militares, todos sabemos que los reos estaban indefensos, que algunos abogados defensores fueron adevertidos de delito por el mero hecho de ejercer su trabajo de una manera digna y profesional, pero ya se han hecho muchas películas y se han escrito muchos libros al respecto, por eso aquí se trata de pasada y se da por sabido que era así.
- El tratamiento en la película de un hombre que va a ser condenado a muerte y que pasa sus últimos momentos con lo que le rodea es sencillamente ejemplar.
- Incluso la escena del asesinato a garrote vil está tan bien hecha que no asusta, sino que estremece.
- Por último felicitar a director por la canción final "i si canto tris" de Lluis Llach, canción que se hizo precisamente en 1974 como homenaje y recuerdo a este y a otros asesinatos de estado de la época.

De lo demás ¿qué se puede decir?, que la España de entonces era así, que la historia es absolutamente real, que la policía era como era, que la justicia militar lo mismo, que etc etc, nada nuevo que no esté escrito en la historia y en la memoria de aquellos que, como yo, somos muy conscientes de dónde venimos y hacia donde no queremos volver.

La guerra, la violencia, es una perversión que tiene el don de pervertir a la totalidad de la sociedad afectada directa o indirectamente por ella.
Este es el caso de "los colores de la montaña", un episodio más de una perversión más que, esta vez, tiene su escenario en los montes de Colombia, bellos montes, por cierto, paisajes que invitan al sosiego y al disfrute más que al chantaje, la violencia, la desmembración, el miedo, la huída obligada que provoca la despoblación y la sinrazón.
Y toda esta vorágine de cosas vista desde los ojos de una pandillita de muchachos cuyo único objetivo es jugar al football.
En resumen, una película más que tiene por escenario uno de los cientos conflictos bélicos que continuamente hay en el mundo, a destacar en esta cinta los bellísimos paisajes, el retrato muy acertado de la sociedad rural de las montañas colombianas, los colores de la montaña que hacen honor al título, unos personajes perfectamente creibles, y algo que nos llega adentro del corazón, al no haber actores consagrados, ni decorados de cartón piedra, ni efectos especiales. ni otras magias del cine, lo que nos llega es real, cercano, casi familiar, aunque estemos muy lejos de aquellos paisajes y aquellos paisanajes.

Si se quiere hacer una película sobre la lealtad, la ambición, el honor, el feminismo, las intrigas palaciegas etc etc, que se haga, pero con personajes imaginarios; lo que, a mi entender, no es de recibo es que se mezclen esos conceptos con una historia aparentemente real que es destrozada y pisoteada, una burla a la misma historia.
Para empezar la figura de Enrique VIII , rechoncha, pícnica, es interpretada por un "cachas" que deja en mantillas a nuestro atlético príncipe Felipe.
Quizás el único papel bien interpretado sea el de Catalina de Aragón, el único creible, y no es que la interpretación de ambas hermanas Bolena sean malas, no, pero el lenguaje del siglo XXI quizás no existiese en la época en la que se supone que el film está ambientado.
El resto no pasa de un melodrama que bordea el culebrón, incluso la ambientación habría que ponerla en cuarentena a pesar de algunas bellas tomas.

Veo la película en cine, no la pude ver en su estreno, y escribo este comentario una semana después que Truman consiguiese el Goya 2016 a la mejor película de 2015.
No voy aquí a discutir las de por sí discutibles decisiones de la Academia de Cine a la hora de otorgar los premios, tan solo diré que Truman no es una mala película, ni mucho menos, pero dentro de unos años se recordará como aquella que ganó el cabezón sordo y unas interpretaciones que enriquecerán aún más los éxitos de Darín y Cámara, especialmente del primero
Es una película más sobre el manido y recurrente tema de la enfermedad terminal donde podríamos citar decenas y decenas de ejemplos, tanto en el cine español como en el internacional, no lo hago para no aburrir o por temor a dejarme alguna, pero todos tenemos en mente varios de estos ejemplos.
Son siempre películas tragicómicas que despiertan tanto la lástima como la sonrisa, Cesc Gay lleva bien el guión aunque en la primera parte aburre, no le coge el ritmo.
Muy buenos los cameos de Eduard Fernández, Javier Gutiérrez, José Luis Gómez, Pedro Casablanch, Elvira Mínguez y otros, todos ellos apenas están en pantalla más de 1 minuto, pero lo bordan, están bien dirigidos, como lo están los 2 protagonistas,
Final sorprendentemente tierno que deja un toque de lirismo.