Esta película ha marcado mi vida. Partió de cuajo mi niñez, y hoy sé que hay un antes y después de "El ETE y el OTO". Después vendría "Asesinos Natos", que partió mi vida cuando más joven.

"El ETE y el OTO" es un atrevimiento de escenas memorables. Es imposible tener más poca vergüenza y dirigir esto, porque de los hermanos Calatrava qué te puedes esperar...¡¡Son humoristas, joer!! Pero al Esteba le arrancaba la piel a tiras. Supongo que huyó y se cambió el nombre.

Pero no se equivoquen. La película que más recuerdo de mi infancia es esta. Aun con el razocinio de un niño podía observar una barbaridad tras de otra, capaz de desencajar mandíbulas del horror y que atravesaban el límite de lo peor para alcanzar el punto sublime de lo memorable. El final es la catarsis, el convencimiento de que no verás jamás algo igual. Y todavía sigo sin verlo.

Totalmente aconsejable. Recomendada para descubrir los límites humanos. Un imbécil haría una obra maestra comparada con esto. Es imposible volverla a repetir. No existe ser humano capaz de igualarla.

Se ahorraron contratar al guionista. Diálogos tipo:
-"Tienes que ser fuerte"
-"Quiero huir"
-"No puedes"
-"¿Por qué?"
-"Te ven"
-"Ah"
-"Tengo miedo"
-"Tienes que ser fuerte"
...Así 90 minutos. A alguien le faltó decir "-¡¡Amparo!!"

Ni Ed Wood tendría la indecencia de hacer una secuela.

Película que indigna a la Humanidad, que abre los ojos a las injusticias del mundo, porque la de dinero que han despilfarrado estos dos sinvergüenzas con el beneplácito de la productora. Demasiados problemas para gastarlo en esta bazofia

La película entretiene , cumple su cometido. Los buenos (léase los marines) son los más, y los malos son malísimos. Intenten vaciad sus críticas de prejuicios políticos y antiyanquis y tendrán una película muy entretenida. Acción sin pausa y esperanza de victoria. Y la tensión la aguanta hasta el final: Eso es muy difícil de hacer hoy día. Muy recomendabble para aquel día en que te apetece cine sin comeduras de cabeza.

Este espectáculo sin sentido reúne a millones de bailarines alrededor de un escenario al más puro José Luis Moreno. Película sin pies ni cabeza donde lo único potable es la canción que da título al engendro. Pero ni eso es capaz de destacar el director, ya que se empeña en esconder a Olivia Newton-John entre otros dos o tres millones de bailarines, cosa que me hace sospechar de sus gustos sexuales. Un cero a Gene Kelly, por ser capaz de aceptar un papel en esta aberrante obra aburrida y casposa, que además ha envejecido muy mal. Siento no poderla poder peor. Si fuera capaz lo haría.

Recomendada para aquellos que aun así no se crean lo que digo. Pónganse el vídeo musical, y con eso vale.