Impresionante morralla. Humor extragrueso. Rememoración continua, en peor todavía, de Esteso, Pajares y compañía. ¿Dirección? ¿Para qué? poniendo delante de la cámara a unos cuantos esperpentos a los que solo les falta andar a cuatro patas y dándole al botón de Rec ya está hecha la película. Después con unir los sketchs con un mínimo de linealidad temporal e intentar que no se vea el pegamento en pantalla, solucionado. ¿Y esto ha sido la película de mayor recaudación del cine francés? (que no es el bantú). Así nos va. Época de crisis mundial como hace mucho tiempo que no se veía. Pero es una crisis basicamente de ausencia de cerebro, que esta mamarrachada filmada sin gusto, ni tacto, ni un mínimo sutileza, haya tenido este éxito, es como para rociar la tierra con gas mostaza y eliminar todo vestigio de raza humana. A ver si evolucionan las ratas o los mosquitos o cualquier bacteria que seguro alcanzará un grado de civilización muy superior al nuestro, sin demasiado esfuerzo.

Jua jua jua, cuanto me he reído, risas mil, que gran humor en esta gran comedia moderna...

Creo que si cuelgo un zurullo delante de la pantalla apagada de mi televisión, tendría la misma sensación. Hala, Hala, a disfrutarla damas y caballeros, no se la pierdan.

Tostón de andar por casa. Otras muchas se han hecho, semejantes y mejores. Lo de que donde vivo es una mierda así que me piro al paraíso yankee para salir adelante, está ya tan sobado que tiene que tener una condimentación muy especial para superar la capa de tedio que provoca a su paso, una vez rebasado un límite fronterizo de distribución al que debería haberse ajustado. Según parece no quiere caer en el dramón profundo y lo consigue, es más, por no caer no cae en nada, no siendo, al menos en mi caso, en la continua producción de resoplidos de aburrimiento y contínuas investigaciones sobre el tiempo restante para terminar el suplicio.

En resumen, producto flojo, de poco brillo y carente de interés para cualquiera no afectado directa y concretamente por el tema que toca, pues como filosofía universal constituye un ejemplo demasiado rancio y tópico, muchísimo mejor expuesto en otras ocasiones. Apenas provoca movimiento en el intelecto y tampoco entiende de emociones, no hay interpretaciones que quiten el hipo ni recursos técnicos reseñables. Que no os engañen, más que nada, tabarra.

La wikipedia informa: "Estiércol es el nombre con el que se denominan los excrementos de los animales que se utilizan para fertilizar los cultivos. Con los abonos sintéticos, los estiércoles dejaron de emplearse bastante en la agricultura convencional, aunque ahora la agricultura ecológica los recupera por su valor ya que no sólo proporcionan nutrientes al suelo sino que aportan materia orgánica y favorecen la presencia de microorganismos del suelo, responsables de la fertilidad de la tierra".

Al menos, gracias a esta gran comedia tan gamberra, buena parte de la población, incluída crítica especializada, han sentido fertilizados sus cultivos interiores. Loado sea Todd Phillips por preocuparse de abonar nuestros elevados gustos y dar rienda suelta a nuestros intrépidos deseos. Nada más lejos de mi intención que dejar de adorar a una industria al servicio del engranaje adecuado, cuyo siguiente e inminente paso, será introducirnos un chip en los "güevos" o en los ovarios, según el caso, con el que poder controlar nuestros grandes y profundos pensamientos, para así saber la forma más adecuada de actuar en todas índoles, con el fin de satisfacernos y hacer que sigamos escalando peldaños en nuestra contínua evolución, además de hacer caja, por supuesto.

En serio, es impresionante, ya practicamente está prohibido perdérsela. Es toda vuestra.

La peli es una mierda completa como cabía esperar. Más y más y más de lo mismo con los frikillos de turno y el trasfondo de buen rollito estilo disney que por momentos provoca nauseas superiores a las de Sartre. Se apunta a la moda de incluir estrella rockera en el guión y así queda muy convincente todo, aquí le tocó el turno a un Bowie que cada vez se parece más a Bela Lugosi.
Preparada, lista y expuesta para seguir moldeando zombies que continuen aportando su ladrillo el día de mañana, nos sirve como enésimo ejemplo para comprobar de nuevo, que el mundo de la música no pertenece en absoluto al terreno del arte, sino que es propiedad privada y exclusiva de la puta industria con mayúsculas. Que nadie nos engañe, el alma hace muchos años que murió enterrada bajo la pasta, el sexo, las drogas y el bienestar. Ya no se hacen canciones, todo son supositorios empaquetados, la mayor parte de ellos presentados ineludiblemente con videoclips, ideados sin duda, para que alcancemos el kharma superior, aprehendiendo e interiorizando mientras nos deleitamos observando tías buenas con tremendas peras y culos meneándose para nuestras neuronas o guaperillas intragables o presuntos rebeldes, que esconden seres babeantes, a la única espera de ver como los billetes van llenando sus sacas. Aquí no se atreven a tanto porque destila un santísimo tufillo y es demasiado juvenil para entrar en esos lares, pero poco más da.

Lo único salvable de la pertinente quema es un grupo llamado "The Daze" y la canción que tocan "Blizzard Woman Blues" que para eso, se escucha apenas diez segundos. Por suerte, para solventar este tipo de problemas, hoy todavía tenemos métodos.

Clon en malo de la mejor serie anime que he visto "Cowboy Bebop". Aquí sin encanto, con un desarrollo infantiloide, personajes sin gota de carisma y además con una calidad gráfica y de guión a años luz de la de "Spike" "Faye" "Jet" y "Ed".

Hacedme caso, buscad la de Watanabe y olvidaos de esta minucia. Es como comparar "El Padrino" con una de Van Damme.