Las películas ambientadas en grandes casas victorianas, son muy frecuentes en el cine británico. Suelen ser brillantes en la estética de los decorados y con frecuencia también en las historias que cuenta.
Esta es una más, que despega con una primera parte muy atractiva para más tarde adentrarse en un relato sobre la segunda guerra mundial mucho menos poderoso e incluso confuso. Así la película que arranca muy brillantemente se va metiendo en una trama menos interesante y contada de manera confusa y ramplona.

Espléndida película que no habia tenido ocasión de ver en la gran pantalla y que ahora ha llegado a mis manos desde esa extraña guerra que se traen los grandes diarios nacionales para atraer lectores. Real com la vida misma, tierna, emotiva y fenomenalmente dirigida e interpretada, nos descubre como con un buen guión, un tema muy sencillo puede convertirse en una muy buena historia para transmitir al espectador todas las emociones que uno siente a diario.
Sencillamente maravillosa.

Hay que reconocer que R. Scott ha conseguido en esta ocasión no ser tan pesado como como en sus últimas direcciones, en particular cuando nos "aburrió" con su historia sobre la presencia norteamericana en Somalia. Ensalada de tiros, tras ensalada de tiros, bajadas de helicópteros, luchas callejeras en Mogadiscio y poco más......Aunque es verdad que la historia de este mafioso negro se podia haber contado en un poco menos de tiempo, tiene a su favor que por primera vez se nos cuenta la vida de un mafioso "afroamericano" y que esta historia es real. Pero no es suficiente para mantenernos en una butaca más de 2 horas y media y no contarnos, aparte del color del protagonista, nada nuevo en la historia de la mafia, bien conocida a través de numerosas películas muchas de ellas ejemplos maestros del cine americano.

Espléndida narración visual de las tropelias de las mafias rusas y de otros paises del entorno, cuando extienden su campo de actuación a la Europa occidental (habria que aprender y aplicarse al cuento en España). La película parece muy creible y bien documentada, particularmente en lo que se refiere a las conexiones con los antiguos servicios secretos de aquellos paises y a las rivalidades entre grupos de distinta procedencia que intentan, cada uno por su parte, controlar las distintas parcelas del negocio.
Muy buena interpretación de Viggo Mortensen (confeso mi escasa devoción por este actor) al que, a mi juicio, el personaje al que da vida le cae como un traje a medida.

Es muy posible que la reacción de la protagonista de Juno, no sea muy bien comprendida en muchos sectores de nuestra sociedad occidental. La decisión de una quinceañera de tener un hijo aunque no quiera criarlo, la de darlo en adopción a una pareja desconocida a la que encuentra a través de una hoja de barrio y la reacción de su padre y su madrastra, no forman parte de lo habitual por estos pagos.
Y sin embargo se trata de una película original, muy lejos de lo que acostumbra el cine americano en las películas de adolescentes, siempre llenas de fiestas, igues y otras fechorias en los fines de curso. En suma, una cinta que se deja ver muy bien y que se aproxima a lo que, a mi juicio, deberia ser el cine de entretenimiento.