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Críticas de Luis Guillermo Cardona
Críticas 3.333
Críticas ordenadas por utilidad
Toy Story
Estados Unidos1995
7,7
160.142
Animación, Voz: Tom Hanks, Tim Allen, Don Rickles, Jim Varney ...
9
2 de abril de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando los padres se encuentran en casa, en muchos hogares los niños son retraídos; se encierran a ver televisión para poder oír voces distintas y quizás más agradables, o a mirar el celular para ver imágenes distractoras… y, en el mejor de los casos, hacen tareas o conversan con algún amigo. ¿Por qué hacen esto? Yo creo que es porque no se sienten libres, porque abundan para ellos los: “Has esto”, “¡No hagas eso!”, “No ayudas en nada”… Y si a esto se añaden, los gritos, los insultos y los castigos, la presencia paterna no produce placer sino verdadero tormento. Pero, ¡ojalá vieran lo que sucede cuando los padres salen de casa! Los niños cobran vida, la casa luce alegre, la nevera se abre repetidas veces… y los chicos liberan toda esa energía reprimida porque nadie podrá quitarles que, para ellos, la vida es esencialmente un juego.

Sirviéndose de una encantadora metáfora para no herir susceptibilidades, una historia de John Lasseter, Pete Docter, Andrew Stanton y Joe Ranft, dio lugar a una regocijante historia que, Lasseter, dirigiría, y además de que fueron pioneros al lograr la primera película rodada con la técnica CGI (Computer Generated Imagery > Imagen Generada por Computador) que enseguida se impondría definitivamente, también lograron que, ésta primera prueba, saliera avante de manera bastante satisfactoria. <<TOY STORY>>, fue nominada para tres premios Oscar, siendo, John Lasseter, ganador del Special Achievement Award, “Por el desarrollo e inspirada aplicación de técnicas que han hecho posible el primer largometraje animado por computadora”… y habiendo costado 30 millones de dólares, la película recaudó la exorbitante suma de ¡394 millones!

La nueva técnica sorprendió a todo el mundo, y como agregado, se logra presentar a un gran grupo de personajes encantadores que, con todo lo heterogéneos que resultan, terminan ligados por esos valores que dan sentido a la existencia. Por aquí brillará la amistad, la lealtad, la solidaridad, la empatía, la astucia, la persistencia y la tenacidad… y cada espectador podrá sentir que, el permitir ser y el encontrarse con nuestra verdadera esencia, es de las mejores cosas que podemos tener en esta vida.

La historia, en principio, es muy sencilla: Entre sus numerosos juguetes, un chico llamado, Andy, tiene preferencia por Woody, una suerte de comisario del oeste norteamericano… pero su fidelidad se pone en riesgo cuando, en su nuevo cumpleaños, al chico le regalan un astronauta que es una réplica de un celebrado personaje de la televisión llamado, Buzz Lightyear. Su manera de presumir sus potenciales y de que él no es un juguete sino un Guardián Espacial (Space Ranger), aumentará la animadversión hacia él, hasta que…

Lo que sigue está lleno de elementos que favorecen la comprensión humana y bien nos daremos cuenta de lo erróneo que suele ser juzgar por las apariencias o por la primera impresión. Vale la pena tratar de escudriñar en la psicología de, Woody y Buzz, pues, por medio de ellos reconoceremos a seres humanos que son muy comunes en nuestro barrio… y en todo éste extraviado paraíso.

Situaciones muy ingeniosas y divertidas; canciones muy agradables y significativas; y una serie de apuntes que nos permitirán interpretar las actitudes humanas, elevan el nivel narrativo de esta estupenda película que siempre puede verse con bastante agrado.

¡Hasta el infinito y más allá!
Luis Guillermo Cardona
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Soul
Estados Unidos2020
7,4
33.645
Animación, Voz: Jamie Foxx, Tina Fey
7
30 de marzo de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cada ser humano nace con un talento que debe descubrir, pues, de su ejercicio y consagración depende nuestro nivel de satisfacción aquí en la tierra. Por otra parte, todos y cada uno tenemos un propósito que cumplir, pues, de lograrlo, habremos merecido pasar a un nivel más avanzado de evolución. Ese propósito se define como, Unicidad, y es aquel momento en que logremos vivir en paz, respeto y solidaridad los unos con los otros, porque, entonces, el eje de este mundo será el Amor… y Dios es Amor.

La palabra inglesa, Soul, sirve para definir el Alma (aliento de vida); y también sirve para identificar una variedad de jazz en el que impera el sentimiento heredado de los ritmos africanos, el blues y el gospel, el cual tuvo su mayor impulso en los años 1950 del siglo XX. Entremezclando esos elementos: Jazz, sentimiento y espiritualidad, surge ésta nueva película escrita y dirigida por, Pete Docter (en colaboración con Kemp Powers), director que ya nos había dejado bastante satisfechos con, “Monsters Inc.”, y luego con la magnífica, “Up”.

El cuento arranca con un profesor de música que, con gran pasión, está enseñando jazz a sus pequeños alumnos… cuando, de repente, es informado por un amigo de que, la gran intérprete, Dorothea Williams, está buscando un pianista para el nuevo concierto que dará con su cuarteto. El profesor pasa la prueba, pero aún tendrá que superar un reto más grande cuando se vea espiritualmente trasladado a una hipotética estación entre la vida y la muerte, donde deberá tomar un Seminario del Yo, del que se derivarán importantes decisiones y poder comprender algunas cosas a las que no acceden, en vida, el común de los mortales.

Infortunadamente, la complejidad de este tema -que los directores no logran simplificar-, hacen que la película resulte un tanto compleja para los chicos y, temáticamente, <<SOUL>> se pone más a la altura de los Adultos que de los niños; pero, paradójicamente, la manera de presentar a los personajes que guían este campo astral (figuras abstractas con cierto toque picassiano), hace que los personajes pierdan impacto visual y todo luzca como una mera y caricaturesca especulación. Por otra parte, la lograda trama y el efectivo diseño de imágenes que se traía hasta entonces, se diluye durante mucho tiempo y siento que esto desconecta a los chicos de la trama terrenal.

Lo más afortunado de ésta realización es, en primer lugar, la utilización del compositor, Jon Batiste y otros artistas, como punto de referencia para las interpretaciones, pues, se logró que éstas luzcan perfectamente ajustadas entre imagen y sonido; y después, hay un gran acierto y profundidad en cierta parte de los diálogos -no aptos para quienes solo esperan movimiento-, pues, si logramos oírlos atentamente, parte de ellos conducen a valiosas reflexiones y permiten abstracciones de hondo significado. Docter y Powers, apuntan alto en su deseo de trascendencia… pero, tengo que decir que no lograron ubicarse plenamente en el nivel de los niños… y algunos tendrán que esperar a recordar o a tener una mayor comprensión de los diferentes niveles existenciales, para poder digerir lo que la película propone.

Una frase digna de considerar en la sociedad de hoy:
“Hay quienes se dedican a criticar y subestimar a otros, solo para tratar de encubrir sus propios sueños fallidos”.
Luis Guillermo Cardona
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7
22 de marzo de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dicen los estudiosos de la obra de Colette (Sidonie-Gabrielle Colette), que su principal propósito era, “reivindicar los derechos de la carne sobre el espíritu” (que también los tiene, por supuesto… aunque no la supremacía, que ya es otro cantar) y también “los derechos de la mujer sobre el hombre”, que ya nadie discute si tiene, cuando menos, un ápice de materia gris. Sus novelas hablan, pues, de sexo y libertad; de renuncia a las tradiciones y de abrirse a la experimentación… y hablan del amor como una forma de dar para poder recibir.

Artista de revistas y cabarets; periodista, libretista, novelista y guionista, Colette vivió la vida a sus anchas sin tabúes ni opresiones. Fue bisexual casi toda su vida. Tuvo amantes por decenas y tres maridos que le perdonaban que se acostara con mujeres, con tal de que no lo hiciera con otros hombres… pero cuando se casó con el segundo de ellos, Henry de Jouvenel (jefe de redacción del periódico, Le Matin), éste tenía un hijo de 17 años llamado Bertrand, y la atracción entre madrastra e hijastro no pudo acallarla en una de esas vacaciones de verano que pasaban en Saint Tropez… y a sus 40 años de edad, Colette no tuvo reparos en convertirlo en su amante.

De esta candente historia, es que surgen luego sus novelas: “Chéri” (1920) y posteriormente, “Le Blé en Herbe” (1923), siendo ésta última la que deciden adaptar, Jean Aurenche, Pierre Bost y el también director, Claude Autant-Lara, en una historia que, difícilmente hoy, podría filmarse. Por supuesto, la misma discreción -donde es más lo que se sugiere que lo que se muestra-, encontrable en el libro, también se verá en esta historia de amor que, de cierta manera, nos lleva a comprender que, en el amor -y en el deseo-, si acaso existen barreras ¡nadie sabe en qué momento puede llegar a franquearlas!

Aquí, es Philippe, un chico de 16 años que, al sentirse atraído por una guapa mujer de mediana edad -que como él y su familia veranea en las playas-, decide buscarla no obstante que tiene otra relación con Vinca, una joven de 15 que se ha sumado al paseo con sus parientes. Las contrariedades de esta relación y la facilidad de expresión de que, además, goza, Madame Dallerary, hacen que el chico se sienta fascinado… y así comienza un choque de afectos donde, el amor y el deseo, buscarán definirse.

En un ambiente con cierta picardía y con una narración bastante fluida, Autant-Lara, logra mantener la esencia de la escritora Colette… pero precisamente por esto, su llamativo filme se ha mantenido en las sombras y solo, hasta ahora, conseguimos verlo.

El reparto lo encabeza la gran actriz, Edwige Feuillère (“Lucrèce Borgia”, “Sans Lendemain”, “L’Idiot”… ), quien logra un carácter bastante sugerente. La pareja de jóvenes es interpretada por, Pierre-Michel Beck y Nicole Berger, los cuales resultan muy convincentes… y en un breve rol como el proyeccionista del Cine Ocean, es grato ver al luego célebre comediante, Louis de Funès.

Título para Latinoamérica: <<EL TRIGO JOVEN>>
Luis Guillermo Cardona
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7
22 de marzo de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras haberse establecido su familia en Marsella, huyendo de la terrible persecución que los armenios padecían en Turquía, Achod Malakian, estudió ingeniería, trabajó en la radio y en otros medios, hasta que, por fin decidió que lo suyo era la cinematografía y con el nombre de, Henri Verneuil, debutó por fin como director a la edad de 32 años… y empezó con pie derecho porque, en ese año 1952, hizo ¡tres películas!, la segunda de las cuales sería, <<TRES MOMENTOS DE ANGUSTIA>>, la cual arrancó con un guion que escribieran, Jacques Companeez y André Tabet, para el cual adaptaban -en tres segmentos-, historias escritas por nada menos que S.A. (Stanislas André) Steeman, Peter Cheyney y Georges Simenon, tres de los más grandes representantes de la literatura detectivesca de Europa.

Para nuestro gusto y entender, el resultado fue el siguiente:

1. “L’Alibi de Monsieur Wens” (La Coartada de Monsieur Wens) Una historia muy bien estructurada la que nos ofrece el escritor belga, S.A. Steeman, en la cual tiene como protagonista a su investigador, Wenceslas Vorobeïtchik, nombre que, por comodidad, sus clientes y amigos resumen como Monsieur Wens. Aquí, este simpático personaje -interpretado con mucho carisma por Raymond Rouleau- investiga a un marido -Hubert Elding- cuya mujer teme que, por su dinero, él pueda asesinarla. Lo curioso es lo que sigue después, donde resultarán varios sospechosos y la resolución es inimaginable. Con diálogos refinados y de precisos sarcasmos, los hechos transcurren de tal manera que nos mantienen pendientes de cada nuevo elemento que se añade a la investigación. Georges Tabet (Mr. Elding), René Génin (El conserje) y Arlette Merry (Florence Gari), complementan el excelente reparto.

2. “Je suis un tendre” (Soy un sentimental) es, para mi gusto, el punto más bajo de esta tríada en la que el protagonista es el famoso detective, Lemmy Caution, por primera y única vez interpretado cinematográficamente por un actor distinto a Eddie Constantine. Infortunadamente, el intérprete no da la talla, y tampoco la historia del detective estadounidense que regresa a Europa para seguir en la búsqueda del señalado secuestrador y otras bajezas, Rudy Siguella, consigue atraparnos, pues, tiene elementos difíciles de digerir y el investigador resulta más tontuelo que un serio detective. En la actuación, solo se advierte a, Natalie Nattier (Michèle Leroy)… y eso porque de veras está bien parada.

3. “Le témoignage de l’enfant de choeur” (El testimonio del monaguillo). Gracias a la eficiente y paternal presencia de, Michel Simon, representando al gran Inspector Maigret; y a la presencia del niño, Christian Fourcade, quien, como Justin -el impactado y amenazado testigo de un asesinato-, resulta conmovedor y admirable, éste segmento toma alto vuelo y se sigue con mucho interés la suerte del pequeño. Queda aquí plantada la notable capacidad que, ciertos chiquillos, tienen para mentir… y también queda claro que, vale más maña que fuerza, cuando se trata de convencer a alguien para que pueda confiar en quien lo investiga… ¡aunque a veces alguien puede atravesarse en el camino!

Comenzaba a consolidarse aquí, un director que luego haría historia ¡y qué historia!
Luis Guillermo Cardona
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9
24 de febrero de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las películas más logradas, a nivel visual, que hayamos podido ver en los últimos tiempos, es ésta, <<HAPPY FEET>>, y es también una ejemplar historia llena de dinámica música y personajes encantadores. El protagonista -aunque bien podría ser toda la comunidad de pingüinos que habita en la Antártida- es, en especial, un joven pingüino llamado, Mumble, quien nace distinto, pues, carece del talento musical que su manada tiene en la voz, pero, él lo lleva en sus patas, ávidas de tap (zapateo) desde que nace.

Esto hace que sea discriminado como un judío en tierra de nazis o un palestino en tierra israelí. Pero, Mumble enfrenta su diferencia… y cuando por fin se siente aceptado entre otra especie de pingüinos que valora lo que él hace, se aleja sin reproches de su manada, dispuesto a seguir su propio destino como Juan Gaviota, como el Principito… o como tantos otros seres especiales que, por el simple hecho de ser distintos no caben en los espacios comunes donde, a fin de cuentas, serían uno más. Pero, cuando la naturaleza nos hace distintos, en vez de lamentarse, hay que agradecer éste impulso que nos puede llevar a grandes alturas... ¡si se llega a reconocer los grandes potenciales y la voluntad que nos asiste!

Pese a todo, Mumble ama a sus padres, quiere a Gloria, la calificada cantante, y valora a su manada –sentirse rechazado no significa rechazar y la sabiduría es comprender–. Entonces, en compañía de aquellos pingüinos con quienes logra aceptación, emprenderá un camino que, quizás, lo lleve a servir de manera muy especial y a reencontrarse consigo mismo.

Además de ser una gran fiesta en la que habrá gratas dosis de amistad, solidaridad, talento artístico… y Amor, también habrá espacio para que la obstinación, la intolerancia y el desatino hagan de las suyas… y un gran clamor por el derecho a ser y por el respeto a la diferencia + un atinado alegato en defensa de los ejemplares pingüinos, cuya existencia peligra, ahora, ante la pesca indiscriminada de atunes que las grandes compañías están haciendo sin reparar en el daño que causan a ésta y a otras especies.

Con un guion escrito por él mismo, en colaboración con John Collee y Judy Morris, el director, George Miller, ha logrado una bella y emotiva película, cuyos personajes sin duda permanecerán en la memoria de los espectadores.

Reconocimiento especial para los departamentos de arte, sonido, efectos visuales y efectos especiales; y por supuesto para la banda sonora de John Powell, con todo lo cual se ha conseguido un espectáculo muy colorido, sorprendente y aleccionador.

Recuerda tomar muy en serio su mensaje… y también recuerda que un gato no es tonto por no saber nadar; un elefante no es tonto por no conseguir subirse a un árbol, ni un pingüino es tonto si no sabe cantar. Ciertas capacidades no las tenemos, pero, aquellas que sí tenemos son las que tenemos que utilizar. Por eso, siempre nos necesitaremos los unos a los otros.
Luis Guillermo Cardona
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