Película de 1939 dirigida por Irving Cummings. Es la historia del inventor del teléfono desde que empezó con la idea hasta que terminó el juicio por su patente con la poderosa Western Union (al menos, como se creía que había ocurrido la invención de dicho artilugio en aquella época).
Esta cinta fue todo un éxito en la época, tanto como para que se conociera popularmente el teléfono como un "Ameche" (y así lo explica Barbara Stanwyck en Bola de fuego), aunque ha perdido casi toda su popularidad y es poco conocida hoy en día. Es la historia de la invención del teléfono, aunque luego se demostrara que su auténtico inventor fuese Antonio Meucci, convertida en un relato de amor y de superación. El guión está bien construido, dramatizando hábilmente los sucesos como para enganchar al espectador. Hace que se empatice enormemente con el señor Bell debido a su enconada lucha por conseguir que fuese posible el invento así como para que lograra la estabilidad para casarse con su amada, además de su labor e intención de ayudar a personas sordomudas. Destaca el reparto, encabezado por el ya mencionado Don Ameche, un secundario inmejorable como Henry Fonda y otros actores de la talla de Loretta Young, Charles Coburn y Gene Lockhart. Cumming logra marcar un ritmo muy adecuado con la mezcla justa de drama y sensibilidad, consiguiendo que el resultado sea bonito y entretenido. Por último, destacar la buena fotografía de Leon Shamroy.
Interesante, entretenida y bien realizada.

La historia que cuenta es una auténtica maravilla que es una lección de trabajo, esfuerzo, afán de superación, constancia, ..., para todos y, especialmente, para padres. Es muy entretenida por lo que es recomendable para todos los públicos, y refleja la importancia de la educación no sólo desde las perspectiva escolar sino también la familiar (muy descuidada hoy día). Es una fuente de inspiración, una gran lección.
La historia se cuenta con buen ritmo para hacerla amena pero reflejando algunos de los problemas de se encuentran los niños y adolescentes. Las interpretaciones son buenas y, aunque se nota que contaba con un reducido presupuesto, las ambientaciones, vestuario y demás aspectos más técnicos no desentonan y cumplen adecuadamente.
En definitiva, una película que hay que ver para pasar un buen rato y para hacernos pensar y aprender.

Película de 1985 dirigida por Philip Borsos. Se acerca la Navidad pero no es un momento especialmente feliz para una familia que debe dejar su casa a finales de año y la madre sólo ve problemas, dejando de creer en Santa Claus y el espíritu navideño. Un ángel es mandado para ayudarles y que vuelva a creer, aunque es una misión bastante complicada.
Modesta producción de Disney sobre el espíritu navideño que recuerda a la inolvidable Qué bello es vivir aunque queda muy lejos en todos los aspectos. Aún así, es bonita y adecuada para ver en familia durante las fiestas. Lo mejor es que nos recuerda a todos lo que es importante y lo que no, no quedándose en la mera superficialidad comercial muy común en este tipo de cintas. Cuenta con algunos actores reconocidos como Mary Steenburgen y Harry Dean Stanton, pero parece un producto para televisión por la sencillez que la caracteriza.
Para ver en familia en las fiestas.

Se trata de una película agradable, con una buena BSO con estupendos temas de country y la maravillosa presencia de Audrey Hepburn. Pero nada más. El guión no tiene el ingenio, la frescura ni chispa de otras comedia de enredo (incluso del propio Bogdanovich). No se le saca partido a las situaciones que va produciendo y nos quedamos tan solo con una trama nada creíble y absurda. Las mujeres son seducidas con una sorprendente facilidad por hombres más mayores, o más feos, o que no las tratan bien. Y éstas caen irremediablemente enamoradas de ellos. Pero lo peor es que no se les saque provecho para hacernos reir.
Salvo alguna sonrisa puntual, todos rieron menos yo.

Deliciosa comedia romántica de 1937 dirigida por el magnífico George Stevens. Está basada en la obra teatral de J.M. Barrie (escrita antes de Peter Pan) que tuvo un gran éxito y ya contó 10 años antes con una versión muda. La historia se enmarca en la época de las guerras napoleónicas, teniendo que partir muchos hombres desde Inglaterra hacia el frente en el continente europeo. Se trata de una comedia de enredo que critica las situaciones dramáticas que sufrían muchas mujeres por el encorsetamiento de la sociedad que rápidamente etiquetaba a las jóvenes como solteronas y éstas debían comportarse como damas de avanzada edad. La protagonista sufre al inicio un revés por una confusión amorosa y luego se rebela a sufrir su papel de paciente, sosegada y comedida solterona. Por ello nos recuerda en algunos momentos a las protagonistas de las novelas de Jane Austen, coincidiendo incluso en la misma época.
Está protagonizada por una excelente Katherine Hepburn (aunque fue uno de sus sonoros fracasos de taquilla), por un poco conocido Franchot Tone encarnando al protagonista masculino, y por la efectiva secundaria Fay Bainter. Un detalle curioso es que podemos ver a una jovencísima Joan Fontaine en su tercera aparición en la pantalla, pero ni siquiera aparece en los créditos. Junto al reparto, lo mejor es el guión que desarrolla la trama con numerosas situaciones cómicas sin caer en los absurdos excesivos típicos de una screwball comedy. Retrata con humor a las clásicas vecinas cotillas y otros clichés de esta sociedad.