Eso es lo que es esta película. La salvan algunos numeritos, en especial los de Maryl Streep y los del presentador, que de ridículo hasta gusta. El resto es una castaña infumable y absolutamente prescindible. Al que le guste el country de la América más paleta que vaya a verla sin demora.

Trabajo experimental de Lynch. Más radical si cabe que la anterior, Mullholand Drive, es un proyecto experimental sin guión. Es una sucesión de imágenes absolutamente indescifrables. Aqui hay una cosa clara: si no soportas a Lynch huye de esto, pero si como yo, te encanta el arte contemporaneo y en particular el universo lynchiano amarás esta película. Eso si, no hay por donde cogerla. Sigue así David.

Para mí, un pelín por debajo de Batalla en el Cielo y Japón, es Luz Silenciosa la nueva obra del mexicano Carlos Reygadas. La belleza mística que rezuman algunas de la imágenes (la lluvia, ese plano del helecho laaaaargo, LA LUZ), unido al tempo absolutamente cautivador e hipnótico, hacen que me venga a la cabeza la obra del REY: Andrei Tarkovski.
Restringida. No es para todo el mundo.
Realmente buena.

Me quedo con sus larguísimos planos, su excelente fotografía en blanco y negro y algunas grandes escenas de esta irregularísima película del artista húngaro experimental Bela Tarr.
El guión en sí no hay por donde cogerlo y lo de la ballena es absolutamente idiotesco. Tras documentarme después de su visionado, sigo sin entender casi nada. Se le ha comparado con el ruso Tarkovski, pero trás ver este trabajo tengo que decir que, aunque su estilo se basa en este se encuentra unos peldaños muy por debajo del ruso.
Trabajo recomendado exclusivamente para los interesados en el cine experimental y fuertemente underground.

Obra póstuma del maestro japonés, que cierra así una de las carreras cinematográficas más importantes del mundo. Y lo hace, me temo que por la puerta de atrás. Bastante mala, esta película nos muestra el exageradísimo (ojo debe ser una especie de ritual en Japón) y forzadísimo culto y veneración por parte de unos alumnos hacia la figura de su maestro.
Las escenas que pululan por este filme son de una "tontería" inusitada y la teatralidad de los actores es exasperante. Lo del gato ya ni te cuento.
Sin embargo, es capaz de cerrar el metraje con un final mágico y realmente emotivo (recordando a Los Sueños de A.K.), pero no le salva de las dos horas y cuarto anteriores de un cine absolutamente banal y ridículo. Se va con un 4.