Herido, pero no por los golpes que recibe en los combates, más bien por los que le da la vida. Randy ''The Ram'' consigue vivir gracias a su yo del pasado, el que le consiguió la gloria. Pero los ecos del gran ''The Ram'' empiezan a apagarse y Randy necesita aliento nuevo. Aliento que ve en la striper Cassidy y en su hija Stephanie.

De todas las críticas que decoran la cabecera de la peli en FilmAffinity me quedo con esta:

"Aronofsky ha demostrado, más que nunca, su valor como cineasta, escuchando más a sus personajes que a su estupendo ego''
(E. Rodríguez Marchante: Diario ABC)

Y esque Randy es un personaje que necesita gritar y decir lo que siente, y necesita que alguien le escuche. Y la cámara de Aronofsky sabe hacerlo, apartándose de sus particulares efectismos y centrándose en el lenguaje audiovisual clásico: Los primeros planos.

Aronofsky sin duda consigue su propósito. Gran película sin duda.

No country for old men es difícil para la mayoría. No tiene apenas diálogos, aquí las que realmente hablan son las imágenes. Las miradas de los protagonistas, sus acciones, van narrando una historia con un final nada corriente.

Puede que la gente esperara un duelo a muerte entre Josh Brolin y Javier Bardem como si de una peli de Sergio Leone se tratara, pero las cosas no van por ahí. El mundo de ''No Country for Old Men'' es realista, no es bonito ni apacible. Los malos son imparables y los buenos tienen poco que hacer: huir y preguntárse el significado de su existencia.

Cuando vean esta película olvídense de todo el cine que Hollywood les ha enseñado a masticar, olvídense de los puntos de giro, de los climax y los anticlimax. ''No Country for Old Men'' no es nada de eso.

La caligrafía visual con la que se ha rodado el film merece mención aparte, esta podría haber sido perfectamente una película casi muda (a excepción de las partes de Tommy Lee Jones) y seguramente nadie se perdería (bueno, menos los que esperasen algo ya digerido) y seguiría teniendo la misma potencia.

Como último apunte: La película debería ser estudiada, no sólo en términos de cómo contar una historia (sin casi palabras) como bien comenta Scott Foundas, si no de cómo crear tensión sin usar una nota de música extradiegética. Material didáctico de primera.

¿Cómo abordar el film de Kubrick? Podría hacerlo desde la óptica de la incomprensión, aquella cinta que he visto demasiadas veces y que aún no acabo de comprender. Pero no lo voy a hacer así porque para mí, el valor que tiene esta cinta va más allá de si entiendo el final o no. Básicamente, aparte de que -según el mismo Kubrick- cada uno deberíamos de abordar el carácter filosófico de la peli a nuestra manera, la experiencia que nos ofrece el director neoyorkino es otra muy distinta a la argumental.
2001 es una peli para sentir, una peli para mirarla fijamente durante todo su metraje y disfrutar de su hipnótico viaje espacial, de su música perfectamente elegida, de esos enormes espacios muertos, lentos de cojones pero de una enorme calidad cinematográfica. Y para disfrutar del último capítulo aparte.
Y sobre todo, disfrutar de la obra más personal de uno de los gigantes del celuloide.
Disfrútenla y recuerden: el entretenimiento no es el único objetivo que tiene el cine, también hay pelis para disfrutar de forma lenta y pausada. Esta es una de esas pelis.

Adaptación libre del relato de Conrad, en este caso Coppola trasladó el relato de África a Vietnam y lo convirtió en un relato antibelicista (sin eliminar la esencia original de la novela, más bien potenciándola gracias al talento visual de Coppola).

Después de estrenar 3 de sus grandes películas (El Padrino I y II y La Conversación) Coppola apostó todas sus cartas en esta magnífica película que relata lo absurda que llega a ser una guerra. Sí, se arruinó, pero regaló a la gente una de las mayores joyas del cine. No sólo ha creado secuencias míticas, sino que también ha convertido canciones como ''La cabalgata de las Valkirias'' o ''The End'' en propias e inseparables de su film.

Otra de las virtudes de esta peli que la hacen, a mi modo de ver, la mejor película antibelicista de la historia es su falta de maniqueísmos y sentimentalismos. En lugar de eso opta por mostrarnos situaciones absurdas y estúpidas como el asalto al campamento vietnamita para que el sargento Kilgore pueda surfear.

Por otra parte consigue algo que la obra literaria no pudo (al menos conmigo), crear ese halo de misterio alrededor del coronel Kurtz al que siempre vemos entre penumbras.

Joya del siglo XX desvirtuada, a mi parecer, por la incorporación en la versión Redux de una de las secuencias más tediosas y mal colocadas de la peli. Sí, hablo de la parte con los franceses. Esta parte me obliga a no ponerle un 10 redondo, aún así sigue siendo mi peli favorita. Jodidamente recomendable.

Curioso comienzo, nefasto final.
El resultado de una película depende mucho del final, un final malo, escrito deprisa y corriendo o pensando en su comercialidad puede dar al traste un guión entero, y en Soy Leyenda es lo que la pasa.
Y no solo ese final con aires de cristiandad y esperanza, sino ese segundo punto de giro, metido con pinzas en mitad del metraje, una relación que pretende ser realista al principio, y que podría haber sido mucho más emotiva, pero que en vez de ayudar a que la cinta avance, remueven sus cimientos.
No hay que descartar esta película como cinta de entretenimiento, no vas a sentir que has perdido 100 minutos de tu vida para nada, pero dentro de unos años olvidarás por completo este intento de pasar esta obra literaria a la gran pantalla.