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España España · Oviedo
Críticas de Sícoles
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Críticas 27
Críticas ordenadas por utilidad
7
5 de enero de 2023
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
[Spoilers en toda la crítica. Por no hacerla interminable, prescindo de algunos puntos interesantes como el simbolismo del agua, la subversión de los roles de género, los animales y, sobre todo, los relacionados a Isabel (las peculiaridades de su personaje, la maternidad, el racismo hacia los indígenas…)].

En plena crisis económica argentina, Lucrecia Martel inicia su Trilogía de Salta con «La ciénaga», el primer largometraje de su carrera como directora. La realizadora argentina compone una obra de una complejidad extraordinaria, que vuelve casi increíble su etiqueta de «ópera prima». Coproducida entre Argentina, España y Francia, y con la destacada ayuda económica del Sundance Institute, la película se hizo con el Premio Alfred Bauer en el Festival de Berlín.

El título del filme hace referencia a una ciudad en la provincia argentina de Salta y al aspecto de una finca próxima a esta localidad, en la que una familia de clase media espera el final de las vacaciones de verano. Un accidente de Mecha (Graciela Borges), madre alcohólica de cuatro hijos, provoca la visita a la finca de la familia de su prima Tali (Mercedes Morán), también madre de cuatro hijos, y de su hijo mayor José (Juan Cruz Bordeu), que se encuentra en Buenos Aires con la examante de su padre Gregorio. Isabel (Andrea López) es una joven indígena que realiza las tareas domésticas de la casa; mantiene una relación especial con una de las hijas de Mecha, Momi (Sofía Bertolotto).

En la primera escena, inquietante gracias a un uso impecable del sonido, vemos a Mecha, Gregorio y su grupo de amigos yacer junto a una piscina de agua estancada, acompañados de sus correspondientes copas y cigarrillos. Empieza a llover, se levantan y sus carnes arrugadas arrastran siniestra y lentamente las sillas, con movimientos aletargados, lánguidos, como si de una película de zombis se tratase. Y es que, en realidad, esta primera secuencia ya introduce el retrato de una familia, o de una sociedad, que se parece bastante a la sátira de los muertos vivientes de Romero. Es decir, el retrato de una sociedad indolente, dormida, en decadencia física y psicológica; un estado de muerte en vida que aparece de manera recurrente en la cinta, a través de imágenes que muestran a los personajes tirados en las camas en posiciones antinaturales, cadavéricas.

Gregorio y Mecha son los padres de la familia, los que supuestamente deberían cuidar a los hijos. No obstante, sobresalen por su inutilidad. Si las toallas desaparecen, echémosle la culpa a la Isabel; si no sé cómo pasar una llamada, o no quiero levantarme de la cama, es que menuda porquería de teléfono. ¿Hay que ir hasta la ciudad a por medicamentos? Que Momi lleve el coche. Papá, tengo 15 años, no tengo carné de conducir. ¡Qué más da, si te paran ya nos arreglaremos! El matrimonio vive rodeado de problemas y siempre encuentra la solución en cargarle el muerto a otro o quejarse de que nada funciona en la casa. Graciela Borges y Martín Adjemián, armados con los diálogos precisos de Martel, representan a la perfección esta faceta de sus personajes.

Tan censurable es la abulia como la falta de voluntad para cambiarla: así lo señala Momi cuando le dice a su madre que se pasará el resto de su vida en la cama, tal como le ocurrió a la abuela. Mecha se enciende, pero termina dándole la razón a su hija: «Y si quiero encerrarme me encierro, ¿sabés?». La única tentativa de movimiento está en el proyecto de un viaje a Bolivia entre Mecha y Tali, con el fin de comprar materiales para la vuelta al colegio de los niños; un plan que finalmente queda en eso, en la travesura de un plan. De nuevo, Graciela Borges lo borda. Su interpretación es soberbia —que no sobria— y tan versátil que hasta añade un pequeño alivio cómico a una película por lo demás oscurísima.

La crítica de Lucrecia Martel se extiende a una atención excesiva a lo material, traducida en una desatención a lo humano. Cuando Mecha sufre el accidente, se preocupa más porque no se ensucien las toallas que por su propia integridad física; en esta misma secuencia, Momi arranca el coche y atraviesa unas hortensias que para Mecha resultan más importantes que la seguridad de su hija. Esta actitud materialista se observa, a su vez, en Tali. A pesar de que es una madre mucho más responsable que su prima, es ella la que termina sufriendo la pérdida de un hijo, justo cuando está prestando atención al ruido que le molesta del vecino de arriba. Un montaje muy sugerente yuxtapone la muerte de Luciano con imágenes vacías de la casa vacía de Tali: una cesta de fruta en la mesa del comedor, una televisión, un bonito espejo en el cuarto de baño, un triciclo, una terraza repleta de macetas coloridas. Y para qué.
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Sícoles
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El espectacular Spider-Man (Serie de TV)
SerieAnimación
Estados Unidos2008
6,3
1.703
Greg Weisman (Creador), Victor Cook (Creador) ...
Animación, Voz: Josh Keaton
8
28 de febrero de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para mí, la representación audiovisual más acertada —junto al videojuego para PS4— que se haya hecho de los cómics del personaje. Quizá debería ver la serie de animación de los 90 antes de afirmarlo, pero pienso que esta adaptación es, por lo menos, mejor que cualquiera de las películas. No niego que mi opinión es algo parcial, dada mi experiencia con la serie, que es la siguiente:

— Primer visionado: no recuerdo exactamente cuándo fue, pero veía El espectacular Spider-Man de pequeño en la televisión. Por este motivo, es posible que la nostalgia ablande mi juicio. De todas formas, esa sensación al final de cada capítulo de quedarte con ganas de más ha permanecido intacta. Entonces tenía que conformarme con los episodios que emitían y odiaba no poder verlos en orden.
— Segundo visionado: 2018. Este año tuve una especie de fiebre arácnida. Pude revisitar la serie y, para mi sorpresa, me pareció considerablemente mejor de lo que recordaba. En líneas generales la disfruté mucho; advertí, eso sí, que técnicamente era algo floja.
— Tercer visionado: 2021. Recientemente ha llegado a Netflix y he aprovechado para verla una vez más. Me sigue encantando, por supuesto, aunque también me he dado cuenta de algunos defectos.

La he visto siempre en castellano y volvería a hacerlo. El doblaje —que tanto le gusta criticar a la gente— es excelente. No se me borra de la cabeza la voz en off de Peter.

El mayor logro de El espectacular Spider-Man es el tratamiento de sus personajes. Normalmente, la serie gira en torno al protagonista y las relaciones que mantiene con los demás. Es un Peter Parker con las características de siempre: inteligente, acosado en el instituto, inseguro con las chicas, etc. Como Spider-Man también suelta los típicos chistes. Si hay algo que lo destaca entre las demás representaciones del personaje, son las constantes decisiones morales que toma a lo largo de la serie, decisiones que lo suelen perjudicar de algún modo. Esta faceta se aprecia por primera vez al final del capítulo 3, el primer gran episodio de la serie.¹

Los secundarios están muy bien, principalmente porque la mayoría de ellos evoluciona. Es difícil de creer, pero incluso Flash Thompson, el matón de turno, cuenta con un arco interesante. En este sentido, a Spider-Man le viene genial el formato serie, ya que dedican tiempo a personajes que en las películas son prácticamente decorativos. Hay personajes menores, pero también estos sorprenden de vez en cuando. Un ejemplo es George Stacy, que puede pasar inadvertido y, sin embargo, es un personaje único por una curiosa característica.² Exceptuando a los villanos, de los que hablaré más adelante, me quedo con Gwen, Flash, Tía May y ciertos momentos de J. J. Jameson en que me partí la caja.

Hay tramas románticas con varios de los personajes femeninos. Antes esto me agradaba mucho, pero en este último visionado me he dado cuenta de que está mal. Sencillamente está mal. Situaciones superforzadas y clichés por todas partes, particularmente la «interrupción en momento clave», que se repite hasta el infinito y acaba resultando muy cansina. Dicho esto, la escena final de la primera temporada es fantástica.

Los villanos son muchos y elevan la serie. Además, los clásicos y más reconocibles de Spidey; casi todos aparecen en las películas del personaje. Algunos intervienen en capítulos aislados y otros se desarrollan poco a poco. Nombro los más relevantes en el spoiler.

Las escenas de acción son geniales. En los combates de Spider-Man contra los diferentes villanos la animación luce muy bien, y los golpes, los movimientos, las explosiones, son puro cómic. Se nota que el presupuesto —que era poco— se invirtió mayoritariamente en estas escenas. Los momentos cotidianos de la serie son bastante más cutres; a veces choca la poca naturalidad en los movimientos de los personajes.

Abundan las referencias visuales a la saga de Raimi y a los cómics. Incluso he visto un vídeo que muestra varias escenas de las películas de Marc Webb inspiradas en El espectacular Spider-Man. Otro aspecto positivo que destacar es la música, tanto la que suena durante la serie como el tema de los créditos iniciales, increíblemente pegadizo.

Como ya han comentado en otras críticas, la serie fue cancelada y solo se emitieron dos temporadas. Básicamente, Disney adquirió los derechos televisivos de Spider-Man cuando ya se estaba preparando una tercera temporada, que prometía nuevos villanos y tramas además de, por supuesto, la resolución del cliffhanger con que termina la segunda temporada. Disney pudo haber continuado con el equipo de Sony pero, para disgusto de muchos, decidió cancelarla para producir una serie propia —Ultimate Spider-Man (2012)— y el proyecto de la tercera temporada quedó en nada.
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Sícoles
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5
28 de enero de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Salvo el tema que trato en la zona spoiler, no hay mucho que decir. Comedia romántica regulera, olvidable —habiéndose estrenado en 2011, casi nadie la recordará a estas alturas—, tediosa y predecible a más no poder. Típica película que eliges ver cuando no te apetece pensar mucho y que, al final, acaba haciendo que te preguntes por qué no hiciste cualquier otra cosa en vez de eso.

La introducción al menos es original: el protagonista (Justin Timberlake), prometedor cabeza de un blog en Los Ángeles, capta la atención de la revista GQ de Nueva York, donde empezará a trabajar como director de arte tras ser convencido por la protagonista (Mila Kunis). Esta se convierte en su única amiga en la ciudad, y a partir de aquí comienza la trama sexual-romántica, motivada por el plantón que ambos han recibido recientemente de sus parejas por razones similares.

Me parece un comienzo acertado pero no me convencen sus personajes superatractivos, superguays y superperfectos. Comprendo que no todos los protagonistas de comedias románticas tengan que ser corderitos que inspiren una profunda compasión, pero como mínimo deben evocar algo en el espectador, y a mí estos solo me infunden indiferencia. Por otro lado, las actuaciones no me dicen nada, y la he visto en V.O., que es como mejor se aprecian. Resumiendo, nada recomendable; solo escribo esto para comentar unos detalles del argumento que dejo a continuación.

[SPOILERS A PARTIR DE AQUÍ POR FALTA DE ESPACIO EN LA ZONA SPOILER]

¿Es cosa mía o los dos personajes principales son medio hermanos? Vamos a ver, la identidad del padre de Kunis es un misterio. Su madre cambia de versión cada vez que abordan el tema, siendo esta una broma recurrente durante la película, hasta que finalmente ambas mantienen una charla en la que confiesa que solo ha habido un hombre perfecto para ella, y que dicho hombre es su padre. En este momento se me ocurrió la alocada idea de que el interfecto podría ser el padre de Timberlake, pero lo descarté porque había estado casado casi toda su vida con otra mujer.
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Sícoles
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7
19 de diciembre de 2021
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
[Actualización: 5 de enero de 2023]

La he vuelto a ver estas Navidades (cuarta vez, en realidad) y le he subido un punto. Que sí, que el guion y los giros imposibles y patatín patatán, pero en verdad es divertidísima. Y mucho más profunda de lo que parece. Tremendamente excesiva en lo narrativo y lo visual, sí, pero la propia película es consciente de ello e intenta parecerse a las obras en que se inspira. Reconocer eso hace que la experiencia como espectador mejore. Puede que haber visto «Suspiria» (la original, asombrosa) este último año también haya contribuido a estas líneas. Y que los bailes de Anya Taylor-Joy siguen siendo inolvidables, vamos.


[Crítica original]

El cine de Edgar Wright cansa. Y cansa en el mejor de los sentidos; acostumbra a ser tan cómico, imaginativo y frenético que cuando acabas una de sus películas te da la sensación de que has visto dos consecutivas. Pues bien, en este sentido, Última noche en el Soho se postula como el trabajo menos característico de su director. Para empezar, porque aunque contiene pequeños toques de humor, no es comedia, el territorio en el que mejor se mueve Wright; pero, sobre todo, porque los típicos recursos que convierten sus películas en auténticas montañas rusas desaparecen o se atenúan considerablemente aquí. El resultado es una película bastante mesurada para los estándares de locura a los que nos tiene habituados el director.

Respecto a la película tengo sentimientos encontrados. Voy a empezar por lo bueno.

Algunas secuencias me han parecido fascinantes. La primera en el Café de París y la de las luces estroboscópicas con «Land of 1000 Dances» sonando no se me van a olvidar. Del tipo de escenas que te dejan boquiabierto en el cine de lo perfectamente ejecutadas que están.

Las actrices, increíbles las dos, por supuesto, y su conexión —la de sus personajes, más bien— es el alma de Última noche en el Soho. El casting ha estado acertadísmo. Thomasin McKenzie encarna a una protagonista adorable; personalmente, me ha resultado muy creíble el baño de realidad que se lleva al llegar a Londres. Y Anya es una maldita estrella y ya está. Lo tiene todo. Las escenas en las que baila y canta son irresistibles, lo mejor de la película.

La banda sonora es estupenda, como siempre en las películas de Wright. En esta ocasión, canciones de los 60, la mayoría no muy conocidas, que seguramente escucharé mil veces en las próximas semanas, como ya me ocurrió con Baby Driver (2017).


Lo han comentado en otras críticas: la película falla claramente en su guion. (Apunto lo que más me ha chirriado en el spoiler). El problema radica en que al tratarse de una película, digamos, de misterio, el guion constituye casi la pieza más importante, y por eso Última noche en el Soho se queda un poco atrás en comparación con las obras anteriores de Wright. Es cierto que el guion de Baby Driver también flaquea bastante en su parte final, pero la película ofrece muchísimo en los demás aspectos y, a diferencia de Última noche en el Soho, es casi un musical de acción, en el que el guion no resulta tan relevante, o al menos para mí. Por otro lado, el resto de su filmografía cuenta con la «coartada» de la comedia/parodia. Scott Pilgrim contra el mundo (2010), por ejemplo, juega con la ventaja de que sus reglas son básicamente la ausencia de reglas, y por eso el director hace un poco lo que le da la gana. Ocurre algo parecido con la Trilogía del Cornetto, en la que, mediante la parodia, se permite presentar situaciones totalmente disparatadas.

Definitivamente, Última noche en el Soho no es una mala película, pero sí la más floja de Edgar Wright, lo cual dice bastante a su favor. Si no fuera suya, probablemente la valoraría de forma más positiva. Podría haber sido un peliculón, pero sus errores de escritura la hunden, y la dejan como una película molona pero intrascendente.

Aprovecho, por último, para fijar mi pequeño top de películas del director, ahora que las he visto todas al menos dos veces:
1. Baby Driver (8). Mi favorita por su excelente montaje, sus espectaculares secuencias de acción y cómo está escrita a partir de la música. Demasiado guay para ser verdad.
2. Scott Pilgrim contra el mundo (8). Puede que su mejor película. Sin duda, la más atrevida y definitoria de su estilo. Y además comedia romántica, qué más se puede pedir.
3. The World’s End (8). Gary King es el personaje más gracioso que haya parido su filmografía.
4. Hot Fuzz (8). Muy divertida e inteligente, y con un tramo final estratosférico.
5. Shaun of the Dead (7). Me gusta, pero por alguna razón no conecto tanto con ella. La pongo la última —penúltima, ahora—, aunque la aclamen como la mega película de culto de Wright.
6. Última noche en el Soho (6)
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Sícoles
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Love (Serie de TV)
Serie
Estados Unidos2016
6,9
4.500
Paul Rust (Creador), Judd Apatow (Creador) ...
5
11 de abril de 2021
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tristemente, Love es una serie cuya fachada es mejor que su interior. El título, el tráiler, los créditos iniciales e incluso el póster sugieren una fresca comedia romántica sobre el amor, un amor joven y salvaje entre dos personas realmente jodidas que, como es habitual en el género, se conocen y se salvan mutuamente. Así, resulta muy decepcionante que, excepto en contados episodios, no se refleje ese amor al que hace referencia el título.

Una de las virtudes de Love es también su mayor lastre: la representación realista de los personajes. Gus y Mickey son creíbles porque se muestran sus defectos. En muchas ocasiones actúan movidos por el egoísmo o simplemente aparecen pegados al móvil, una realidad que estamos acostumbrados a observar y que rara vez se plasma en el cine y la televisión. No cabe duda de que es una forma valiente de caracterizarlos pero, desde mi punto de vista, termina fallando, puesto que los protagonistas se tornan cada vez más cargantes y difíciles de querer.

Por otro lado, este realismo al que me refiero no siempre se respeta, porque a menudo las peleas de la relación son forzadísimas. Exageran el comportamiento de la pareja —sobre todo el de Mickey, a la que vuelven increíblemente susceptible— con tal de generar conflictos entre los dos. Además, en muchos casos se ignoran dichos conflictos para proporcionar un final feliz al capítulo o a la temporada en cuestión. El desenlace de la serie es el ejemplo más notorio (y ridículo).

Dejo algunos apuntes sobre cada temporada en el spoiler.
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Sícoles
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