Aunque la versión original dirigida por Delmer Daves en 1957 es una obra maestra y una de mis películas favoritas, esta versión de Mangold no se queda atrás y definitivamente es uno de los mejores westerns realizados en el siglo XXI junto a True Grit de los Cohen.

Aunque Lumet fue un director destacado no se encuentra entre mis predilectos, pero debo reconocer que fue de los mejores a la hora de armar las puestas en escena, solo basta recordar como se movían los actores en su obra maestra 12 Angry Men (1957).
En Deathtrap el blocking (movimiento de los actores en el escenario) también es perfecto. Es teatral en cierta forma por que la película va de eso, de construir puestas en escena, así como ocurre en otras obras como Sleuth (1972) de Joseph L. Mankiewicz o Rope (1948) y Dial M For Murder (1954) estas dos últimas ambas de Hitchcock.

Tiene secuencias de acción espectaculares, absurdas e inolvidables como la del principio o la persecución en tanque. Con todo esto se nota la influencia de North By Northwest de Hitchcock y después como GoldenEye mismo influyó en la saga de Mission Impossible. El tono de comedia siempre funciona bien en la saga de Bond, salvo con personajes detestables como el del hacker de Cummings.
Esta la primera vez que veo algo del Bond de Brosnan y pienso que él lo hizo muy bien, aunque mis favoritos siguen siendo Connery y Craig.
Por otro lado, es destacable la mejora de Campbell entre esta película que es de 1995 y Casino Royale que la hizo en 2006.

A Huston le calzó perfectamente la temática de Moby Dick, ya que justamente los ejes temáticos de su filmografía siempre han sido: la ambición de conseguir algo a toda costa y el fracaso de dicha búsqueda enfermiza. Esto claramente además de en Moby Dick puede verse en: el grupo de personas tras una famosa reliquia en "The Maltese Falcon", los buscadores de oro en "The Treasure of Sierra Madre", los ladrones de joyas de "The Asphalt Jungle", el estafador interpretado por Kirk Douglas en "The List of Adrian Messenger" y los aventureros timadores de "The Man Who Would Be King", entre otros.
Por otro lado, Huston logra como siempre sumergirnos en una genial atmósfera de obsesion malsana llena de paranoia. Puede apreciarse como la tripulación del barco se va contagiando de la locura de Ahab (un magnífico Gregory Peck, en la que quizás sea la mejor actuación de su carrera).

El gran misterio de esta película no pasa por la trama ni debe resolverlo Poirot, sino que se trata del montaje de la propia película y lo debemos resolver nosotros los espectadores...
Teniendo mínimos conocimientos de montaje cinematográfico cualquiera nota las extrañas elecciones de Branagh a la hora de poner la cámara (llegando a momentos injustificados). Más allá de esta gran "peculiaridad", el actor y director sale victorioso manteniendo la tensión en el ambiente.