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Polonia Polonia · Galitzia
Críticas de Valkiria
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Críticas 240
Críticas ordenadas por utilidad
5
15 de mayo de 2010
14 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya de entrada, las películas coloreadas me provocan profundas antipatías.
Si de por medio me encuentro a Jane Wyman (le falta sal) y a James Stewart (se repite como el ajo), lo más probable es que acabe viéndola por turnos. Así fue.

Stewart, un topo de una empresa de estadísticas y sondeos de opinión se hace pasar por agente de seguros en Grandview, un pueblo de gentes que cambian de parecer como tránsfugas profesionales: ahora construimos el centro cívico, ahora no, ahora vale, ahora no podemos. Y sin embargo, el hallazgo de Stewart radica en convertir a Grandview en la muestra poblacional representativa de toda la nación. No habrá pues porqué despilfarrar medios haciendo encuestas por todo el país. Basta con acercarse a esta Ciudad Mágica para saber qué opinan los americanos sobre extremos tan dispares como la reforma educativa o la posibilidad de elegir presidenta a una mujer.

Cuando la noticia salta a los medios, Grandview se convierte en un reclamo turístico donde todo americano medio desea vivir. Por un revés absurdo al minuto siguiente todo americano medio desea escapar de un pueblo que se convierte en algo parecido a Lepe (con perdón). La Ciudad Mágica y sus habitantes salen humillados y el país entero se ríe de los pueblerinos de Grandview. Jane Wyman lleva semejante cara de mala virgen toda la película que no entiendo cómo no espanta a Stewart desde el minuto uno.

Las gracietas son estúpidas e inocentonas. Se mire por donde se mire la película no tiene chispa pese a que lo pretende y además retrata a los americanos como a ganado y sin pudor. Cosa que me provoca vergüenza ajena. Claro que, si a ellos les falta debería importarme bien poco.

Una chorrada representativa del humor mojigato de la época, con un himno de por medio tipo el "Auld Lang Syne" que tanto dignifica a los americanos en grandes historias de pequeños pueblos rebosantes del sentido de la fraternidad ("¡Qué bello es vivir!") pero que tanto aburre en esta película absurda dirigida por el hacedor de “Caravana de Mujeres”.
Aquí, “Caravana de borregos”.
Valkiria
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6
24 de marzo de 2013
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estéticamente está logradísima. El director se ha afanado por componer planos de belleza indiscutible y sus actrices son todas preciosas. Estamos en un convento que sirve de refugio a las meretrices del burdel local y a las niñas cantoras de la Iglesia. Son veintitantas mujeres y están por todas partes. Zhang Yimou ha querido prestarles toda la atención visual.

Es uno de los errores de la cinta. El excesivo mimo a la apariencia abandona el contenido. A una historia con tanta enjundia le falta miga, no convence. El trillado recurso narrativo de la voz en off al estilo de “Memorias de África” le da, lamentablemente, cierto aire de telefilm. Otro resto. Y el maniqueísmo evidente presentando a los japoneses como auténticos descerebrados y psicópatas sanguinarios vuelve a menoscabar una película que no llegando a ser superproducción, tiene vocación de clásico.

Incluso Cristian Bale está desaprovechado. No se ha conseguido estrujar el talento interpretativo del inglés. Y en cuanto a las chicas ocurre un tanto de lo mismo, cosa que suele suceder cuando se pone a modelos y caras bonitas ante la cámara en lugar de contar con actrices profesionales.

Eso sí, pese a las dos horas y pico que dura, curiosamente no se hace larga. Por lo demás, muy normalita, distante e incluso... ¿fría?
Valkiria
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6
23 de noviembre de 2013
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en la historia clínica de Camille Claudel, escultora francesa y heroína de su Nación, Dumont, _refiriéndose a informes médicos únicamente_, se circunscribe al corto lapso de tiempo de los tres días que nos narra sobre su vida.En apenas esas horas, internada en un manicomio demencial cerca de Avignon y contra su voluntad, Camille aguarda esperanzada la visita de su hermano Paul.

Esa espera se hace eterna y Dumont, se excede. Lo adelanto por si deciden seguir adelante llegado el primer cuarto de hora del metraje.

Largos y silentes planos secuencia nos muestran los quehaceres cotidianos de una artista confinada al ostracismo y al destierro de la bohemia de la época entre los muros de un convento. Juliette Binoche hipnotiza al espectador a través de la personalidad arrolladora de la escultora, antigua alumna de Auguste Rodin y más tarde amante. Binoche es capaz de contarnos cualquier sensación con sólo mudar la expresión de sus músculos faciales.Es perder el tiempo exaltar aún más a la actriz. La interpretación de Camille está a la espera de un torrente de premios que Binoche, recogerá de su parte.

Dumont es denso, profuso y si se pone, soporífero. Es muy digno el estudio del carácter psicológico del personaje protagonista. Pero la lectura social hecha de la época, simplemente es redundante. El personaje ya lo expresa. También muy loable la aproximación a la creatividad frustrada de una feminista, pero incomprensiblemente, Dumont liquida su prolífica vida de 30 años encerrada a los tres días durante los cuales espera a su hermano.

Es, además, una película glacial. Con una rigidez escénica llamativa _la mayoría de sus planos están rodados en el mismo corredor del claustro_. No hay banda sonora y eso sí le suma enteros. Es el viento mistral el que sopla violentamente y acompaña toda la proyección.

A golpes secos las piedras de los caminos inertes por donde deambulan estas locas tienen mucho más derecho a decir y a ser escuchadas que la pobre Camille Claudel.

Película hecha a medida del buen hacer de la actriz.
Valkiria
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6
13 de febrero de 2011
4 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hola.

Sí. Es terrible que una película australiana con tan reputada crítica disguste. No me ha gustado. Las expectativas creadas por aquello de alejarse del perenne cine basura que cada año nos llega de Hollywood huyendo hacia otros lares, hace que, pobres inocentes, alberguemos esperanzas y expectativas deslumbrantes que, véase el caso, fracasan estrepitosamente.

El peor de los pecados de esta cinta es no aprovechar a Hershey y a Geoffrey Rush. Por la sencilla razón de que sobran protagonistas. Ocho actores juegan al "enredos" como si en toda Australia no existiera más bicho viviente. Absurdo que pretendan cruzar -sí lo hizo Robert Altman, en "Vidas Cruzadas", pero en torno a una catástrofe geológica y no a un enredo marital- los vaivenes, frustraciones y querellas de alcoba de, personajes tan forzados y estereotipados como los que nos presenta el tal Lawrence:

- un policía matón
- su mujer que baila salsa
- una psicóloga
- un tío en paro con pinta de hispano
- un catedrático de universidad
- una camarera con tres hijos
- la amante
- el marido de la amante

Todos se conocen y todos tienen secretos entre sí.

No saben hablar. Y yo, no me lo creo. Además, el prota, es el actor que siempre hizo de George Bush II, El Imbécil.

La película es, ya a niveles estéticos y narrativos, excesivamente lenta, muy monótona, muy gris y muy coñazo de nuestro señor.

Un gran lastre a un buen guión hecho trizas entre los 8 imbéciles.

Juzguen ustedes mismos.
Valkiria
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6
2 de mayo de 2013
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vi en español y sí, evidentemente, el doblaje es catastrófico. Pero tiene su gracia interpretar a actores franceses doblados al español con la típica grrrrrrr, metiendo vocablos de sólo una sílaba "TRES TRES BIEN" y cerrando la bouche como en una "ouuuu-larga".

También tiene su gracia que todas las empleadas domésticas españolas en Francia, por definición canten y bailen flamenco tanto en el trabajo como en sus horas libres a excepción de la santa hora de la misa de los domingos.

Sinceramente me hizo gracia porque así, es como hablan los franceses el español de batalla aunque, en este caso parezcan dibujitos animados. No deja de ser una comedia y con recursos sino se la toma muy en serio, que no está para eso la cosa. Por eso ser ríe uno tanto viendo esta estúpida representación de España en París en los 60, ámbito doméstico.

Incluso hay momentos emotivos en los que, pese a ser comedia y a quien pese, el terruño tira...

Una comedia que trata con muchísimo cariño a las españolas de los 60 en París. A las femmes du ménage. En realidad, se las trata como a esclavas, pero oh! se trata de las únicas esclavas dignas de tener orgullo y dignidad. Hasta de ser merecedoras del apellido de un monseiur français.

Total, muy coñera y cargada de buenas intenciones.
Valkiria
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