Algunas personas, incluso yo, hablan de que la película "no ha aguantado el paso del tiempo". Es una verdad a medias, porque en realidad nosotros somos los que no lo aguantamos, cambiamos. Las cosas nos rechinan cuando antes nos parecían bien y las obras maestras nos parecen dejar de serlo, pero en realidad somos nosotros mismos, lábiles, que nos vamos abotargando y saciando de momentos robados a viejas películas y repetidos una y otra vez en el cine de años siguientes.
Pues bueno, Casablanca no es el caso. Para mi gusto, simplemente, no creo que fuese nunca una Obra Maestra, la veo "solo" una muy buena película.
Personalmente Bergman me parece anodina en esta película, y como el paso del tiempo por mi es implacable, ni si quiera me parece una gran belleza, Paul Henreid, pues tres tantos de lo mismo, como el tiempo ha pasado por mi, no veo al atractivo galán que debió ser, sino a un fantoche sin alma, plano como una mesa.
Por otro lado, para elevar el listón, está Bogart, al que de pequeño le tenía tirria porque era feo, pero que gracias al tiempo, conforme vi sus pelis, comprendí que era un actor tan versátil como para hacer El Halcón Maltés, La Reina de África o El Tesoro de Sierra Madre, y me dejó de caer mal. Y finalmente Claude Rains, en un agradecido papel de policía corrupto y canalla, y sobre todo cínico, que siempre es muy rentable como actor.
Los secundarios en general muy bien también.
El argumento teatral, porque como tantas películas de la época es una obra de teatro, es un drama romántico aquilatado pero sin mucho más y que no creo que merezca el título de mejor guión, que correspondería a la mejor película de todos los tiempos.
Para pasar el rato los nostálgicos del pasado, pues como El Quijote, quedan muy pocos para leerlo y disfrutarlo.

No daba crédito, estaba viendo esta... cosa... y me fui a la cocina a dejar unos platos de la cena. Volví (¿20sg?) y la protagonista (la Bellucci), que había dejado buscando alguien que la llevase a no se que lugar, en un pacífico pueblo Mongol estepario, ahora estaba presa en un subterráneo por los malos, entre ellos una absurda Deneuve que se ha unido al club de los actores con cierto talento que hacen pelis por comida.
Así es la peli, una conjunción de sketches aburridos y concatenados como si fuesen el esqueleto de un guión en proceso de ser escrito (de una película mala, claro).
La cosa siguió así, era parpadear y un salto temporal... 3 segundos después del encarcelamiento, la jadeante Monica, coge un pedazo de hierro, hace palanca en una rejilla a ras de suelo, y huye. 5 segundos después, arranca una reja anclada al hormigón (¿putrefacto?) y corre por el bosque a grito pelado llamando a su hijo... 6 segundos después... me siguen, ¿verdad?
Sería de risa, si no fuese como pegarte con un ladrillo en la cabeza, y si, al final, en una innecesaria maniobra de curanderismo chamánico, en el que sacrifican a una rata disecada, Monica enseña las tetas y jadea (al menos respetaron la tradición, creo que Monica lo exige en todos sus contratos)

"Veo mucho potencial, pero está desperdiciado. Toda una generación trabajando en gasolineras, sirviendo mesas, o siendo esclavos oficinistas.
La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos, no hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seríamos millonarios, dioses del cine, o estrellas del rock. Pero no lo seremos, y poco a poco lo entendemos, lo que hace que estemos muy cabreados. "
Tyler Durden (El club de la lucha)


Recuerdo que la primera cosa que oí sobre la peli, es que se trataba de una película que exaltaba la violencia, en un despropósito de guión:

A día de hoy, quedan vestigios de esos comentarios obtusos y descerebrados, de mentes cuadriculadas, en algunos blogs y páginas de "críticos de cine", y también permanece cierta connotación de "intrascendencia argumental" o de película " de acción". Por suerte, como otras películas, el DVD, la revisión calmada para películas que se digieren lentamente, dio un vuelco al fracaso de taquilla, en parte por esta campaña de los puritanos del arte, incapaces de absorber lo que les lanzaban a la cara, posiblemente, porque es duro verse reflejado de forma tan patética y cruda en la figura del narrador.
Es una película que algunas personas, por su forma de ser, no podrán ver, hay violencia, pero nadie que la haya visto puede decir que es violencia vacía y superficial.
Para mi, fue todo un reflejo de sentimientos que no sabía expresar, de presiones que no sabía concretar. Para mi la historia habla de cualquiera de nosotros, cada uno en su papel, y deriva, en una genial reducción al absurdo, en la hecatombe final.
Vivimos, ¿para qué vivimos?, para huir constantemente del dolor, del miedo, cada vez más desarraigados del contacto con lo primario, hemos terminado por olvidar lo que es autentico, y nos regodeamos en vivir en un mundo plastificado que como un chantajista siempre pide más y más, hasta que ese chantaje es nuestra vida, pasando de escalón en escalón, de etapa en etapa, porque eso es lo razonable, porque cada etapa, infeliz, promete felicidad la siguiente.
Trabajo, hipoteca, seguros de vida, alarmas antirrobo, una casa a juego, un coche nuevo, una ropa de moda, hijos a juego que abandonamos 12 horas en guarderías a juego... Parece un slogan molón del estilo de muchos "progres de papel-cartón", pero no lo es, y "El Club de la Lucha" da pruebas de lo que defiende, es una irónica y sarcástica manera de mostrarlo.
Cada vez la gente está más desquiciada, más idiotizada, zombie, y luego, cuando se emborracha oyes esa infelicidad en cada boca, falta lo primario, la pertenencia, el reconocimiento, el sexo genuino....
Maslow, el "inventor" de la pirámide de las necesidades humanas para autorealizarse, lo apuntó, y "El club de la lucha" nos muestra, tras una digestión adecuada, como la sociedad occidental hacia la que derivamos, sin metas, sin sentido genuino, solo nos ofrece aditivos para sustituir lo primario que nos motiva. como los sabores de fresa, de limón, de bacón, que muy pronto terminarán siendo los sabores que las personas reconozcan como auténticos, aunque en el fondo de su ser siempre se queden insatisfechos.
Como película es visualmente impactante, buen ritmo (aunque pierde un poco de gas hacia el final), estética lograda, grandes actuaciones y actores, un guión elaborado pero claro, y una contundencia visual notable. Sin embargo, al margen de sangre (he visto mil películas que no han sido calificadas de violentas con la misma dureza en las que la violencia es mucho más contundente y definitiva, tapas de sesos abiertas, personas quemadas vivas o dinamitadas y miembros amputados...) que nadie se ha molestado en no ver, simplemente tachándolas como violencia necesaria y temática "dura", como si la casquería en ciertos dramones fuese imprescindible.
La he visto al menos cinco veces, y no me cansa, y cuando una película la ves muchas veces y no te deja de apetecer verla, es que tiene algo más que imágenes y palabras, tiene espíritu.


Lo mejor: El trio, Norton, Pitt y Bonham.
Lo peor: Hacia el final pierde gas, pero es inevitable, y se mantiene a nivel aceptable.

Espera que me pongo un poco de oxigeno que aún acabo de verla hace un par de horas...
Hace años, en los albores de la animación en 3D, cuando todavía no existía Toy Story, era frecuente pequeños cortometrajes de animación hechos con lo que en aquellos tiempos eran ordenadores de ciencia ficción, cuando aun teníamos 256 colores con mucha suerte, en pantalla. Se presentaban a concursos, festivales etc y corrían entre los amigos en forma de cintas de VHS crepitante. Eran rarezas que nos dejaban alucinados. Esos pequeños cortos solo buscaban una cosa, molar. No eran necesariamente coherentes, solo molaban. Movimientos imposibles de cámara, luces hipnóticas, explosiones, renderizados delirantes, con texturas nunca vistas... Tenían argumento, pero en realidad solo lo justo para que tuviesen una mínima coherencia los dos o tres minutos que duraban. Y esto es Sucker Punch, una especie de Salón del Comic de los noventa, con sus cosplayer femeninas ligeras de ropa, cortos de acción delirante y un guión del grosor de un hilo anudándolo todo.
La peli tiene tres niveles de realidad, el primero y más real, no es muy real, el segundo nivel, es irreal y el tercero es dónde habitan los samurai robot y los nazis zombies.
Al terminar la peli una voz en off, casí al estilo Obi Wan Kenobi te dice "has visto una película, no un video musical o un spot publicitario" pero aún así no te lo crees.
Resumiendo, vistosa, pero absolutamente infame.

Ya tenía yo ganas desde hace tiempo de ver esta peli. Que decir... la impresión en general es agridulce. Seguramente si no te gustan los western, le saques poco provecho, si te gustan, algo más. No vas a encontrar nada nuevo, el viejo y curtido ladrón de trenes que demuestra que la vieja escuela era más dura que ninguna. A mi el tema me encanta aunque lo haya visto mil veces.
La historia parte de la premisa de que Butch Cassidy no murió en Bolivia sino que lo dieron por muerto y siguió viviendo tranquilamente en su ranchito boliviano. Sin embargo, parece más un gancho para los yanquis que otra cosa, ya que en el fondo, es bastante irrelevante, y podría ser sustituido por la historia de un bandido imaginario cualquiera.
La película está muy bien filmada, no parece española, las luces, los paisajes, todo ha sido cuidado y resulta convincente, eso me gustó, porque tengo esperanzas de que hacia eso apunte el cine español. Sin embargo, pinchó duramente en otros puntos, principalmente, el guión; Noriega (su personaje se llama igual que él ¿un intento de ayudarle a meterse en el papel?), tampoco es para tirar cohetes, pero los demás actores, especialmente el prota (Sam Shepard), son bastante robustos, y de sobra hubiesen empujado a Noriega hacia la decencia, pero, el guión hizo aguas.
Falta cohesión y ritmo (evidentemente, también es cosa del director), es cierto que pretende crear ese ambiente propio de ciertos western modernos "realistas", con curtido pistolero de vuelta de todo, de melancolía, pero lo cierto es que no acaba de avanzar a la velocidad apropiada, entreteniéndose demasiado en detalles poco importantes, sin conseguir la carga emotiva suficiente.
Hay algunas escenas interesantes como el asalto de las dos mujeres a la casa de Butch, o la escena del lago salado. Pero la mayor parte del tiempo, no hay tensión.

El final, bastante previsible, es un poco flojo, correcto, pero sin el tono, como toda le peli.

En resumen, si te gusta el western, es digna de ver, si no te gusta, te resultará aburrida y lenta.

Una nota final más: es gracioso, y propio de Ejpain/Expaña, que en esta producción hispano-franco-boliviana, los únicos malos llorones, opresores y expoliadores de la película, son españoles, los demás, son todos buenísimos, especialmente los yanquis, lo cual tiene un tufillo servil y sobón que por desgracia no se tradujo en la taquilla de USA (ni en ninguna otra).

LO MEJOR: La fotografía, la calidad de la película visualmente, y seguramente Sam Shepard.
LO PEOR: El guión flojea bastante, y el ritmo es bastante más lento de lo que debiera. Falta intensidad. Eduardo Noriega.