Bonito documental homenaje a uno de los grandes nombres del rock o del Heavy Metal para ser más concretos. Un hombre pequeño de tamaño pero grande en el resto de los aspectos. Los amantes del rock duro seguramente conocerán a, sino la mejor, una de las mejores voces en ese estilo que nos ha dejado la historia. Esto no es ningún secreto.

Pero en el documental se nos abren también algo más las miras y nos retratan a un tipo con carácter, luchador, un trabajador incansable que no se cansó nunca de caer y volver a levantarse por sus ideales y su forma de pensar, además de pelear contra sus demonios interiores. El éxito y el fracaso, el fracaso y el éxito y vuelta a empezar hasta el fin de sus días. La voz del propio Dio, la de su mujer y la de los incontables compañeros de camino nos van guiando por el camino de la voz del heavy metal. Una voz que, aún sin ser uno de mis géneros musicales favoritos, me ha acompañado durante muchos años e hizo que sintiera mucho la noticia de que nos había dejado.

Un cóctel donde se mezclan pequeñas cantidades de drama, secuestros, maldiciones, supersticiones, intrigas, investigación policíaca, giros, acción, suspense, misterio y no se cuántos ingredientes más. Todo en tan pequeñas cantidades, a veces mal mezcladas, a veces forzando para que cuadren las medidas y de manera tan descafeinada que todo va pasando sin que te interese una mierda ni te cale nada de lo que sucede. Falta profundidad y sabor y sobran ingredientes. La receta hace aguas por todos lados. Y de regalo algún personaje es de lo más hostiable. El apartado técnico muy bien, gracias, pero a las alturas en las que vivimos se da casi ya por supuesto a ciertos niveles. Pasa sin pena ni gloria.

No, nadie me ha salvado de picar otra vez en las críticas de entendidos de la enésima mejor película del año de terror y ciencia ficción. Si esto es lo mejor, para mi vamos jodidos. Me ha parecido una mezcla bastante mediocre de un montón de películas del género bastante mejores, sustos de baratillo y alienígenas patéticos. Lo único que me ha parecido aceptable es que es de corta duración. A los 10 min ya estaba mosqueado y el resto ya me pareció una auténtica chorrada...

Conste que el mensaje de la película o el grave problema sobre el que nos intenta llamar la atención me parece real y tan preocupante o más de lo que nos deja ver. A mi supongo que el colapso final no me alcanzará porque ya seré cenizas esparcidas al viento si se cumplen mis deseos pero si fuera de las generaciones que vienen detrás estaría de muy preocupado para arriba con la putada que les estamos legando. Los primeros síntomas del cáncer que devora nuestro planeta ya los podemos disfrutar todos si tenemos ojos, oídos, olfato y sobre todo, si queremos darnos cuenta de lo que pasa todos los días a nuestro alrededor. Estamos mandando nuestro bello, espectacular e irreemplazable planeta a la puta mierda con prisas y sin pausas. Hasta ahí todo bien en el mensaje.

El problema que le veo a la película es que en ningún momento me emocionó, ni me entretuvo, ni me la creí, ni me dijo nada que no supiera ya pero de un modo muy simple, de preescolar por mucho que esté de acuerdo con su mensaje. Todo su guion o acciones muy cogidas con pinzas, demasiado esquemático todo. Una presentación de personajes endeble, tópica y demasiado dramatizada. Parece que solo se enteran del problema medio ambiental los raritos o los que han pasado o pasan graves traumas.

Luego esos casi desconocidos se encuentran, sus vidas se cruzan y se unen para llevar a cabo un atentado o sabotaje grave de una manera de lo más aleatoria, con una facilidad pasmosa, no hay problema, todos de acuerdo y las argumentaciones, razones o por qués de lo que hacen son difusas o de brocha gorda, casi un porque sí y ya está. No hay nada sólido que respalde esa unión o esa iniciativa más que tontos discursos de niños de educación infantil.

Luego se van a unas instalaciones perdidas de la mano de dios y con las instrucciones de mierda escritas en una hoja de papel se curran casi una bomba atómica y asistimos de manera tediosa a todo el proceso. Como colofón tienen éxito, todo sale de puta madre como en los cuentos de hadas aunque son unos inocentes pargelas y un par de ellos se entregan para dar más altavoz a toda la movida, que se vuelva muy viral. Y ya está. Una historia inverosímil de unos pardillos con un cutre mensaje ecologista y antisistema. Casi parece un primer boceto de la película que podría haber sido.

A priori tenía buenas expectativas, teniendo en cuenta que lo que he visto hasta ahora de Taylor Sheridan me ha gustado bastante y que, aunque desconozco la historia del señor Bass Reeves, parece ser que allá cruzando el charco es algo así como una leyenda, me esperaba algo más legendario de esta miniserie. Lo que me he encontrado es un western lento y de muy, muy baja intensidad, por no decir ninguna.

Seguramente Bass Reeves es una leyenda, no lo pongo en duda, pero la manera en que nos lo han representado no hace que lo parezca. Igual es que era así de soso y no merecía una serie, qué se yo. Nos muestran a un tipo taciturno, formal, de recta moral, monótono, insípido, parco en palabras y en ideas, por no decir simplón, que además lo caracteriza un actor más bien bajito y de bastante poco carisma. No he conseguido ver nada legendario en su interpretación por mucho que lo he intentado y su imagen, su apariencia tampoco me transmite nada legendario ni que me apasione. Un tipo más bien gris que pasaría desapercibido, uno más en el oeste si no nos dicen que es una leyenda.

En el apartado técnico, como en otras del mismo autor, nada que reprochar, todo correcto. Ambientación, vestuario, fotografía, dirección y demás aspectos formales cumplen con solvencia. Salvo por un detalle que no es insignificante. Hacer que tu historia sea interesante. Que tu personaje transmita algo. Ahí ya empieza a fallar el tema. Empezando por ese poco interesante protagonista y luego la poco interesante historia que nos pintan, por lo menos de la manera que nos la han contado.

Un señor que pasó su juventud como esclavo, luego apocado soldado, hechos que vemos de manera fugaz y que se convirtió en agente de la ley con suerte y sin demasiados aspavientos ni alborotos. Que tiene como virtud además del color de su piel el que no falla un tiro porque alguien nos cuenta que le enseñó su amo y ya está. Que detiene o mata a forajidos muy peligrosos porque también nos lo dice alguien ya que solo vemos esos forajidos cuando los detiene o mata uno tras otro, sin profundizar ni dar forma a esos personajes, por lo que a la hora de la verdad nos importa una mierda lo que les pase. Que se mete en algunos tiroteos y trapicheos de baja intensidad sin fallar un tiro ni recibir casi un rasguño. Que tiene una esposa y unos hijos modélicos y perfectos que tampoco aportan mucho más a la historia pese a la minutada que salen en pantalla porque su historia al final no va a ningún lado. Que tiene algún compañero de correrías cuyas tramas se acaban convirtiendo en humo y relleno. Que tiene leves problemas de conciencia con lo que hace para llevar pan a su casa pero que apenas se nos da a entender en su inexpresivo rostro y que se da a la bebida de vez en cuando. Que tiene algún roce racista pero también de leve pronóstico pese a la época en que nos sitúan y el color de su piel. Y así durante casi siete de los ocho episodios, a un ritmo lento, al trote de un caballo muy viejo, aguantando de manera estoica y sin abandonar porque en ese tedioso camino parece que se fragua un enemigo, una némesis interpretada por Barry Pepper, que puede hacer que el último capítulo merezca la pena, que suba por lo menos un poco la intensidad y despeje el muermo que rodea a Bass Reeves.

Pues tampoco. Al amigo Pepper le da mucho por hablar, ser enigmático, expresarse como si recitara prosa y filosofar con Reeves de manera amenazadora pero es mucho ruido y pocas nueces. Apenas da para un par de tiros el esperado clímax. Y se acabó la miniserie. El esfuerzo por acabarla fue en vano, no hubo recompensa al final del arduo camino y el retrato de una leyenda se me ha quedado en algo pobre, poco apasionante y muy, muy aburrido.