Desde un reparto cuidadosamente diseñado, Woody Harrelson, aporta credibilidad a la figura de Larry Flynt. Couttney Love encaja con soltura en ese personaje errático sin anclaje, que encuentra en Larry la culminación a sus necesidades emocionales. Edward Norton apuntaba maneras.

Existe potencial en la historia, pero su desarrollo aunque interesante no resulta incisivo; incluso podría decirse que en algunos tramos se ofrece disperso.

Mantiene momentos eficaces, aunque en un gran número de secuencias, falla esa introspección, que hubiera sido tan necesaria para la amalgama del conjunto.

La he valorado con un 6 generoso.

Quiere arrebatarse en cierto intimismo que Crowe maneja con soltura. Lo que la acompaña son raquíticos aciertos en la dirección, muchas pérdidas y escasas ganancias.... y no me refiero al poker.

Desdibujada casi todo el tiempo, incluye secuencias de filosofía banal, con manifiesta ausencia de estructura en el genérico. Supongo que la amistad de Crowe con Hemsworth, hizo que se le diera un diminuto papel a Elsa Pataky.

Todo ya lo hemos visto y en ocasiones mejor contado, no asume riesgos... Olvidable.

La construcción de los personajes resulta creíble y bien perfilada. Acierta en los comportamientos liberales y las peculiaridades un tanto promiscuas del colectivo que tan bien conozco (soy gay).

Por supuesto es un trabajo para televisión, y el proyecto se ejecuta en base a los recursos, con los que habitualmente cuenta el medio.

El guion ofrece un producto entretenido, tal vez en gran medida se deba a su fluido ritmo, así como un buen diseño de producción técnica. Estupenda fotografía.

Mi puntuación un 5,5, le daré un 6.

Me gustó el inicio de miradas y gestos; hizo que recordara la narrativa visual del director argentino Marco Berger. Muy bien interpretada, caracterizaciones precisas, ajustadas a las necesidades de una historia, donde la clandestinidad forma parte del propio placer de lo prohibido.

Su desarrollo es minucioso, pero en ningún momento perjudica el ritmo de la trama. Los personajes están bien trazados, manteniendo peculiaridades y subrayados.

La realización es clásica, con una banda sonora que incide sin estridencias, acompañando en una ajustada composición. Entretenida para el público a quien va destinada.

Narra la historia de una existencia pequeña y miserable, la de Jackob, un carnicero de 17 años, carente de objetivos ni salida. Sus trastornos de ansiedad así como la vida familiar vacía, hacen que nos encontremos con algo más que una simple narración de acontecimientos.

Jackob es homosexual, y chatea con otros hombres, a través de ello vamos descubriendo su vida vacía. Me hizo recordar a una multitud que transita cada día por mi ciudad, sola y en soledad, paseando perros que son la única compañía, pues la de los humanos resulta compleja y escasamente satisfactoria.

NEVRLAND no transmite positividad, más bien muestra un ambiente de letargo, donde lo onírico confluye con aspectos ajenos... o tal vez cercanos a un trastorno de conducta.