Parece que el director se olvidó de que esto era una película de aventuras. ¿Para qué tanto psicoanálisis y reflexionar sobre traumas infantiles? Esto es una película de superhéroes y el espectador quiere escenas emocionantes que le entretengan, no que le dosifiquen la acción en cuentagotas y le aburran con traumas psicológicos que no le interesan. Cuando empieza a despegar, resulta que a lo tonto casi se ha pasado la mitad de la película explicándonos lo malo que era el padre de Hulk.

Pues parece que para algunos no es muy diferente hacer una película que un culebrón. Todo se reduce a ir añadiendo más y más personajes, enredar la trama hasta lo imposible, inventarse situaciones a cual más inverosímil... Un cineasta es como un prestidigitador que se saca conejos de la chistera.
También podría ser que una película debiera hacerse sobre un argumento más sencillo pero más sólido, prescindir de historias que no interesan a nadie (¿a quién le interesa la historia de amor de David Jones?), dejar a un lado a personajes sin posibilidades y poner más acción y menos "política pirata" que no divierte a nadie. Vamos, que no pareciese que el guion lo han hecho los guionistas de los Simpson sobre la marcha... Pero es sólo una sugerencia.

En fin, una película a ratos aburrida, a ratos tremebunda y a ratos desesperante. Johny Depp se salva de la quema pero le quitan protagonismo. Bloom... bueno, es que el kraken debería habérselo tragado y digerido en la entrega anterior.

Ah, hay una pequeña escena detrás de los créditos, una fabulosa ocurrencia porque nadie se queda a verlos...

Hay demasiado Al Gore en este documental, demasiada propaganda personal para el propósito admirable de concienciar al mundo. Sin duda es un objetivo mucho más interesante que la promoción de Gore y el documental hubiera dado para más sin tanto primer plano del ex vicepresidente y más datos y explicaciones sobre el tema, porque le ha faltado profundizar... Aunque también hay que ser sinceros: sin la participación de Gore no hubiera conseguido tanta publicidad.
Con todo, vale la pena ver este documental.

Sobria. Así definiría esta película: sobrio argumento, sobrios diálogos, sobrios personajes y sobria ambientación. Demasiado sobria para la mí. Por otra parte, el mensaje católico tampoco me acaba de convencer. No puedo decir si los oscars fueron justos o no -tendría que comparar con las demás nominadas de aquel año- pero ésta no es una película para la eternidad. Ah, el doblador de Enrique VIII en español de España es particularmente malo.