En 2005 Neil Blockamp sorprendió a aquellos que tuvieron buen ojo y vieron un potencial talento cinematográfico en este creador. Su cortometraje Alive in Joburg, un falso documental que narraba la llegada de una nave alienígena en Joburg a principios de los años noventa, nos adentra en el recelo, egoísmo, discriminación y xenofobia del Ser Humano.
Esta fue la presentación del creador del primer anuncio de “Citroen Transformers”… Desde este momento el nombre de Neil Blockamp a estado ligado al gran Peter Jackson, quien le propuso para dirigir la adaptación cinematográfica de Alo, proyecto no realizado…
Tras la codirección del Cortometraje sobre la primera guerra mundial Cross in the Line, codirección de Blockamp y Jackson, hemos podido asistir al parto de la Opera Prima de tan prometedor director, District 9 es la adaptación de su cortometraje Alive in Joburg.
Tras mostrarnos un magistral prólogo rodado a modo de “Falso Documental”, el contexto adquiere un verosimilitud apoyada por los magistrales efectos especiales.
Los alienijenas están en la tierra, unos pobres y desnutridos supervivientes malviven en el Distrito 9, un sector marginal reservado al intruso alienígena…
Extinguidos los lideres alienígenas la todo poderosa “MNU” (Multi-National United) se ha hecho cargo del provenir de estas criaturas, de su cuidado y control…pero la realidad es bien distinta, estos alienígenas, conocidos despectivamente como bichos, poseen una tecnología armamentística inalcanzable para el Ser Humano, así que junto con Wikus Van De Merwe (Sharlto Copley), descubrimos que MNU no es ni más ni menos que una interesada multinacional de desarrollo armamentístico.
Wikus es un tipo normal, bueno es más bien un chupatintas, un enchufado, un insensible lobo con piel de cordero, que, bajo mandato de MNU, ha de desalojar a los alienígenas del Distrito 9 para alejarlos al Distrito 10…
La historia se recrudece cuando Wikus descubre que hay un “bicho” más inteligente de lo normal, llamado graciosamente Christopher Johnson, un “Bicho” que durante veinte años ha estado intentando desarrollar el combustible alienígena para poder regresar a su planeta.
Pero como la ciencia parece indicarnos; la física, la ingeniería, la biología y genética parecen destinadas a encontrarse, el combustible alienígena cae en manos de Wikus produciendo en él una transformación genética progresiva (atentos al claro homenaje de Blockamp a “La Mosca” de David Cronenberg).
Ahora Wikus ve la cara de la otra moneda, el Ser Humano en su increíble egoísmo ha intentado durante años robar la tecnología alienígena, en especial la armamentística, pero esta no funciona sin el ADN alienígena.
Ahora Wikus es la unión de los dos mundos, es un Ser Humano con una mutación alienígena… por ello es procesado, puesto en cuarentena, sometido a experimentos, torturado y utilizado como conejillo de indias…
Wikus dice basta y sacando fuerzas de flaquezas escapa del control de MNU y comienza una fuga con el objetivo de volver a ser humano… pero ahora él es el ser más despreciable del planeta, nadie va ayudarle… ¿Nadie??? …solo Christopher Johnson puede ayudarle, solo si utiliza el armamento alienígena logrará recuperar el “combustible” requisado por MNU, ahora Wikus comprende el “valor humano” de esos “bichos”, ahora sabe lo que es ser perseguido, marginado y vejado…
A lo largo de esta fantástica y entretenida narración nos veremos inmersos en una historia de supervivencia con gran desprecio hacia el supuesto héroe… solo nos mostraremos identificados cuando Wikus comienza a comportarse como un Ser Humano, curiosamente esto surge cuando su transformación más se acentúa…
El hiperrealismo y magistral entorno que mezcla la imagen real de cámara al hombro junto con la integración informática de los elementos digitales, nos hacen presenciar una película verdaderamente lograda. Una aventura en la que balas, rayos e incluso cerdos serán disparados desde un Exoesqueleto de Combate (clara inspiración del Manga-Anime futurista) para que Wikus y Christopher consigan liberar a los alienígenas.
Y una promesa y un final abierto nos dan la esperaza de ver una secuela de una de las mejores Operas Primas en los últimos años. Un fantástica y muy recomendable película de ciencia ficción.

¿Cómo se puede ser tan farsante, y negado cinematográfico como ha demostrado ser Agustín Díaz Yanes? Tenía una de las producciones más ambiciosas de los últimos tiempos, una novela extraordinaria, un pedazo de actor protagonista, Viggo Mortensen, y una superproducción, a nivel europeo. ¿Y que hizo el amigo Yanes, alias “negado del cine”? Un bodrio, una vergüenza cinematográfica de tamaños descomunales… Dicen que no hay nada peor que el talento desaprovechado. Yo creo que sí que hay algo peor; y es el dinero desaprovechado en aquel que carece del más mimo talento. Y ese es el señor Díaz Yanes. ¡Maldito negado del cine! ¿Como te atreves a presentarte con semejante película? Tal despilfarro debería tener condena. Tienes una novela, adáptala, se fiel a ella. Haz una película del primer libro. ¡Como se debe hacer! ¡Cobardes productores españoles, corruptos, negados, no sois más que unos carcamales que se conforman con las migajas de Hollywood! ¡Y que cuando intentáis jugar a hacer cine hacéis semejante chapuza, desaprovechando el talento de artistas como Viggo Mortenssen!

¿Que clase de mierda de guión es el que habéis hecho? Si lo que queríais era destrozar cualquier ápice de narrativa en vuestro guión, lo habéis conseguido. ¿¡Pero es que no habéis aprendido nada de David Lean!? ¿No sabéis contar una historia épica con matices de aventura histórica? Esto demuestra la incapacidad del cine español para contar historias con grandes medios. ¡Malditos negados! ¡Deberían avergonzarse!

¿¡Como es posible que se le de una oportunidad así, a semejante director!? Además es licenciado en historia y se atreve a meter esos lenguajes barriobajeros de S. XX en una película que esta ambientada en el máximo esplendor dialéctico de nuestra cultura. Usted señor Yánes es un farsante y un despropósito cinematográfico. Debería estar en una lista negra de por vida. Y no acercarse jamás a ningún medio de comunicación y muchísimo menos si es audiovisual.

Intentemos reparar tal estropicio:

Primero de todo; reaprenda a escribir un guión, que tenga un mínimo de continuidad. Segundo; aprenda a dirigir a los actores. Tercero, aprenda lo que es montar una película, o dar instrucciones para ello. En general vaya a una escuela de cine a aprender lo que es la narrativa cinematográfica. O pídale algún compañero como Alex de la Iglesia, Alejandro Amenábar o Juanma Bajo Ulloa que le den unas lecciones.

Y la próxima vez, que alguien de producción, le diga al gran Viggo Mortensen que ese acento no es del S. XVII, es más bien de un borracho de época indeterminada. La culpa no fue de él, fue de tan pésima dirección. Y el mejor consejo, señores productores españoles es que aprendan de los que saben, vean 100 veces “Doctor Zivago”, “Lawrence de Arabia”, “El puente sobre el Río Kwai”, “El Mayor Espectáculo del Mundo”, “Ben-Hur”…
En general, dedíquense a otra cosa porque ya son muy viejos para aprender tan complicado arte. Y que Don Arturo Pérez-Reverte se apiade de ustedes por destrozar su obra.

Encima, viendo la gala de los Goya, de hace años (un coñazo como siempre): Tuve que ver como Agustín Díaz Yanes ponía cara de mala leche porque su película solo gano dos Goyas menores… ¿Pero que esperabas negado? ¿Qué te diesen el de mejor director? (Para mi sorpresa, un año después, uno peor que tú se lo llevo, y es nuestro amigo Jaime Rosales, alias Jaime Pollas. Claro porque llega gente joven que hace películas entretenidas, llena salas y eso duele, hay que protegerse. ¿De que vais a comer sino los farsantes del cine español?)

El director Tomas Aldfredson ha conseguido una merecida popularidad y reconocimiento con esta inusual y bella película de Vampiros. Un guión original y unas interpretaciones juveniles excelentes han abierto la puerta al cine nórdico como ya surgió en Europa Occidental hace décadas. No recuerdo en toda mi vida ver una película de los parsimoniosos nortes de Europa con tal magnitud y calidad de proyección.
Esta obra relata con una puesta en escena muy parsimoniosa la vida de Oskar, un adolescente con problemas en la escuela. Al mismo tiempo se nos describe una ciudad nevada y un barrio de clase media… Pronto los acontecimientos traen un ambiguo personaje, una niña llamada Eli que parece medio vagabunda, con unos preciosos ojos y una increíble habilidad para saltar, presentarse y desaparecer como de un vampiro se tratase…que demonios… minutos depués descubrimos que es un vampiro, evidentemente ahí no hay trama, pero lo bello es la presentación del personaje… Esta historia es la historia de la supervivencia de Eli y la de Oskar…de algún modo estos dos solitarios personajes guardan tantas cosas en común como extrapolaciones hay en sus vidas… No sabemos nada de Eli, de Oskar intuimos la separación de sus padres y la cobardía a enfrentarse con sus acosadores en clase… Pero su relación con Eli, que lenta y progresivamente cuaja, hará que Oskar cambie de actitud ante la vida.. Ahora prescinde ya de sus padres y encuentra la seguridad y el amor en compañía de Eli… Al mismo tiempo vemos con escalofriantes escenas vampíricas como Eli ha de alimentarse con sangre humana, bien cazando irremediablemente hombres, bien siendo alimentada por su viejo acompañante, un torpe asesino, un solitario manazas que en su último aliento da la vida por Eli…
Aquellos que les guste las películas de vampiros que vayan a ver Déjame Entrar, y aquellos que detesten y odien los tópicos vampirescos del cine que vayan a ver Déjama Entrar… Porque la originalidad en su puesta en escena, la ambientación ochentena y el ritmo de esta singular película les sorprenderán con gran agrado.
A lo largo del film sentimos en nuestra percepción un cambio de ritmo, que si no es lento si se excede en la parsimonia. Pero es normal estamos hablando de una película hecha por gente que vive la vida con una parsimonia obligada; la nieve, la distancia, el frío…son elementos del contexto que forman parte de la narración de Aldferson…pero lo que más destacaría es su capacidad narrativa, en su dominio del fuera de campo y la imagen desenfocada… Muy apropiado para una película con escasos medios, sin duda un recurso bien utilizado en infinidad de planos en esta película.
La mezcla entre la cruda realidad de la vida de Oscar y el hecho extraordinario de su novia vampira consigue una fusión narrativa digna de ser enseñada en las escuelas de cine…
En definitiva encontraremos vampiros y leyendas en una vampira con 12 años de apariencia, pero sobre todo una narración ingeniosa y una puesta en escena original y fresca que culmina con un final inesperado, tal vez no a un nivel narrativo Hitchcockiano, pero si a un nivel romántico y épico…y porque no decirlo algo gore y de disfrute macabro… aunque sin excesos… no penséis que esto es Rec, es una apuesta casi tan original y de un genero cercano a Rec y con unos medios de producción similares a los del film de Balaguero y Plaza, pero no hay más similitudes entre estas dos apuestas europeas por el cine de genero… Sí en Rec se aposto por el susto y el terror visceral en Déjame Entrar se ha apostado por la narración de una bonita y triste historia de amor y vampiros con una frialdad contextual que cala los huesos del espectador.
Dejo mi máxima insistencia en que aquel que vaya al cine en estos días que no se pierda esta gran película con sabor a clásico.

“… levántate hijo deputa…no he oído la campana…Mickey te quiere!”
En 1976 un actor llamado Silverster Stallone sorprendió a todo Hollywood al escribir e interpretar a un boxeador de tercera que se enfrentaría de igual a igual con una emulación cinematográfica de Mohamed Ali. En este glorioso año para Stallone, la película dirigida por John G. Avildsen gano tres Oscars y obtuvo otras tantas nominaciones, de las cuales dos eran para Stallone por su épico guión y por la que quizá sea la mejor interpretación de su carrera (junto a CopLand). Pero la magia se rompió a partir de una innecesaria secuela en la cual el potro italiano gana al todo poderos Apollo. A partir de esta secuela le siguieron los videoclips de 90 minutos, cutres, malos y proamericanos contra la URSS, titulados Rocky III y Rocky IV. La serie de Rocky se había convertido en un Blockbuster de consumísmo, en una serie de secuencias de tíos cachas de los años ochenta enseñando sus cachas y su testosterona inyectada…Todo parecía perdido hasta que en 1989 el cineasta Stallone tomo unas grandes decisiones para realizar la quinta, y supuesta definitiva entrega de Rocky. Pero esta vez no veríamos un catalogo de gimnasio sacado de un suplemento de la revista Decimo Dan* , no, esta vez retomaríamos al viejo Rocky, a un veterano boxeador lesionado y arruinado que debe volver a los suburbios de donde salio, que ve como todo su éxito y su fama han caído en el olvido y la nostalgia.
Todos nos sorprendimos, Rocky volvía a tener una buena película en las salas de cine. Esta épica historia acontece a varios aciertos de Stallone, el primero asumir su edad en la ficción, eso le dio verosimilitud a la historia, el segundo, y más importante, encargo el trabajo de dirección al genial John G. Avildsen, el director de la primera entrega, que gano un Oscar por aquel trabajo. Pero uno de los mayores aciertos fue resucitar al viejo Mickey de una manera muy ingeniosa, a través de la nostalgia de Rocky, vemos al viejo y fallecido Mickey** en un momento determinante para Rocky y épico, bello y nostálgico para la película.
Este acierto dio con el toque necesario para que Rocky V recuperase la idea original de su primera película, la idea del muchacho bonachón, del joven medio vagabundo que libra una batalla como “David Contra Goliat”. El joven que se ve rodeado de unos personajes tan carismáticos como el viejo Paulie (Burt Young), Adrian (Talia Shire) o su cascarrabias de entrenador Mickey (Burgess Meredith, nominado al Oscar en al primera parte)… Pero los años han pasado, y ahora Rocky vuelve a estar arruinado y solo le quedan sus recuerdos de cómo se proclamo Bicampeón del mundo de los pesos pesados y de cómo una lesión le hizo perder todo.
A lo largo de la película nos damos cuenta de que estamos viendo una buena peli, otra historia de las que merecen al pena. Otra lucha contra los elementos. Otra vez un personaje de buen corazón. Entonces es cuando aparece en escena un joven muchacho llamado Tommy Gunn , el cual pide ayuda a Rocky, el joven termina despertando en Rocky el recuerdo de su juventud, Rocky lo deja todo para ayudar a Tommy a convertirse en el campeón que él ya no puede ser. Pero Tommy, como bien le dice su amada Adrian, no tiene el corazón de Rocky.
Cuando Tommy “Ametralladora” Gunn esta a punto de proclamarse campeón del mundo, da de lado al viejo Rocky, el hombre que “le antepuso incluso a su familia” se ve de nuevo abandonado. Tommy se ha dejado embaucar por un buitre representante de boxeadores, Duke (Tony burton).
Una vez que Tommy ha conquistado el titulo, Rocky continua con su humilde vida en su viejo barrio, pero el codicioso Tommy ve como el público le abuchea, ve como no es un campeón para el pueblo como lo fue Rocky Balboa…Entonces no solo da de lado al potro italiano, sino que lo reta…esta vez será un combate en plena calle un combate por el honor, un combate por el ser interior, por el respeto, “el viejo león contra el joven cachorro”. Rocky le da una lección de agilidad y técnica al novato campeón, cuando Tommy se ve en el suelo Rocky le reprocha su actitud, pues eran como hermanos, lo veía como a un hijo y él lo había estropeado todo…Al darse media vuelta el sucio de Tommy le ataca y golpea fuertemente, Rocky se resiente de su lesión y entonces viene uno de los montajes más magistrales y épicos que se haya visto en una secuencia de acción…
John G. Avildsen y Silverter Stallone se adelantaron 18 años al estilo de acción con cámara al hombro y montaje acorde a la coreografía realizado por Paul Greengrass y Matt Demon en “El ultimátum de Bourne”
Sin lugar a dudas todos nos emocionamos y nuestro corazón se acelero al ver esta magistral secuencia de acción, con un emotivo y agridulce Mickey en la enferma mente del lesionado campeón. Y es que “se dice que a todo gran boxeador le queda un último gran combate por disputar”.

Algunos directores destacan por su originalidad de historias y diálogos, otros por su capacidad para trasmitir la magia a través del cine, otros recrean mundos nuevos a partir de una película, otros destacan por su expresión visual. Clint Eastwood es el narrador absoluto en el Séptimo Arte. El director que combina todas las destrezas cinematográficas, es tan refinado y “director puro” que nada destaca sobre la historia, que no destaca porque todo es perfecto, el casting, la luz, la puesta en escena, el guión, las interpretaciones.
Y Gran Torino no es una excepción.
Todo es fabuloso en esta historia de atardecer, en este último duelo en O.K Corral, o mejor dicho en “Almería Corral”.Clint quiere despedir a los viejos vestigios de sus inicios, al duro Harry, al mal hablado Sargento de Artilleria Highway, al veterano asesino de niños y mujeres que ha matado a todo tipo de bicho viviente y que se mueva. Clint ha madurado sobre la madurez, si en Sin Perdón nos mostraba el resurgir del Antihéroe, del asesino veterano implacable que con el paso de los años se oxido para recuperar las armas una última vez y masacrar a todo aquel que profanase el “honor” de una puta y el respeto a su difunto y mal tratado amigo. Esta vez nos muestra el final de un duro, un hombre de rectas costumbres acostumbrado al duro trabajo dentro y fuera de casa, Walt es su último personaje cuya magistral interpretación tiene la voz de un viejo guardián de tiempos de guerra.
La puesta en escena de Clint Eastwood nos muestra al inadaptado, soberbio y mal nacido de Walt Kowalsky, un Antihéroe en toda regla. Un hombre de cojones, duro, fuerte, con mala leche, sangre fría, tan capaz de hacer el bien como de profanar el nombre de cualquier religión, etnia o persona. Un mal hablado que esconde tras de si un mundo interior único. Un mundo inaccesible para cualquiera de su entorno.
Walt ha tenido que ver la progresiva decadencia de su barrio, como los aliados de la Guerra de Vietnam invadieron su barrio (para él todos son sucios amarillos) y lo convirtieron en una zona de peligro urbana. Pero su casa sigue siendo impecable, su jardín roza la perfección y su bandera hondea sobre la casa más limpia y cuidada del vecindario. Con una presentación así incluso los fachas se sentirían incómodos, pero la tremenda disposición de Clint Eastwood a que el espectador simpatice con este carcamal queda latente en los tronchantes diálogos, gestos y muecas que protagoniza Walt en distintas situaciones . Èl se comporta como el mismísimo Peter Parker (Spiderman) vacila a todo el mundo sin importarle lo más mínimo sus sentimientos.
Él quiere vivir su tranquila vida fuera del contacto con sus vecinos, pero el joven Thao (Bee Vang) es captado por una pandilla del barrio. Su misión de iniciación será robar el extraordinario Gran Torino que Walt cuida como una joya. El joven falla en su intento teniendo un breve pero intenso encontronazo con Walt. A partir de aquí Walt comienza una obligada relación con la familia de Thao. Los pandilleros como ineptos sin ambiciones ni ideas vuelven a intentar animar a Thao a robar el Gran Torino de Walt. Thao ha aprendido la lección y se niega. Hay un forcejeo y Walt y su jardín se siente invadidos por lo que su rifle de asalto de la guerra de corea y su mala leche de exsoldado intimidan al grupo de delincuentes. Aquí es donde comienza un duelo de “cuatro pichas cortas contra los cojones de Eastwood y perderán”*…
Thao es puesto por su familia en manos de Walt para saldar una deuda. Walt es reacio a tal idea, pero termina cediendo. Walt no necesita nada, el se vale por si mismo pero su barrio necesita una limpieza de cara. Walt recluta al joven para que limpie, pinte y arregle el barrio. Con el paso de los días Walt no hace más que machacar a Thao con sus crueles motes y bromas. Pero poco ha poco se vislumbra el correccional que Walt esta inyectando al joven Thao . Mientras Eastwood nos hace ver los valores de este viejo duro, su disputa con el Padre Janovich (Christopher Carley) deja entrever algo tormentoso e inquietante en el pasado de Walt. Todos los personajes del carismático Eastwood han tenido en los últimos Films esa sensación de pasado oscuro y tormentoso que no se termina de descubrir que es…
Walt comienza a mostrar algo de su lado paternal al cuidar y proteger a Thao y su hermana Sue (Ahney Her).
Walt como un comando solitario decide actuar ante el acoso que Thao esta sufriendo a manos de los pandilleros. El viejo veterano de Corea propina una paliza al cabecilla del grupo como una ligera advertencia.
Las uranias maneras de Walt parecer mermar al ver que sus vecinos no son tan bárbaros como el creía, incluso cede al joven Thao el uso de su Ford Gran Torino del ’72 para que salga con su chica. (continua abajo en "spoiler")