Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de Tokio ya no nos quiere
<< 1 2 3 4 5 >>
Críticas 25
Críticas ordenadas por utilidad
7
10 de diciembre de 2011
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la introducción de El almuerzo desnudo,Burroughs describía la adicción a la droga como “un molde de monopolio y posesión”,definiendo la droga como origen de un virus maligno que convierte al adicto en portador y rostro del “mal”, un ectoplasma dispuesto a robar, engañar, mentir o vender a su madre con tal de satisfacer el “álgebra de la necesidad”.
Es bajo este prisma que en The Addiction, Ferrara recicla la mitología del vampirismo proyectándola como feroz metáfora de esa Maldad con mayúsculas que habita como un parásito dentro del ser humano y al mismo tiempo como encarnación brutal y deshumanizada de la adicción a la droga y traslación material del Pecado. Las imágenes de cadáveres ( Vietnam, campos de concentración…)que aparecen a lo largo de la película no hacen sino reforzar la tesis de la visión de Ferrara sobre la condición humana: el hombre/vampiro/yonki como surtidor infinito de ruina moral, generador de muerte y vacío,incapaz de frenar su repugnante hambre, su ansia insaciable de horror y dolor.
Los vampiros de esta cinta recitan de memoria a Kierkegaard y a Sartre, vagan por la ciudad como si se tratara de un abismo insondable y sienten un vacío existencial que ni siquiera la sangre es capaz de satisfacer. Excesivo, discursivo y petulante ad nauseum, Ferrara ofrece como única y posible solución para la salvación de nuestras almas el arrepentimiento, la expiación de la culpa, es decir, la religión, el catolicismo, como única fórmula posible para el perdón de nuestros diabólicos pecados,vía de luz (cruz) y redención.Porque como síntesis ramplona y en términos accesibles:“No somos malos por el mal que hacemos, más bien hacemos el Mal porque somos malos”.
A pesar de todo ello y por ser incómoda, desagradable, extraña en su ritmo y en sus formas , es de necesario visionado para todos aquellos seres que necesiten una buena ración de bajona.
Tokio ya no nos quiere
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
20 de agosto de 2009
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Navegando por su superficie podría definirse a The Wrestler como la crónica de un ocaso, el retrato crepuscular de un luchador de pressing catch venido a menos, de una estrella caída y rota por dentro y por fuera, enjaulada en un infierno de peleas de tercera categoria, un hades de exhibiciones de gimnasios de instituto y hogares para veteranos de guerra en los que mendigar el amor de un público que hace tiempo que le ha regalado al olvido. Pero su fondo, como ocurre con las obras maestras, con las grandes, transciende de lo concreto a lo universal,y su resultado acaba siendo abismal y sobrecogedoramente conmovedor. Acongojante.
The Wrestler habla de la derrota, de aquella batalla perdida de antemano que es la lucha contra el tiempo, de los sueños rotos , de lo aterredor de la soledad, de la camaderia,de la necesidad vital de amar y de sentirse amado, de la dignidad de las luchas personales. Y sí . Como todas la grandes historias también nos habla de amor y muerte.
Todo ello sería impensable e imposible sin la interpretación de un Mickey Rourke colosal, enorme, que carga a sus espaldas el peso de una película que sin él hubiera tomado derroteros algo más que convencionales y tópicos. Su actuación y la de Marisa Tomei elevan el conjunto hasta los altares de lo imperecedero, de lo inmortal, haciéndola transcender más allá de lo memorable.
Arafnosky, tan dado al virtuosismo visual, se despoja de sus propios lastres, y nos sirve una película crudísima en fondo y forma, un puñetazo emocional de maneras documentales, de movimientos crudos que transitan el camino contrario de los canónes épicos y su inevitable lírica.
Si de The Wrestler pudiera sintetizarse en una fragancia, en un perfume, desprendería un olor a atardecer, a pérdida, a cristal y hueso roto y sangre, a vacio y redención, a lágrima y a sudor. A corazón roto y a niebla. A clasicazo.
Sí, señores. Estamos ante un clásico contemporáneo. Inolvidable. Alabado sea el Señor (Mickey, para los amigos).
Tokio ya no nos quiere
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
4 de diciembre de 2008
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Observen, amigos. No se asusten , pasen y vean. Sí, hoy tenemos sobre la mesa de autopsia el cuerpo multicefalo de una familia abisalmente disfuncional. Porque eso es lo que Los Tenembaums de Wes Anderson : la necropsia de una familia extravagante cuyas miembros apuntaban maneras de genio pero cuyos logros profesionales acaban finalmente aplastados por el peso de sus propias neurosis. Asistimos a un retrato cotidiano de unos seres que habiendo triunfado en sus respectivas profesiones están sin embargo avocados al fracaso existencial y sentimental por méritos atribuibles a su salud mental.
Parece un drama y lo es, pero Anderson consigue algo tan díficil como arrancarnos carcajadas mientras asístimos a algo tan terrible como es la desintegración de una familia y de sus componentes.
El director y guionista adopta las maneras de un esteta cirujano forense con un sentido del humor seco y esquinado ( ¡marciano!) y un gusto exquisito y barroco por la reacreción de ambientes para mostrarnos las miserias de una familia sui generis en exceso que en el fondo es una metáfora acerca de cualquier familia.
A través de lo concreto Los Tenembaums llega a lo universal disfrazando su instántanea con un halo esperpéntico y distanciado que en realidad es un trasunto de su verdadera intención: arañar con su sátira el velo cotidiano y cercano de la “normalidad” de la que suelen hacer gala generalmente todos los núcleos familiares de cualquier parte del globo. Intuyo en su médula espinal, en su lado más hondo, un canto a la anormalidad bien entendida, es decir una exaltación de la diferencia y de la originalidad en su versión más grotesca e hilarante.
Una inteligente (anti)comedia de altísimo nivel de uno de los renovadores del género con más talento. El primero de la clase. Un tipo a seguir. Un must.
Tokio ya no nos quiere
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
30 de diciembre de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos sus detractores la señalan con su dedo acusador prácticamente por los mismos motivos: Vacua, confusa, artificiosa, pedante, excesivamente violenta e inconsistente. Críptica. Absurda.
Suelen ser aquellos que no conciben la existencia de otro tipo de relato (ni de arte) más allá de aquel que es desarrollado por la vía de lo convencional y lo clásico: Diálogos. Trama con principio, nudo y desenlace.
Suelen ser defensores de lo esperado, adictos a lo predecible, habitual, inteligible, claro, conclusivo. Amantes de lo tranquilizador.
Son rehenes de su propia comodidad como espectadores , incapaces de lanzarse sin asideros al vacío y tratar ( o al menos intentarlo ) de apreciar la belleza , siniestra y pestilente, fría y luminiscente de esta cinta, y la maestría con la que Winding Renf se ha propuesto dinamitar el género noir, retorciéndolo hasta el extrañamiento: la historia de una venganza ambientada en los bajos fondos de Bangkok sirve como fresco casi mudo, fluorescente, febril y alucinado en el que plasmar sin filtros el laberinto, mental y físico , por el que vaga su protagonista principal , encadenado a su propia indolencia y a la tragedia edípica que (le) arrastra, y desnudar al mismo tiempo ( junto o a través de ese mismo laberinto ) la depravación absoluta, la miseria moral más profunda, la industrialización del sexo y del dolor ajeno, la codicia, la locura y la maldad pura que inexorablemente reinan allí donde el ser humano pisa la tierra y la única ley posible, real y salvaje, es la de la sangre y el acero.
Renf envuelve la historia con las maneras de un film de Wor Kan Wai que hubiera sido poseído por la sordidez ambiental de Tercipelo Azul o Carretera Perdida, intercalando una narración lineal y lógica con momentos de irrealidad construida a golpe de silencios, premoniciones, sueños y flashbacks. Una oda al mal rollo inundada de neón.
No existe más posibilidad de redención ni de justicia que la muerte (violenta y agónica). El infierno no es lugar para la gracia, la compasión ni la piedad. Donde impera el Mal, ni siquiera Dios perdona. Bienvenidos al abismo. Viene a decirnos. Sin decirnos apenas.

http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=4gf7MKPMOzU
Tokio ya no nos quiere
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
21 de noviembre de 2008
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Caos calmo es la historia de un alto ejecutivo viudo y al cargo de una hija pequeña al que la muerte de su mujer devuelve a la esfera de la realidad, a la toma de contacto con la vida que le rodea, lejos de los despachos y las fusiones empresariales. Y es en esa vuelta de regreso al mundo real cuando Pietro, intepretado por un Moretti en estado de gracia, toma conciencia del vacío que le habita, de su laguna interior.
Sin florituras visuales ni golpes en las partes bajas sentimentales, es decir, sin lanzarse a la lágrima fácil, que en un principio su argumento podría explotar y provocar en el espectador, Caos calmo es un melodrama de fondo agridulce pero amable, vitalista por no decir optimista, que sabe conjugar a la perfección y con las dosis adecuadas los ingredientes básicos de los que se compone generalmente la vida de las personas: situaciones irreversibles como una muerte, situaciones hilarantes, momentos de azar y de casualidades, momentos de consuelo y desconsuelo, momentos de locura reversible, momentos de confusión y de amistad, de amor y miedo, de certezas y de vacíos.
Las decisiones extravagantes de Pietro podrían parecernos demenciales hasta rozar lo trágico sino fuera por el excelente guión, que consigue embadurnar toda las historia con una pátina cómica y no por ello menos verosímil . La tragicomedia imprevible que es sepulta al drama manido y desgastado que podría haber sido.
Y al igual que no existen mapas ni brújulas que nos orienten en el dolor, la pelicula no ofrece una única respuesta que saque al personaje del agujero de semejante pérdida. Puede que lo único cierto es que sean varios los caminos que nos conducen a la salvación de nosotros mismos, los senderos que hacen que retornemos con fuerza a la vida.
Tokio ya no nos quiere
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 5 >>
Más sobre Tokio ya no nos quiere
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow