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Rusia Rusia · Stalingrado
Críticas de Ferdydurke
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Críticas 2.758
Críticas ordenadas por utilidad
Red Army. La guerra fría sobre el hielo
Documental
Rusia2014
7,3
3.661
Documental
8
20 de febrero de 2015
59 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy interesante documental; irónico y profundo; suavemente te lleva al huerto del Hockey y la Historia.
- El deporte de alta competición como propaganda, como demostración del éxito de un país, de su idiosincrasia y política. Y, por ello, una forma de degradación, de transformar el juego, el "arte", el placer, en una cosa agonística, extrema, sufridora, en una suerte de martirologio moderno.
- La nostalgia de aquellos maravillosos años. Cuando había dos bandos claramente diferenciados que luchaban por el dominio del mundo. Cuando todavía creíamos en el maniqueísmo y sobrevivía la esperanza de que triunfase el bien, los nuestros (los que fueran, -casi- que daba igual).
La CCCP con su halo mítico, terrible (entre siniestro y admirable) y, finalmente, pop, comercial y añorado. De Stalin a la Perestroika a Putin; cambiarlo todo para... De la amenaza siberiana a la desconfianza americana a la vuelta al hogar (el que sea, en lo que se haya convertido, que no se sabe muy bien lo que es).
- Narración mítica, como un pasaje bíblico, un drama shakespereano o una saga legendaria. Un padre bueno (Tarasov), el creativo, el artista, el líder positivo; un padre malo (Tikhonov), el hombre del régimen, el burócrata y cruel, el ogro, poli bueno, poli malo; y la madre Rusia, cómo no. Con cuatro hijos buenos, una hermandad del triunfo, Larionov, Krutov, Makarov y Fetisov, y un traidor, Kasatonov, el gran amigo que vende al héroe, al narrador y protagonista, resistente y vencedor ante el monstruo comunista.
- El derrumbe. Del comunismo. La caída del muro, la Perestroika y el fin del sueño igualitario. La derrota definitiva ante el capitalismo.
- La Historia. De los últimos cuarenta años en Rusia. Con sus muchos vaivenes y grandes contradicciones.
- La vida. De la juventud, relativamente feliz (enclaustrada pero muy victoriosa), a la madurez compleja y desencantada.
Toca muchos asuntos con ligereza y largo alcance; con cierto humor al principio y más seriedad al final; sin exagerar, con una mirada crítica y neutral.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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2
1 de agosto de 2015
73 de 98 usuarios han encontrado esta crítica útil
En otro planeta. Eso sin duda.
Lees la sinopsis y las estupendas críticas positivas, o negativas (profesionales y no -las de esta página web son magníficas), y rápidamente compruebas una cosa curiosa: hay muchas, muchísimas más palabras, sentido, lógica, personajes, trama, contexto, reflexión, referencias... que en la misma película, de lejos. Es decir, superan a la misma obra, la sobrepasan por todos lados.
Ya que de esta película, esa es la cosa, el meollo, se podría decir sin exagerar (casi nada) que es un único plano secuencia (con descansos, para algo inútilmente disimular) estirado durante tres horas sobre un trozo de carne (el hombre, no más) pudriéndose, mientras "llueve mansamente y sin (casi) parar, llueve sin ganas y con infinita paciencia".
O dicho de otra manera: en cuanto a densidad informativa no llega ni al minuto, ahí cabe todo lo que cuenta, explica o muestra esta... Pero claro, sí que se extiende, como marea viscosa, plaga de gusanos o sudario interminable mientras van cayendo, a dolor, los 177 minutos (10.620 segundos como mosquitos enfermos), tortuosamente, groseramente. "Y eso duele" (lo dicen varias veces, y está claro que no estaban pensando precisamente en la Bombi, o quizás sí). Se hace tedioso, te sientes vapuleado, maltratado, como saco de patatas en el mercado negro. Pero, y eso también duele, aunque tampoco demasiado, ni siquiera te dejan el consuelo del escándalo y el grito en el cielo, ni alivios consabidos tan consoladores como el sexo chabacano o la cutre violencia, qué va, ni la alegría del extremo más morboso o el placer de la imaginación más lisérgica, no, nada, es una guarrada puritana, una porquería reprimida, un estercolero gélido y distanciado, un bello cuadro de inmundicias, una pocilga encapsulada, un todo machacona, obsesiva, repetitivamente tibio en su bajeza y putrefacción constantes, un chorreo desganado de miserias y menudencias fluviales, un fluir anodino de líquidos y heces, un inventario rutinario y alucinado de cagarros, meadas, mocos, gargajos, esputos, tripas, charcos, sudor, sangre...; una epopeya del asco, un cantar de gesta bizarro e intelectualizado en su deambular mecánico y ciego, como si alguien, seguramente un Dios imbécil, hubiese apretado un botón en algún lugar muy lejano y sórdido y ya nadie fuera capaz de detener ese juguete averiado, esa inercia ensimismada y muerta.
Todo de cerca pero como de través, desconectado, desangelado, sin relación con nada, sin razón ni motivo, sin causa ni fin, solo porque sí. No hay más que mugre y fealdad, una prolija y prosaica basura, una infinita suma de inmundicias, un cenagal sin vida. Ni personajes, trama, diálogos...
La cámara en continuo movimiento, planos apretujados, llenos de gente (en el infierno la soledad nunca es una opción) que pasaba por allí (miran a cámara sin pudor ninguno), tullidos, desgraciados, desdentados, tumefactos, carcomidos y delirios. Una corte de los milagros futurista y apocalíptica; Mad Max después de haber caído en un pantano lleno de vómitos y tras haber sido secuestrado por marcianos rusos que le violaron, robaron y, ya de paso, arrancaron el corazón con un ojo bizco y homicida, tuertos de ira.
"Masacre: ven y mira" en su versión más anoréxica y reconcentrada, más fea y grasienta, más extraña y posesa.
Pero quizás, a pesar de todo lo expuesto, se pueda apreciar la terquedad de este director y su indudable afán artístico, que puede llegar a recordar toda esa tradición pictórica tan fecunda y rica que nos habla del horror y la muerte; un cuadro en movimiento. O la confirmación, la letanía, de que no somos más que barro animado; una elegía de nuestra entraña desdichada, un retrato minucioso de nuestra esencial descomposición en movimiento... Vale, pero...
Casi más interesante que la propia película fue contemplar el espectáculo en la sala, el efecto devastador de esta vasta obra, como virus africano y rabioso. Estaba casi llena (¿No hemos vuelto locos todos de repente? Una peli rusa de tres horas en blanco y negro y subtitulada. ¿Se dejaron llevar por dos palabras tan peligrosas como son Ciencia Ficción? ¿O por otras dos casi más engañosas todavía: Edad Media? ¿Creyeron que era Juego de Tronos y se dieron de bruces con la realidad de Juego de, ateniéndonos a su acepción escatológica y sin renunciar por ello a la idea central de la película rusa, Letrinas -en realidad se parecen mucho, es lo que quedaría de la serie tan famosa si le quitaras todo de golpe, como vaciar un cuerpo y dejarle solo las vísceras, corrompiéndose, siendo devoradas por batallones ciegos de larvas hambrientas y aburridas? ¿Eran todos rusos y anhelaban su patria chica, su lengua materna?) y no pude evitar hacer un repaso valorativo, la pregunta que surgía al correr de los fotogramas era simple y directa, cuál sería el número exacto de bajas y heridos de guerra, porque una cosa estaba clara, de este Vietnam cinéfilo no salíamos todos vivos, sanos y salvos, este Dios del cine tan cruel y absurdo reclamaba con furia desganada sacrificios humanos, y los iba a haber, vaya que sí.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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7
4 de noviembre de 2017
59 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algunas personas no deberían haber nacido. Por dos posibles razones:
- Por el mal extraordinario e irreparable que producen en su entorno.
- Por el mal extraordinario e irreparable que les produce su entorno.
Víctimas y victimarios condenados sin solución. Desde antes de aparecer (en escena), desde antes de nacer. Nuestra voluntad da igual. No cuenta. Todo está decidido. No sabemos ni cuándo ni por quién ni desde dónde, pero es un hecho evidente, e injusto.
Nietzsche, si mi memoria no me traiciona, lo decía de otra manera; él hablaba de que los actos que realizamos o cometemos, aunque sean crímenes nefandos, eso en esta caso no varía el sentido, son sola una pequeña, ínfima y prácticamente invisible parte de una cadena de hechos que se suceden en el tiempo y que no tienen ni principio ni fin. Causas y efectos que se enredan, dan la vuelta y pierden en un laberinto inextricable e imposible de desanudar. Por lo tanto, desde ese punto de vista, es una idiotez, una barbaridad, el enjuiciar, la legalidad, la penalidad, el meter a la cárcel o condenar a quien sea esta vez. Es imposible, ridículo además, determinar la criminalidad de nadie, su auténtica responsabilidad.
Esta película es especial, increíblemente intensa, ambiciosa y hermosa. Dudo un poco más sobre sus resultados. Logra crear un espacio tranquilo, profundo y denso, cuestionador, y eso es de un valor incalculable, por escaso y precioso, lo quizás más problemático sea averiguar cómo se llega a conseguir ese efecto, si es todo pleno o hay más de un rasguño, desperfecto, desvarío o mal defecto. Diría que está, como es normal, un tanto desequilibrada, que sigue diferentes surcos según se mueve y no siempre tienen estos salida ni son los más adecuados, ya que están preñados de pistas falsas, contradicciones y pequeños exabruptos.
Pero dejemos las pegas y vayamos a lo bueno o más complejo. A sus muchos planteamientos y vericuetos:
- La Justicia es una trama falsa, llena de mentiras y espantajos. Una representación torticera. Una pantomima. Una farsa en la que es imposible distinguir lo espurio de lo verdadero, en la que la estrategia legal (sea eso lo que Dios quiera; más bien trapicheo, trueque y negocio de mercaderes funestos) siempre se impone a la (de verdad, la que merece tan alto nombre) justicia, el rigor o la humanidad. Un trampantojo enrevesado, obtuso y malintencionado.
- Si Dios, debemos darle un nombre a ese vacío en el cielo, es el juez supremo, los jueces con toga de la tierra son sus delegados, y los hombres cuando actúan, sus emisarios. Tres planos diferentes para una misma conclusión. La justicia divina como designio inescrutable y absurdo. La judicial como ciego azar interpretado por necios y malvados. La más humilde y ciudadana a expensas de fuerzas superiores que nos controlan, desbaratan y gobiernan.
- Relaciones paterno filiales. Imposibles. O, siendo generosos, muy dificultosas. Una distancia radical separa las dos generaciones. Una necesidad (de afecto) truncada por diferentes anhelos y un mismo agujero (de feroz, fría desesperación). Separación, incomunicación, abuso, desconcierto, también algo de cariño y mucho miedo.
- La invención de relatos. Hay cuentos buenos y cuentos malos. Los buenos suelen ser los que más nos creemos, no los mejor contados. Es decir, nosotros ponemos, a través de nuestros deseos, lo que no está en los hechos. Nos mentimos, creamos los sucesos, los adoptamos y deformamos para quedarnos satisfechos. Actúan esos relatos como tranquilizantes, consoladores y, sobre todo, tremendos simplificadores de unos elementos indescifrables, terriblemente complejos.
La realidad o el criminal (¿chivo expiatorio?) en el hecho judicial son unas vasijas vacías que deben ser rellenadas por el resto de los actores en juego. Esa vasija no tiene criterio, peso ni verdad, es una construcción del cuerpo penal, lo mismo que el mundo real es una elaboración de toda la sociedad. El pacto es tácito y nada tiene que ver con los ideales o los hechos materiales. Es otra cosa: suma caótica de intereses, encontronazos, cegueras, perdiciones, redenciones, inmolaciones, chapuzas y casuales colisiones.
- La identificación entre el bien y el mal, entre el representante de la ley y el posible asesino. Son lo mismo. Coinciden en lo humano y lo indefenso ante el mismo destino, en el dolor compartido y el abismo.
- Pena de muerte. Sí o no. ¿Es necesario eliminar a seres que en el caso de que sigan vivos son potencialmente susceptibles de aumentar su número de crímenes? ¿O por el contrario, a pesar de todo lo anterior, hay que tener más fe en el hombre y pensar que es posible el libre albedrío, la reinserción o resurrección, el cambio, el arrepentimiento o la transformación sanadora?
La película plantea todo lo mentado, y más, para no acabar de pronunciarse claramente al respecto de ninguna cuestión. Lo cual, evidentemente, es un gran acierto (con la otra cara al acecho, el peligro ya citado de la confusión inane y relamida). Esa espectacular ambigüedad deja al espectador todo su lugar (zona difícil pero estimulante y enriquecedora); él puede ahora llenar a su gusto su vasija más querida, la del cine, el arte o lo que demonios sea eso que tanto nos engatusa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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5
10 de octubre de 2015
59 de 72 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una redacción pulcra, ordenada y bien explicada, como una acta notarial o un informe policial. Una caligrafía cinematográfica impecable, con buena letra, sin que falte ni un punto ni una coma. Una narración clara, diáfana, como cielo sin estrellas. Una mirada coherente, medida, oficial.
Una película plana, media, sin alma, demasiado comentada.
No se le puede poner pegas, pero le falta el aliento del artista, la vitalidad del autor, el mimo del poeta, la fuerza del creyente, el riesgo del valiente...
Rutinariamente funcionarial y adocenada.
Se agradece la honestidad espartana del conjunto, lo limpio que se juega, sin intentar engañar al espectador; el buen oficio del artesano. Y aun así, no es suficiente (para mí), se acaba haciendo pesada; tanto coche, tanta charla, tanta ida y venida para nada, tanta sobreinformación innecesaria. No se permite ni una miserable elipsis. Todo queda subrayado y aclarado, hasta la última duda de la última pregunta sobre el último asunto. Ni ambigüedad ni pulso ni líneas de sombra.
Si fuera profesor, maestro de la república, confesor de la reina, nigromante o tal vez tarotista macedonio y esta peli fuera un trabajo de fin de carrera, lo aprobaría, sin dudarlo ni un segundo. Me fiaría del alumno, le auguraría un buen futuro. Otra cosa es que le recomendase dedicarse al arte (al cine, a la creación... ). Eso no tanto. Mejor buen carpintero o abogado del estado que perpetrador de obras sin vida.
O quizás no.
Vaya usted a saber.
Ferdydurke
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5
28 de septiembre de 2016
115 de 185 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una de esas que aparenta discurso radical, el cuchillo entre los dientes, no hay dolor, Los hermanos Karamazov, subo montañas, cazo ciervos y me los como crudos, corro como Mo (Farah), medito, levito, me parto en dos y trasciendo, para en verdad rápidamente confesarse bonachona, dulzona, bonita de mirar, achuchable, perdonable, querible, arcoíris, lo siento, te quiero y no lo volveré a hacer nunca más.
Denuncia la sociedad del espectáculo empresarial y las grandes corporaciones, la educación como vivero de mentiras e hipocresías, y se dedica a sacarnos niños pimpollos que nos roban el alma y a crear una historia golosamente comercial y entregada.
Bueno, una vez descubierto el pastel, a este simpático capitán Pescanova que tampoco disimuló demasiado su triste truco de magia, ahora trataremos de ir más allá y hablar de sus gracias, desgracias, inteligencias y muchos temas.
- Sí, es mejor la verdad cruda que la ficción almibarada (motivo por el cual esta película justo gusta tanto, por su melocotón). Sí, cuando se habla de proteger a los niños, lo que en realidad se hace es proteger a los padres, proteger sus cuentos, trampas y miserias. Y, de paso, entrenar a sus hijos, que se preparen para ser, inevitablemente ellos también, grandes simuladores, no queda otra, se dicen aunque no lo reconozcan.
Sí, es verdad, basta ya de "infantilizar" a los niños, de considerarlos idiotas a los que hay que engañar y embadurnar de cursilería y estupidez, tapar los ojos ante la perra vida.
- Se trata de encontrar un oasis, una utopía, una forma de orden, de belleza y verdad. Lo cual, por muy hermoso e idílico que parezca, es justo lo contrario de la vida, un abigarrado caos imposible de controlar y dirigir que te come vivo, que te desborda y turba por mucho que te guardes, escondas o intentes dar la vuelta a las cosas. Y, toda esa ansia de absoluto, suele ser además el paso previo al desastre y al dolor, cuando se intenta doblegar a la fuerza, elefante en cacharrería, una realidad resistente a toda forma de uniformidad, cuando se pretende imponer normas, directrices y reglas rígidas que, bajo el manto del ideal, suelen ocultar deseo de dominio, imposición y, en último término, odio a la vida con todo lo que tiene de azar e imprevisto, como hecho cierto. Suele ser también, esa huida hacia delante, hacia el control férreo, casi cuartelero de la manada, sinónimo de fracaso vital, de cobardía e impotencia, el sustrato, si vamos más allá y nos ponemos algo estupendos, de los regímenes totalitarios, de todos los iluminados que en el mundo han sido y de su mucha barbarie como método ineludible para imponer sus sueño/deseo.
- Se hace un canto a la cultura, al conocimiento, al mundo elevado de las ideas, a huir de las vaguedades y las imprecisiones, pero la película se pierde en generalidades, en buenas intenciones y, para colmo, es terriblemente burda, machacona y gritona en su discurso, lo contrario de lo que se supone que son el refinamiento y la sabiduría, la complejidad, sutileza o discreción calmada que acarrean estas virtudes.
- Si son tan contraculturales, no deberían ensalzar a Chomsky como a un gurú, no deberían tener ídolos ni santones, habría que cuestionarlo todo, hasta a uno mismo el primero, todas nuestras certezas, ni hablar de los figurones, catedráticos o académicos.
- Y si citan a Chomsky cuando dijo que la asunción de la falta de esperanza es su garantía, que hay que tenerla para así poder cambiar, mejorar el mundo, yo me preguntaría, ¿y por qué debe haber esperanza a la fuerza?, ¿no es esa la premisa innegociable de toda religión organizada que, por cierto, parece que contradictoriamente repudian, su clave, su centro, lo mismo que de toda forma de intento de expolio y control del sumido ciudadano medio, la promesa de una recompensa que nunca llega, la excitación de un deseo, de un final feliz, ardid en el que se basa toda la industria comercial, todo modo de venta o engaño, el si haces, compras, votas, te afilias, pagas o te suscribes a todo lo que te oferto u ofrezco, tu vida será gloria, ya sea material o espiritualmente, matrimonial, sexual o económicamente, la eterna zanahoria o timo de la estampita ta conocidos?, ¿no se podría rechazar esa gran esperanza como artificio forzado, optimismo falaz y malintencionado normalmente, como candidez interesada en el mejor de los casos?, ¿no sería mucho mejor observar tal cual, el funcionamiento del mundo objetivamente, sin apriorismos ni prejuicios, atentos a cada caso concreto, a la evolución de las situaciones, al contexto, al hombre y sus circunstancias, a las causas y otras ascuas y luego, ya si eso, ponerse verdosos y esperanzados o resignados o activamente pasivos o lo que sea, ya se verá?, ¿no se esconde detrás de ese voluntarismo optimista muchas veces una negación terca y lerda de la realidad que acaba deparando mayor confusión y tristeza al sobrevalorar las capacidades humanas ante un medio que le condiciona tanto y que cambia constantemente, obligándole de esa ciega manera a chocar y esmorrarse contra fuerzas que le superan y no entiende apenas, movido como tonto por eslóganes y lemas vacíos de contenido del tipo si quieres, puedes, hay que luchar por los sueños y otras chorradas o simplezas parecidas tan del gusto de muchas muchedumbres y leitmotiv de tantas películas comerciales o anuncios generales?, ¿no se basan también en esa idea todos los charlatanes, escritores de best sellers de autoayuda y demás impostores, por no hablar de políticos, curanderos, hechiceros y otros tahúres? ¿no habíamos quedado en que era mejor la verdad difícil que el consuelo simple?
- ¿No es innecesariamente exagerada, hasta grotesca, la dimensión de superhéroe del protagonista, no se les fue de las manos esa mezcla de Einstein, Rambo, Usain Bolt, David Crockett, Buffalo Bill, Ralph Waldo Emerson, Whitman, Abraham, Dersu Uzala y Tolstoi?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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