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España España · West Coast
Críticas de Dabi
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Críticas 113
Críticas ordenadas por utilidad
4
6 de septiembre de 2019
244 de 300 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando voy al cine, suelo salir de la sala feliz, satisfecho, indiferente, triste, decepcionado o de mala hostia, dependiendo de lo mucho que me haya gustado la película. Hoy no he sentido nada de eso. Hoy he salido del cine exhausto. Agotado.

En 2017 llegó It y se convirtió en un fenómeno. La novela es una obra muy conocida que ya se había adaptado en 1990 (curiosamente, Pennywise vuelve cada 27 años), una adaptación que a día de hoy se considera, por lo general, bastante regulera. Es en casos como este cuando se agradece un remake, no cuando lo haces de una película que ya funcionaba (te estoy mirando a ti, Disney). También ayudó que 2017 fuera la cima de la nostalgia ochentera, con cosas como Stranger Things allanando el camino. Y aún más importante, It resultó ser una película bien recibida por la crítica y el público. It dio en la diana, lo que le llevó a recaudar 700 millones de dólares en todo el mundo, convirtiéndose en la película de terror más taquillera de la historia (sin contar la inflación, por supuesto). Nadie se esperaba algo así. Dos años después, tenemos el esperadísimo desenlace. Y siento decirlo, pero no creo que esté a la altura de la primera película.

Vamos primero con lo positivo:

-Casi todos los que os hayáis leído el libro coincidiréis conmigo en que la parte ambientada en la infancia de los Perdedores es la más interesante, y que los capítulos de los adultos son, a ratos, un poco coñazo. Aunque esto sea igualmente cierto en la película, creo que algunos de los cambios que se han hecho con respecto a la novela son acertados.

-A pesar de algunos vicios en los movimientos de cámara y de su irritante manierismo visual, Andy Muschietti sigue siendo capaz de plasmar imágenes perturbadoras y memorables, y aunque creo que en esta película se abusa más de los efectos especiales que en la anterior, están bien utilizados, y seamos sinceros, a menudo son necesarios.

-Cada vez que hay un flashback y vuelven a aparecer los niños, reconecto con la historia de forma inmediata. El humor vuelve a funcionar. La química entre ellos sigue siendo fantástica. Hasta los diálogos parecen mucho mejor escritos cuando los recitan ellos.

-Los actores adultos están, por lo general, bien escogidos. Aparte de parecerse muchísimo a los actores infantiles, casi todos cumplen. Bill Hader y James Ransome son los que más destacan como Richie y Eddie, aunque esto también se debe a que son los personajes mejor desarrollados.

Y esto me sirve para enlazar con lo negativo:

-Me cuesta pensar en otra película que le dedique tanto tiempo a sus personajes y sea tan incapaz de hacerlos interesantes. Beverly, Bill y Ben se vuelven anodinos y unidimensionales, y su triángulo amoroso me da mucha pereza. De Mike solo puedo decir que si esto fuera un videojuego, él sería la guía de la Hobby Consolas. No es un personaje. No lo era en la primera, y aquí lo es aún menos. Se limita a explicar y exponer. Podría ser una voz en off. Podría ser una silla que habla y nadie notaría la diferencia.

-El "secreto" de Richie está añadido en la película, es algo que no aparece en la novela. Y no es que esté mal, es más, le da un poco más de sustancia al personaje. El problema es que da la sensación de que ha sido añadido a posteriori. Es una semilla que debería haberse plantado en la primera película, y al no haberse hecho queda como una anécdota bastante forzada, algo que podría haber tenido muchísimo más impacto emocional y que acaba resultando algo insatisfactorio.

-Los cambios tonales funcionaban mucho mejor en la primera película. Aquí, el humor y el terror a veces se mezclan de forma bastante disonante. Es mucho más difícil que la dinámica de crear tensión - liberar tensión funcione si haces ambas cosas a la vez. En más de una ocasión te presentan una escena que debería acojonar pero es interrumpida de forma súbita por un chiste que más que hacerme reír, me descoloca y me hace preguntarme: "¿Y esto?".

-El mayor pecado de It: Chapter 2, y el motivo por el que he salido agotado del cine, es su duración. En serio, que esta película dure casi tres horas es criminal. Si al menos las aprovechara desarrollando a los personajes, podría ser justificable, pero no es así. Los actores vagan por escenarios, se encuentran con It y escapan ilesos. Una vez. Y otra. Y otra. Y otra. Y otra. Y otra. Y otra. Y otra. Bill se siente culpable por la muerte de su hermano. Ya lo sabemos. Nos enteramos en la primera película. Reiterarlo escena tras escena no hace avanzar ni la trama ni el arco argumental del personaje.

-Es una película bastante ruidosa, y la última hora es ya una cosa exagerada. Los decibelios se disparan, los golpes de sonido se acumulan, y lo único que quiero es un poco de silencio. He salido del cine con dolor de cabeza.

-Mencionaré una cosita en la sección spoiler, aquí solo diré que el clímax me pareció bastante ridículo, qué queréis que os diga.

En resumen, It: Chapter 2 es mucha película. Muchísima. Demasiada. Y al mismo tiempo, no la suficiente. Pasan mil cosas, sí, pero a costa de desdibujar a los personajes que se habían construido en la película de 2017. Pierde más tiempo intentando crear escenas malrolleras que desarrollando a los Perdedores adultos. Como conclusión no es abismal, pero sí muy mejorable y bastante decepcionante. La primera parte la vi dos veces en el cine. Esta, lo siento mucho, no tengo ningún interés en verla de nuevo, y aunque tenga unas cuantas virtudes, no son suficientes para compensar sus muy evidentes errores.

Calificación: Insuficiente
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Dabi
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8
23 de diciembre de 2019
201 de 229 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ben y Joshua Safdie dieron el salto hace unos años con Heaven knows what y se consolidaron como talentos a tener en cuenta en 2017 con la estupenda Good time. Dos años después nos presentan su nuevo trabajo, Uncut gems, protagonizado por Adam Sandler, un trabajo que tiene muchísimo en común tanto tonal como estructuralmente con el anterior proyecto de los hermanos y que a mí, y lo digo desde ya, me parece una de las mejores películas de 2019.

Uncut gems es un asalto a los sentidos, una puta tortura. Una tortura completamente intencionada y elaborada con muchísima habilidad, pero una tortura. En cuanto Howard sale de la consulta del médico, la película pisa el acelerador y ya no frena. El ritmo es vertiginoso, pero por suerte, el guion es claro a la hora de desarrollar la historia. Tal vez se deba a la relativa simpleza del argumento, pero siempre sabes lo que está pasando. Un joyero judío extremadamente avaricioso busca hacer el trato de su vida mientras huye de unos cobradores y trata de evitar que su vida personal se desmorone. Punto. No hay más. El recorrido de punto A a punto B y de punto B a punto C está perfectamente delineado, porque en Uncut gems el desafío es sensorial, no intelectual. No te pierdes en el argumento, te asfixias.

Los hermanos Safdie nos presentan a Howard a través de una colonoscopia. Esta decisión, en palabras del propio Josh Safdie, "is the visual pun of meeting an asshole through his asshole", lo cual tiene su gracia. Pero no solo eso, cuidado. Con esta escena, los Safdie nos introducen literalmente en las entrañas del protagonistas, y durante las próximas dos horas, ahí nos vamos a quedar. Y, como una colonoscopia, la experiencia no va a ser agradable. En absoluto. Howard, como Connie en Good time, no tiene tiempo para pensar. Él reacciona a lo que le viene.

Toca hablar de Adam Sandler, porque este es sin duda el mejor papel de su carrera y merece ser mencionado entre las mejores actuaciones del año. Su interpretación es puro instinto, y es él quien propulsa la película constantemente. Su forma de interpretar a Howard nos conecta y nos lleva a casi empatizar con un personaje que es, a todas luces, un gilipollas integral, y es su buen hacer (y la calidad del guion) lo que hace que sientas esa rabia. Lo ves tomar decisión nefasta tras decisión nefasta, y te frustra, pero tanto él como los guionistas nos han dado lo suficiente como para que podamos entender por qué actúa como actúa. En fin, que Sandler empezó la década con Jack y su gemela y la ha acabado haciendo esto. Bravo por él.

La banda sonora (espectacular trabajo de Daniel Lopatin) es imprescindible a la hora de orquestar el clima de tensión. Participa activamente en desequilibrar al espectador. Sintetizadores y percusiones. La música invade las escenas con violencia, se detiene, vuelve a arrancar, descoloca. Se utiliza en escenas que ya de por sí están sobrecargadas de información para sofocarte todavía más, porque en el universo de los Safdie, el silencio es un lujo, un lujo que Howard no se merece y no se puede permitir. El montaje es rápido e igualmente agresivo, pero siempre preciso, y los primerísimos primeros planos se encargan de cercan al protagonista, incrementando, si es posible, la sensación de claustrofobia.

En fin, que Uncut gems me ha parecido un trabajo fantástico. ¿Lo he disfrutado? A ver, "disfrutar" no es la palabra. Como ya he dicho, no es un visionado placentero. Es estresante. Es frustrante. Es inesperada e inestable. Es un caos, una puta sobredosis de adrenalina y ansiedad, un embiste sensorial de neón y electrónica de dos horas y cuarto. Y también es, en mi opinión, un claro ejemplo de muy buen cine. Consigue todo lo que se propone, tiene un pulso narrativo espléndido y está fantásticamente interpretada y dirigida. En uno de los mejores años de lo que va de siglo, Uncut gems se cuela directamente en mi top 5, sin duda. Recomendadísima.

Calificación: Imprescindible/Obra maestra
Dabi
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6
23 de diciembre de 2015
177 de 196 usuarios han encontrado esta crítica útil
La chica danesa se va a ganar muchísimos detractores, estoy convencido. Lo tiene todo para ello. Si cualquier temática LGTB te incomoda por la razón que sea, obviamente la vas a odiar. Si no te gustan los dramas de época, la vas a odiar. Si la ves como un panfleto, la vas a odiar. Si te dan coraje las películas que parecen buscar el Oscar constantemente, la vas a odiar. Y si el mínimo asomo de cursilería te echa para atrás, también la vas a odiar. Es fácilmente odiable, lo puedo entender. Por todo eso, es muy posible que su nota media acabe siendo bastante baja, pero mirad por dónde, yo no la he odiado, a pesar de encontrarle unos cuantos peros.

Esos peros están casi todos en el guion. ¿Es empalagoso? Pues un poco, para qué vamos a mentir, pero lo cierto es que me lo esperaba mucho más melodramático de lo que es. Y es que, teniendo en cuenta la historia real en la que se basa, no podemos esperar algo que no sea un drama. Bastante contenidos están, si me preguntáis a mí. De hecho, creo que están demasiado contenidos, no en cuanto a cursilería, de la que a ratos va bastante sobrada, sino a profundidad. Creo que un tema tan complicado y que tantas ampollas levanta como la transexualidad merecía un tratamiento más arriesgado, más atrevido. Sin embargo, La chica danesa opta por construir un drama al uso, tremendamente automático, academicista incluso, sensible en algunos momentos y sensiblero en otros, muy básico en su ritmo, con un montaje muy flojo y un manejo del tiempo bastante pobre (la historia real transcurre en casi veinte años y aquí parece que pasan un par, como mucho). Es un guion hecho para emocionar y contentar a todo el mundo, para que nadie salga del cine demasiado escandalizado u ofendido. Y no me parece mal si lo que buscas son premios y premios de academias de cine rancias y encorsetadas, pero a mí me falta algo más de desarrollo, de incisión. El guion es, en definitiva, correcto en su inercia y enormemente inofensivo.

¿Por qué le he dado la nota que le he dado entonces? Bueno, pues porque creo que el cine lo constituyen muchos elementos, y el guion es solo uno de ellos. Si fuera una novela, probablemente le daría un 4, pero tengo que tener en cuenta muchas otras cosas. La dirección de Tom Hooper, por ejemplo, es exquisitamente elegante, como ya lo fue en El discurso del rey, trabajo, dicho sea de paso, muy superior a este en todos los aspectos. Su intimismo y sus primerísimos planos funcionan en La chica danesa, y son mucho más adecuados en una historia como esta que en un musical épico de las proporciones de Los miserables, película en la que Tom Hooper se veía más perdido y más superado por las circunstancias. La banda sonora del ya veterano Alexandre Desplat es igual de exquisita y adecuada. Todo lo técnico, en resumen, funciona con bastante buen gusto.

Y luego tenemos a los dos actores principales. Eddie Redmayne (al que aún no entiendo qué coño le pasó en El destino de Júpiter) era una de las razones por la que quería ver la película, porque otra cosa no, pero hay que reconocer que es un actor valiente. Si enfrentarse a un personaje como el de Stephen Hawking el año pasado ya fue una decisión arriesgada que le salió bien, Lili Elbe no se queda atrás, y lo más destacable de ambas interpretaciones es el equilibrio que poseen, porque ambas eran muy fáciles de parodiar, por un lado, y de sobreactuar, por otro. En el caso de Lili Elbe, otro actor podría haber caído en el histrionismo o en la hiperfeminización, pero Redmayne se mantiene contenido, asentado en el papel y bastante convincente, aunque tengo que admitir que, en ocasiones, recurre a ciertos tics gestuales que a estas alturas se están convirtiendo en un vicio, tics que ya he notado en varias de sus interpretaciones y que me empiezan a poner un pelín nervioso. Pero vaya, que aun así, Redmayne aprueba, y con nota.

Y si el trabajo de Redmayne merece la pena, lo su compañera Alicia Vikander no se queda atrás, más bien todo lo contrario, cosa que no me esperaba en absoluto. La suya es una interpretación de fuego y entrañas, desdoblada, rota, pero que siempre proyecta desde una naturalidad trágica y con la que es fácil empatizar, hasta el punto de erigirse en el mismísimo centro de la película, eclipsando a Redmayne y reivindicando a Gerda Weneger como una mujer fascinante y tan digna de admiración como Lili. Ambos actores están, en definitiva, fantásticos por separado y aún mejores en las escenas en las que trabajan juntos, compenetrándose a la perfección.

En resumen, La chica danesa es un trabajo que funciona mucho mejor en la pantalla que sobre el papel, gracias a un equipo muy competente que ha puesto mucho empeño en darle vida a un guion lánguido y no demasiado inspirado. Como he dicho, el cine es un medio audiovisual en el que convergen más elementos que el guion, pero es igualmente cierto que si no hay un buen guion, hacer una gran película es misión imposible. De esta manera, La chica danesa se queda a mitad de camino. No es un éxito total, pero tampoco se puede decir que sea una pérdida de tiempo.

Calificación: Pasable/Recomendable
Dabi
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9
10 de diciembre de 2011
169 de 190 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque es cierto que "We need to talk about Kevin" puede echar para atrás a muchos en los primeros minutos de su metraje, a mí me enganchó desde el principio. Esta primera parte es bastante caótica, difícil de digerir y de hilvanar si, como yo, la empiezas a ver sin tener ni idea del argumento. Pero creo que es un caos necesario, la forma de una madre de organizar en su mente los recuerdos más traumáticos de su vida. A partir del minuto 30 o 40 (no lo recuerdo bien), comienzan a ordenarse los hechos de forma cronológica, y la historia arranca con más fuerza.

Las interpretaciones (realmente hay solo dos personajes importantes en toda la película) son brillantes. Tilda Swinton está mejor que nunca, y Ezra Miller aporta el carisma necesario. Dado que la cinta se centra en la introspección de estos personajes y tiende a evitar el morbo, el gore innecesario y los efectos de sonido, es a ellos a quienes hay que agradecerles que funcione tan bien.

La fotografía es completamente impresionista. El color rojo se utiliza de forma abundante, rozando el abuso en numerosas ocasiones. El rojo es la sangre, es la angustia, es la locura de él y es el miedo de ella. Es una conclusión fácil de sacar, dada la precisión de las imágenes. Por su parte, la banda sonora recoge grandes canciones (la mayoría curiosamente alegres) que ejercen un potente e interesante contraste con el hilo argumental.

Conclusión: De lo que llevamos de año, ha sido una de las películas que más he disfrutado. Sí que al principio los flashbacks están demasiado desordenados y eso desubica mucho, pero lo recupera finalmente. El final es tal vez un poco decepcionante, menos apoteósico de lo esperado, pero aún así, "We need to talk about Kevin" es una película con una fuerza psicológica suficiente como para recomendarla encarecidamente.


Edit: Han pasado más de diez años desde que escribí esta crítica. En este tiempo he visto Tenemos que hablar de Kevin dos o tres veces más, y cada vez me maravillo más ante la burrada que se sacó Lynne Ramsay de la manga. Me gusta pensar que hoy en día me comunico con más soltura y escribo mejores reseñas, pero esta fue una de las primeras que publiqué en FilmAffinity y le tengo cierto cariño, así que prefiero dejarla como está. Lo que sí haré, desde luego, es ajustar la nota de una de mis películas favoritas de los últimos quince años.

Calificación: Obra maestra
Dabi
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5
28 de septiembre de 2022
198 de 254 usuarios han encontrado esta crítica útil
Andrew Dominik es un director meticuloso, eso está claro. Han pasado veintidós años desde su debut, y en ese tiempo solo ha dirigido cuatro largometrajes de ficción, y de ninguno de ellos se puede decir que haya sido hecho por encargo. Si algo caracteriza a Dominik es que hace lo que le da la gana y que es implacable en sus decisiones artísticas. Blonde, su primera película no documental en diez años, es un ejemplo claro, y es un trabajo que está generando opiniones muy dispares. Una vez vista, se pueden entender estas reacciones, pero yo tengo que reconocer que he salido de la experiencia bastante templadito, con sentimientos encontrados.

Blonde es la adaptación de la novela del mismo nombre, una novela de ficción biográfica que recrea la vida de Marilyn Monroe, uno de los mayores iconos del séptimo arte. Repito: ficción biográfica. Lo vuelvo a poner en mayúsculas, por si acaso: FICCIÓN BIOGRÁFICA. ¿En qué se basa la ficción biográfica? Básicamente en coger a una figura célebre y, a partir de ahí, crear una narrativa ficticia a su alrededor que a menudo poco o nada tiene que ver con la realidad. Este es un subgénero que surgió de la ficción histórica y que existe desde hace años, no es nuevo, y hay ejemplos tanto en la literatura (Philippa Gregory ha escrito varias novelas de este palo) como en el cine (Ammonite, La favorita o Ip Man) y la televisión (las recientes The great y The serpent queen). A mí que esta película no tenga ningún rigor histórico la verdad es que me da bastante igual, porque no estamos viendo un documental y Blonde nunca se ha promocionado como un biopic ultra riguroso. Mis problemas con la película, por tanto, no residen en la historicidad o en la falta de ella (como veo que le ha pasado a muchos que no sé, se creerán que todos los biopics que han visto en sus vidas son rigurosos al 100%), sino en otros aspectos.

En Blonde seguimos a Norma Jeane desde su infancia con una madre inestable hasta su muerte, y Dominik aprovecha la oportunidad para cebarse con la figura de Marilyn, vapuleándola y agrediéndola durante 160 incesantes minutos. Uno pensaría que aprovecharía este tiempo para desarrollar un retrato tridimensional de la protagonista, pero no. Quitando los traumas paternos (rasgo que se subraya hasta la extenuación y que parece ser casi la única motivación de Marilyn durante toda su vida, que es que hasta llama "daddy" a sus maridos, no me jodas), el dibujo que hace Dominik de su objeto de estudio es bastante monocromático. Dominik se olvida de caracterizar a la protagonista porque está demasiado ocupado convirtiéndola en un sparring del guion. Como resultado, Marilyn acaba careciendo de entidad y de sustancia, y lo siento mucho, pero para una presentación tan monótona no necesitas casi tres horas de metraje, porque luego pasa lo que pasa, que faltan tres cuartos de hora y ya estoy cansado de mirar el reloj.

Visualmente, la película es un delirio estilístico. Cambios constantes de color a blanco y negro, variaciones en la relación de aspecto, cámaras lentas, planos con ojo de pez, zooms... Dominik lanza a la pantalla todo lo que se le viene a la cabeza. En demasiadas ocasiones me cuesta ver si estas decisiones estéticas responden a un propósito narrativo o si son simplemente el resultado de Dominik sacándose el rabo y toqueteándose un poco solo porque puede hacerlo. Eso sí, de todo este barullo salen unas cuantas escenas imponentes y varias imágenes de gran pegada. Admirable es, además, todo lo que concierne a la representación de la iconografía de Marilyn. Los vestidos, el maquillaje, las escenas y fotos más famosas de la actriz... A pesar de pecar de autocomplaciente y masturbatorio, reconozco que hay momentos de gran nivel en su fotografía. La banda sonora, cortesía de Nick Cave y de Warren Ellis, es también estupenda.

Pero, ¿y la interpretación de Ana de Armas, que es de lo que más se está hablando? Pues aquí sí que tengo que estar de acuerdo con la mayoría: es una interpretación muy, pero que muy lograda. La actriz consigue articular el habla aireada y suave de Marilyn con considerable precisión, y teniendo en cuenta que el inglés no es su lengua materna, el mérito es doble. Capta el espíritu de Marilyn (o más bien, el de la Marilyn unidimensional que nos ofrece Dominik) y cautiva a la pantalla gracias a su radiante presencia escénica. El resto del elenco (que si Marilyn es unidimensional, imaginad a los demás personajes) cumple en sus breves apariciones, pero la película le pertenece a ella de principio a fin. Es un triunfo por su parte y, qué duda cabe, de calle su mejor interpretación hasta la fecha.

En definitiva, Blonde me parece un trabajo con méritos evidentes, pero también con muchísimas imperfecciones. Es original y rompe con la fórmula del biopic (lo cual es de agradecer, porque pocas cosas me dan más pereza que un biopic convencional), tiene estilo visual y una interpretación central de mucho nivel. Ahora bien, ¿es capaz Dominik de unir todas las piezas y de crear un todo satisfactorio? Lamentablemente, no. A pesar de eso, creo que es una película interesante y un éxito moderado, pero con algo más de complejidad y con algo menos de indulgencia, habría sido, en mi opinión, mucho mejor. No me mola esto de ser equidistante con las películas controvertidas, pero es lo que hay.

Calificación: Pasable
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Dabi
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