Lo más especial de 'All about Eve' es que, además de contar con una gran historia (y bien contada) delante de las cámaras, tuvo su propia película tras las cámaras.

Si ya es una gozada ver todo lo que sucede, la película, para mí, alcanza un nivel explosivo al leer el libro de Sam Staggs 'Desnudando a Eva' ('All About All About Eve') donde nos cuenta cómo la relación entre Bette Davis y Celeste Holm era pésima tras las cámaras, siendo amigas sólo cuando la cámara se encendía. Y, al contrario, Bette Davis y Anne Baxter, rivales en la película, eran grandes amigas tras las cámaras.

De hecho, Gary Merrill y Bette Davis iniciaron un romance durante el rodaje de esta película, haciendo con ello que sus personajes fuesen casi tridimensionales, ya que se puede decir que se estaban interpretando a ellos mismos. Es más: Bette Davis no tuvo que construir ningún personaje: ¡era ella misma! Y esto es algo que en pocas grandes películas ha sucedido. Para algunos críticos tiene poco mérito que alguien no tenga que esforzarse en interpretar un papel pero, para mí, 'All about Eve' fue un enorme disfrute al ver a la auténtica Bette Davis entregando lo mejor de sí misma sin fingir ni un músculo de su cara. ¿No se pide naturalidad a una interpretación? ¿Qué hay más natural que Bette haciendo de Margo Channing? Sólo el agua mineral.

Es altamente aconsejable completar la experiencia de 'All about Eve' leyendo el libro de Sam Staggs después y, luego, revisionar de nuevo la película, donde cobrará aún más significado y será mucho más placentera. Por datos así es que esta película dejó una huella tan profunda y sigue liderando el género del cine dentro del cine, aún 70 años después.

Vaya por delante que Wilder es mi director favorito. Y admito que esta película está muy bien rodada y producida. No tiene ningún fallo técnico (no podemos esperar menos de Billy Wilder), pero es una película aburrida.

Ni Gloria Swanson era una actriz carismática (como sí lo fueron Bette Davis o Marlene Dietrich), ni William Holden lo era. Para mí, es una más que correcta película con un gran director pero con dos actores mediocres interpretando a un par de personajes poco interesantes. Y todo, además, sin que suceda nada interesante durante la película.

Para colmo, salió a competir ese año con 'All about Eve', que trató la misma temática de actriz decadente y que, por supuesto, se llevó todos los laureles (más que merecidos: entre Swanson y Davis no hay color). Y es en la inevitable comparación con la obra maestra de Mankiewicz donde esta película desfallece todavía más.

Para la mayoría de la crítica fue una excelente película pero, siendo realistas, no aportó nada especial. Ni una sola escena interesante. Seguramente, la mayoría de las grandes valoraciones de esta película vienen cegadas por tratarse de una obra de Wilder, pero no hay que engañar a quien todavía no la vio: que nadie espere nada especial de esta película.

No vi la primera parte. Ni sé nada del libro. Me pusieron esta peli y, afortunadamente, me explicaron toda la película para entender algo, ya que arranca sin presentar a ningún personaje, sin explicar nada, y sin razón alguna. Una película así ya es para quitarla o levantarse e irse.

A continuación, me cuenta mi compañero de visionado no sé qué de un Capitolio y un programa de televisión. Yo, tosco, le digo: "la película, entonces, va de un gobierno que tiene un canal de televisión donde retransmite una lúdica y militar reducción de población, ¿no?". Básicamente, ese es el argumento.

Pero ahí no acaba la cosa: ¡resulta que es una película de fantasía! Cuando en la primera hora parecía tratar de política y suceder en un contexto realista (un gobierno y una población reconocibles, un canal de televisión...), ¡empiezo a ver efectos mágicos! ¡Al cabo de una hora!

Ahí ya dejé de hacerme preguntas (¿por qué le importa al gobierno si el programa tiene audiencia si tiene al país en pleno exterminio? ¿Cómo un país con 75 años de dictadura brutal tiene semejante desarrollo económico y tecnológico? Y un largo etcétera), para, sencillamente, anestesiarme y esperar a que terminase la película sin esperar nada.

Y ahí empezaron a meter un escenario fantástico con monos babuinos asesinos, nieblas venenosas y una serie de escenas que estaban diseñadas para mostrar músculo presupuestario en efectos especiales, pero olvidando las dotes interpretativas que tiene que tener una película para considerarse arte y, no menos importante, un guión y una historia que tengan algo de sentido.

En definitiva: una película que cree que cuenta algo pero que no cuenta nada, mal actuada y peor ejecutada. Desastre.

Y habla un fan de 'Pretty woman'. Que alguien pase por mi perfil a revisar qué puntuación di a 'Pretty woman'.

No sabría por dónde empezar. ¿La química entre los dos actores? Nula. ¿La química entre los dos personajes? Nula. ¿El guión? Incoherente hasta producir, literalmente, risa. ¿La edición? Nefasta. Sin sentido. ¿La fotografía? ¿Qué fotografía? ¿El vestuario? Kevin Costner va bien vestido. ¿La historia? Aburridísima y sin sentido. ¿Carisma? Ninguno.

¿Hay algo peor? Sí: que dura más de dos horas. Más de dos horas para aguantar una película donde no hay AB-SO-LU-TA-MEN-TE-NA-DA: ni romanticismo, ni actuaciones musicales interesantes (lo único que esperaba que salvase la peli, ¡y tampoco está!), ni guión, ni calidad actoral (Kevin Costner es tan expresivo como una freidora y Whitney por algo no hizo más películas), ni nada que mantenga la atención.

Es tan infantil, pero tan infantil, tan burda y simplona que casi parece hecho a propósito. Hay que tener muy mal gusto para considerar 'The bodyguard' una buena película, o mínimamente buena. Pero muy mal gusto. Sería comprensible si se tratase de la crítica de alguien adolescente.

La vi en pareja y no parábamos de preguntarnos, en cada escena, por qué sucedía tal cosa: "¿Quién es el tipo al que golpea Kevin y por qué lo golpea?", "¿Por qué esa explosión?", "¿Por qué tanta gente quiere matar a la protagonista?", "¿Por qué no tiene más guardaespaldas si todos sus fans la quieren matar?", "¿En qué concierto se ha visto que los asistentes intenten matar al artista?", "¿Por qué Kevin bebe tanto zumo de naranja y siempre está cabreado?", "¿Por qué Whitney trata tan mal a Kevin si se supone que esto era una historia de amor?", y así con todo.

Es todo una cadena de absurdos. Cualquier película de serie B está bastante mejor hilada que esta mierda. Lo prometo. Es patético ver a gente decir (como vi en alguna crítica en esta web) que la crítica tiene envidia del éxito de la película. Nadie en su sano juicio tiene envidia de un producto tan condenadamente malo.

Es tan mala que lo único que se puede escribir es una ristra de descréditos como esta presente, y es que no merece, de verdad, otra cosa. El propio visionado de la película explica por qué ninguna de las películas del director estrenadas en cine supera un 6,0 en Filmaffinity.

De las pocas veces que tuve la ocasión de ver algún minuto de esta serie, me pareció cada vez más horrible que la anterior.

No puedo creer, con el dinero que gana Mediaset, el poquísimo cariño y dinero con el que son capaces de hacer una serie que ve tanta gente. Ni una historia interesante, ni un decorado o un vestuario dignos, ni una iluminación digna... Nada.

Por no hablar de los "actores", que ya de por sí tienen personajes infantilizados al máximo, y que no ganan mucho con unas sobreactuaciones tan histriónicas, irreales, sin sentido y embadurnados con el sentido del humor de un niño.

Supongo que tiene éxito porque es lo "mejor" que hay en su género. Digamos que otras series como 'Gym Tony' o similares ponían el listón aún más bajo (cuando nadie pensaba que se podía hacer algo más zafio).

El que haya visto un capítulo de 'Roseanne' o 'Pepa y Pepe' no tendrá estómago para pasar más de 30 segundos delante de esta serie. Dos ejemplos de series de humor costumbrista sencillas, bien interpretadas, con una historia simple y bien ejecutada, originales y hechas con carisma y cariño. Todo lo contrario a 'La que se avecina', un producto puramente comercial diseñado para llamar la atención y pescar el fácil público que es el target joven: gente que no tiene apenas referencias para comparar lo que está viendo.