Aunque la dirección de David Fincher sea realmente excelente, utilizando una depurada técnica visual como claro ejemplo del buen hacer detrás de la cámara, la tensión y el suspense que deben ser las notas características del género del thriller se ven sepultadas por una excesiva duración del metraje, incapaz de conseguir mantener la atención del espectador sobre la sucesión de las numerosas y complejas conjeturas de las que consta la trama de la historia.

¿Qué verás?
1. Una película, que bien podría ser considerada un pseudo-documental por la sustanciosa información verídica que contiene, acerca de una serie de asesinatos rubricados por un mismo autor.
2. Verás a un inspirado Robert Downey intepretando al personaje más carismático y extravagante del film.
3. Ciertas escenas que te pondrán los pelos de punta (ver spoiler).
4. Una impecable dirección de David Fincher que dota al film de un riguroso formalismo estético.

¿Qué NO verás?
1. No verás una película al estilo de Seven, del mismo director, que es precisamente como se ha tratado de promocionar Zodiac. Aquí la trama se desarrolla con lentitud, y tampoco predominan las secuencias violentas y sangrientas de aquel film que otrora hizo las delicias del público. La larga duración, unida a la carencia de emocionante suspense, convierte a la película en una aburrida prueba de paciencia. Hacía tiempo que no veía a tantas personas abandonar una sala de cine a mitad de la proyección.
2. Aunque se trate de una película acerca de un asesino en serie, no verás infinidad de homicidios, a cual más retorcido que el anterior. Lo cierto es que los que se muestran son bien pocos. Tres, si no me equivoco.

Estamos en una etapa de decadencia artística. Hoy en día no se crea, se regeneran y reconstruyen ideas antiguas que han dado buenos resultados. Sólo hace falta echar un vistazo a la lista de refritos y secuelas que inundan la taquilla actual: El Novio de mi Madre, El Retorno de los Malditos (Las Colinas tienen ojos 2), Spiderman 3, Premonition, Tú la letra y Yo la Música, Las Vacaciones de Mr. Bean. Y están por llegar Piratas del Caribe 3 y Zodiac (que bien podría haberse llamado Seven 2 si hubiera cabido segunda parte de aquella exitosa y genial película).

La historia que nos relata Diarios de la Calle habrá sido contada, con sutiles diferencias, en un centenar de películas. Es la fórmula magistral de "profesor llega a instituto marginal" que se receta periódicamente al público cuando la escasez de ideas se hace notable.

Si a eso le sumamos un edulcorado guión mostrado con una anodina dirección que no presenta ninguna singular novedad, el resultado es que hayas de pensarte muy seriamente si vale la pena gastarte los seis euros que cuesta la entrada a la sala de cine.

¿Qué verás?
1. Una historia que cuenta con el reclamo de estar basada en hechos reales. Invita a la reflexión. Si esto está pasando de verdad es que algo no funciona bien en este mundo.
2. A una Hilary Swank que se lleva "de calle" la película. Estupenda interpretación, aunque las comparaciones con Michelle Pfeiffer pueden resultar odiosas.

¿Qué NO verás?
1. No verás ningún atisbo de originalidad.
2. No verás dureza, crueldad. La película es blanda hasta el elasticismo, incluso al mostrarnos las historias que nos relatan los alumnos sobre asesinatos o violencia doméstica que han vivido en su propia piel. No emociona.
3. No verás al resto del plantel de actores a la altura de la Swank; razón por la cual ella destaca muy por encima de ellos.
4. Aunque la película cuenta con la música de TuPac, Cypress Hill o Montell Jordan, no posee una banda sonora original tan buena como la de Mentes Peligrosas (1995).

Aunque Apartamento 1303 sea un compendio de efectos y golpes de terror de todas las películas japonesas que se han estrenado hasta el momento (cabellera negra colgando, móvil con fotos reveladoras, sonidos guturales, apariciones espectrales, gateos con la cabeza gacha), a diferencia de lo que podía pensarse en un principio y analizándola dentro del género, resulta un film bastante digno de ver, interesante, con algunos sustos inquietantes, y que mantiene la tensión casi hasta llegar a su desenlace.

A eso ayuda la interpretación de Eriko Hatsune que le da a la película esa veracidad necesaria para poder transmitir el suspense, incluso con algunos momentos dramáticos muy dignos.

Por lo demás, la película se desinfla por las pocas ideas innovadoras que contiene el guión, y por una forma de plantear el desenlace que no encaja con el resto del metraje, que parece adherido a éste por una inexperta mano mal aconsejada.

En definitiva, no es una mala elección para pasar una noche acurrucado con tu pareja en el sillón del salón, que si bien no aporta nada nuevo ni especialmente destacable, sí que dejará un buen sabor de boca para aquellos amantes del género, que verán sobresaltados sus corazones en alguna que otra ocasión. No está mal si lo único que buscas son sustos orientales.

El problema de Turistas reside en la ausencia de emoción, ya que una película de este tipo, con unos actores y un guión de segunda categoría, el único aliciente que puede tener es una historia con gancho, desarrollada con la sufiente contundencia como para resultar atractiva. Pero Turistas aburre, se hace lenta, pesada, y no cumple con ninguna de las expectativas que se le suponían.

¿Qué verás?
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1. Una historia con un comienzo prometedor que, al menos, despertará tu curiosidad sobre cuál será el cauce que tomarán los hechos. Pero pronto te das cuenta de que es la historia de siempre, pero contada con menos gracia.
2. Un ejemplo de cómo aburrir a un público deseoso de ver sangre y acción.
3. Al menos harás "turismo" junto con los protagonistas a Brasil (se ha rodado íntegramente en ese país), cosa que se agradece en este veranito tan caluroso.

¿Qué NO verás?
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1. Una peli de terror (le falta clímax terrorífico).
2. Una peli de suspense (aburren demasiado las absurdas persecuciones).
3. Una peli tipo gore (casi, pero le falta más ketchup a las únicas dos escenas sanguinolentas que contiene).
4. En definitiva, no verás bien invertido el dinero de la entrada del cine.

Entré a ver esta película con un optimismo inusual. Había leído que los expertos la encuadraban entre una mezcla de romance, comedia y drama, así que el film debía de hacer gala, cuanto menos, de originalidad. Sin embargo, a la media hora de proyección, uno se da cuenta de que está ante una trama contada con algunos matices para intentar presentarla como fresca y novedosa, pero que no impide disimular el intento fallido y tosco de querer reconstruir la misma historia de siempre.

Y es que Jon Kasdan cree, que por introducir algunos elementos singulares, ya debe de tildarse a su idea como inédita:
-El protagonista, un flacucho jovencito que escribe guiones de porno blando. Y yo me pregunto… ¿ese tipo de películas exige un guión? ¿De verdad invierten en pagarle dinero a alguien por realizar una tarea tan burda? Y ahí no acaba la cosa, sino que el mismo director le llama por teléfono, en pleno rodaje, para que la actriz sea capaz de comprender el sentido del libreto.
-Su novia que es una famosísima actriz, icono de adolescentes quinceañeras, que incluso sirve para publicitar una conocida marca de vaqueros. ¿Creéis de verdad que una actriz de ese nivel, que ha de cuidar tanto su imagen pública, puede permitirse el lujo de salir con un escritor de porno blando?
-La niña pequeña, una criatura resabida y empollona que, lejos de producir el efecto que pretende el director (sus intenciones huelen a Jerry Maguire), resulta de lo más impertinente, antipática y pedante. Pero… ¿habrá en este planeta una niña de apenas 10 años que practique el yoga?
-Y para terminar de construir el circo, está la hermana mayor, una adolescente que invierte su tiempo libre en pintar hermosos frescos a golpe de brochazos.

Más inverosímil resulta que ambas protagonistas, madre e hija, consideren al muchachito como un sabio consejero, capaz de embelesarlas sin poner mucho, por no decir nada, de su parte. Incluso la niña más pequeña sigue esa tendencia proponiéndole matrimonio.

Si las películas románticas suelen pecar de retratar un concepto de amor pasional, sin poder explicar la razón de su nacimiento; Entre Mujeres, que aún no está claro si relata una historia de amor o un desvarío de dos mujeres sujetas a un intenso período de estrés, muestra la irracionalidad más pura, el mayor de los absurdos del comportamiento humano.

Todo ello acaba construyendo una película absolutamente irregular, incapaz de encontrar el rumbo de sus pretensiones, que ni divierte, ni enamora ni entristece.