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España España · Córdoba
Críticas de Talía666
Críticas 1.441
Críticas ordenadas por utilidad
1
4 de octubre de 2021
3 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Éste es un telefilm basado en un libro escrito por la propia protagonista de los hechos. Se trata de un caso típico de violencia doméstica prolongada a lo largo de los años. Habrá quien prefiera llamarlo violencia de género, aunque yo personalmente creo que esto tiene poco que ver con el género y mucho más con otro tipo de problema. En este caso concreto se trata de un individuo con un serio problema de alcoholismo, de nula tolerancia a la frustración y de temperamento violento en general, con todo el mundo, no sólo con su mujer. Tenía aterrorizado al vecindario, violaba sistemáticamente a las hijas, amenazaba a todo el que le llevara la contraria... en fin, un pedazo de bestia en toda regla. Habría sido milagroso que con este curriculum a la mujer no la pegara también.

La cuestión es que después de 47 años de este panorama un buen día la señora agarra la escopeta del marido y le pega tres tiros mortales y se lo carga. El telefilme se basa en el movimiento social que se crea para que la justicia la exculpe y considere el crimen como un homicidio en defensa propia. Y el problema fundamental es que en el momento de los disparos el marido no la estaba agrediendo sino que estaba tranquilamente sentado en el porche zampándose una botella de whisky. La paliza se la había cascado un rato antes.

No voy a entrar en la cuestión que se plantea porque obviamente es un caso de maltrato de manual y yo a la señora ni la habría juzgado; directamente le habría dado un premio nacional por quitarse de encima a esa bestia y le habría levantado un monumento en el pueblo. Me voy a limitar a criticar lo que es la película propiamente. Y sólo puedo decir que creo que yo misma, que no tengo ni idea de hacer películas, no la hubiera podido hacer peor.

Mira que el caso es claro, que esa señora con ese historial tiene que dar una penita tremenda, que al espectador no le puede caber la menor duda de que ese animal de bellotas tiene que morir. Bueno, pues no. A la señora dan ganas de inflarla a hostias todo el tiempo. Dan ganas de zamarrearla y decirle: "pero reaccioneeeee, señoraaaaaaa, pordioooooosssss!". Es imposible empatizar mínimamente, es tal su sumisión constante hacia el marido, y su carita de cordero degollado mirando al tío que te tienes que contener para no levantarte a estrellar la tele contra la pared.

El tal Yves Rénier que ha llevado la historia a la tele consigue que además de cabrearte con el tío termines chillándole a la señora y a las hijas. A la señora por la cara de zumbada que tiene todo el tiempo, y a las hijas por no hacer nada para sacar a su madre de ese infierno. O sea, la pasividad de la familia ante la brutalidad del padre-marido es completamente de locos.

Por poner un ejemplo, una escena: se reúnen todos los hijos a comer en casa de los padres. Cualquiera que viera la escena no se puede ni imaginar que están con un maltratador. Un buen rollito de la hostia. El hijo llenándole al padre la copa y animándolo a beber. ANIMANDO A BEBER A UN CERDO ALCOHÓLICO MALTRATADOR!!!!! Me pinchan y no sangro. La única que parece un poco preocupada viendo al marido llenándose la copa una y otra vez es la señora, que está justo enfrente de él. Los hijos como si nada, como si no hubieran nunca visto al padre borracho montando un cirio y apaleando a la madre, que es lo que se supone que pasaba día sí y día también. Juro que estaba yo viendo la escena y no daba crédito. Pero qué haces, alma de cántaro, llenándole la copa a tu padre y haciendo bromitas con él? En fin, al final lo que era de esperar. El tipo se pilla tremenda papa, se mosquea, se abalanza para la madre, los hijos se largan de la casa llorando y dejando a la madre con el animal completamente enloquecido, y otra paliza al canto para la señora.

Y te quedas ahí con la boca abierta, con la mandíbula descolgada y totalmente ojiplática pensando: por qué coño estoy viendo esta mierda?
Talía666
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4
28 de enero de 2016
3 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante que soy una persona de izquierdas y además muy orgullosa de ello. Y sin embargo debo reconocer que no entiendo demasiado el planteamiento de esta película, que supuestamente es reivindicativo y progresista, aunque a mí me parece una auténtica antigualla.

Tal vez sea porque en realidad ese planteamiento ha quedado completamente obsoleto en los años que han transcurrido desde el rodaje hasta hoy, sobre todo a partir de la crisis que hemos venido padeciendo los 6 últimos años, durante la que todo ha cambiado radicalmente: las relaciones laborales, el concepto de estabilidad en el empleo y de estabilidad personal… todo.

Y claro, en este nuevo contexto en el que ya no se concibe el trabajo para toda la vida (salvo en la administración), en el que las relaciones entre asalariados y empresarios distan mucho de la familiaridad y la prolongación en el tiempo de aquellos días y en el que mucha gente tiene que buscarse la vida como autónoma para poder acceder al mundo del trabajo e incluso emigrar a otros países para trabajar en total precariedad, la situación que se plantea en esta película queda como muy viejuna.

Yo al menos no la entiendo. En la empresa donde trabaja el padre del protagonista se va a hacer una reducción de plantilla que se limita a los trabajadores mayores, que además van a percibir una buena indemnización, cosa que en los tiempos actuales no veremos jamás la inmensa mayoría de nosotros.

Para más inri el trabajo es una puta mierda; es una fábrica de estas de producción en cadena en la que cada cual se dedica en exclusiva a una máquina y se pasa el día metiendo piezas y dándole a una palanca. Una dos tres cuatro cinco seis… y así hasta dos mil o cuatro mil al día. Que no digo yo que no sea una forma muy digna de ganarse la vida pero vamos, como para ir a currar pegando saltos de alegría no es precisamente.

Y si una persona a la que le quedan pocos años para jubilarse tiene la oportunidad de prejubilarse o de ir un par de años al paro recibiendo una buena indemnización con la que montar un pequeño negocio o invertir en algo que le permita vivir más o menos bien hasta el momento de la jubilación… cuál es el problema? Dejar de levantarte tempranísimo cada día para alienarte en una cadena de montaje en la que tú simplemente eres unos brazos que meten la pieza en su sitio para empezar a vivir una vida un poco más grata y digna… esa es la gran tragedia de este hombre?

Ya digo que no entendí casi nada de la película y que me pareció como de otros tiempos, de hace mil años, cuando la gente nacía y moría en la misma empresa y los trabajos casi pasaban de padres a hijos. Las exigencias de la sindicalista me daban hasta risa porque hoy en día si llegas a una empresa en ese plan, poniendo los cojones encima de la mesa y tratando al empresario a grito limpio, se pueden descojonar en tus narices y ya te puedes estar dando media vuelta y largándote a tu casita.

En fin, no comparto en absoluto el entusiasmo de buena parte de las críticas con respecto a la película. No dudo de las buenas intenciones proletarias y sindicales de Laurent Cantet pero todo eso ha quedado tan atrás, sin que además los sindicatos hicieran gran cosa para evitarlo y beneficiándose además ellos bastante de la situación que se había creado, que ya no tiene ningún sentido volver a aquello más que en plan de curiosidad histórica.

En unos tiempos en los que se está replanteando prácticamente todo en el mundo del trabajo, el papel de los sindicatos, la negociación colectiva, la huelga como método de protesta… esta película suena a algo casi medieval. Dan ganas de decirle a Cantet: pero hombre, usted de dónde ha salido? Y claro, es que esto fue rodado en 1999, y quién se acuerda ya de cómo eran entonces las cosas. Yo muy vagamente, como de mi primera comunión, que recuerdo que la hostia se me quedó pegada al paladar y no había manera de despegarla pero poco más. Pues esto igual.

De todas formas tiene mérito rodar una película en la que no hay apenas actores profesionales. Aparte del jovencísimo Jalil Lespert, que hace un muy buen trabajo por el que se llevó el César al mejor actor revelación ese año, el resto son gente normal de la calle, por cierto bastante deteriorada físicamente (los padres parece que tienen 70 años), con toda probabilidad a causa de una vida de mierda muy parecida a la que se cuenta en la película y que por lo visto para el viejo, a juzgar por la depre que se pilla a causa del despido, debía de ser la hostia.
Talía666
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1
11 de octubre de 2011
3 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Últimamente no sé lo que me pasa pero no termino de ver ni una sola peli; unas porque no me entero de qué van (Inception); otras porque no me apetece tirarme dos horas en un ataud con un señor (Buried); y en este caso simple y llanamente porque me moría de aburrimiento viendo las aventuras y desventuras de esta niña y su patética familia en Roma.

No puede haber una comedia más plasta, más insulsa, más estereotipada, más simple, más sinsustancia, más soporífera, más tonnnnnnnnnnnnnnnnnnta... Esos personajes sólo tendrían sentido en una película con voluntad caricaturesca, esperpéntica, almodovariana incluso, pero desde luego si era eso lo que pretendía el director lo ha hecho con tanto disimulo que me ha engañado por completo.

Para hacer caricatura, para hacer esperpento, para reirse de uno mismo hay que saber. Para empezar hay que saber hacer partícipes a los demás de ese tono satírico, hay que saber crear una atmósfera, mantenerla, alimentarla, que el espectador sepa que aunque nos pongamos serios "estamos de cachondeo". Si este señor pretendía hacer reir conmigo la ha cagado, y si pretendía hacer llorar idem de lo mismo. Hace tiempo que no lloro porque no me guste una película. Bueno, es que no me quedarían lágrimas en el cuerpo.
Talía666
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3
1 de septiembre de 2023
2 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos encontramos ante el típico producto televisivo de crónica negra que se caracteriza por un paisaje brumoso, unos personajes muy tortuosos que casi nunca se ríen y todos tienen un montón de cosas que ocultar, y un misterio sangriento que resolver. En este caso, para darle más vidilla aún a la cosa, el trío Lalalá de creadores, Morais, Sierra y Guntín, se montan también un triple misterio, uno por cabeza. Resulta que el crimen actual (ocurrido en 2019) es un calco de una cadena de crímenes cometidos en 1919 y repetidos en 1989. Vamos, que en la isla esta, Néboa, cada X años aparece un tarado que se dedica a asesinar a cinco personas, siempre cinco, disfrazado con una careta de Urco, que por lo visto es un personaje popular de la cultura tradicional gallega. El sujeto en cuestión aprovecha las fiestas de carnaval, en las que todo el mundo va bien camuflado, para perpetrar sus crímenes y así darle mayor suspense a la cosa.

A ver, el argumento en sí mismo es tan rebuscado, lioso y rocambolesco que la credibilidad desde el minuto uno queda bastante en entredicho. Y ya cuando aparece la inspectora de la Guardia Civil, que no es otra que Emma Suárez, acompañada por su hija adolescente, que la trae con ella porque el novio le ha pegado una paliza y para quitarla del peligro no se le ocurra nada mejor que traérsela al curro en una isla en la que hay un asesino en serie suelto, pues mira, ya apaga y vámonos. La teniente todo el día de arriba abajo, la niña sola en el pueblo, relacionándose alegremente con los sospechosos como si nada, la madre pasando olímpicamente de la criatura, en fin, un despropósito tras otro de principio a fin.

Luego, para darle al lugar un aspecto lo más tétrico posible ponen constantemente una niebla que no se ve un carajo. Bueno, no ves un carajo tú, que eres el espectador, porque la teniente ve perfectamente con una linternita de éstas mini que se suelen tener en casa por si se va la luz. Y la tía se pega unos tutes de correr por mitad del monte con esa niebla espesa que tú no te puedes explicar cómo es posible que no se pegue un guarrazo detrás de otro. Otro despropósito.

Luego hay otra inspectora, interpretada por Isabel Naveira, esta perteneciente al paisanaje isleño, que se encarga también del caso pese a que su marido y su hijo están entre los principales sospechosos. Una cosa como muy loca, porque como todo el mundo que haya visto alguna vez una serie de polis sabe, un detective cuya familia está implicada en un caso es apartado inmediatamente del mismo. Bueno, pues aquí no, aquí la señora empapándose de todo y luego yendo tranquilamente a su casa a comentar el tema con la parentela. De verdad, se han jartao de chinchón pa escribir este guion?

El mafioso local, que por supuesto se dedica al narcotráfico, como no podía ser de otra manera en la costa gallega, es el principal sospechoso, y sus fechorías con las drogas dan lugar a la obligada trama paralela que nunca puede faltar en un thriller a la española.

Y luego tenemos la otra trama, la de la niña y el novio maltratador, que tampoco falte nunca la dosis de violencia de género en un producto nacional, por favor. Luego pasa lo que pasa, que ganamos un Mundial de fútbol femenino y al final el evento pasa a la historia por un beso. Como dijo el poeta, por un beso de la flaca aquí liamos la traca.

En fin, que la serie, a pesar de todos los despropósitos, cumple con su función de entretener, pero muy poco memorable, la verdad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Talía666
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4
17 de junio de 2016
1 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como tengo un hijo que le va el rollo rapero
se me ha pegao el tema pa criticar a esta tía que hacía sombreros.

Y si el dire de la peli se llama Christian Duguay
me lo está poniendo a pelo pa nombrar en mi rima al Paraguay.

La señora esta de la peli va de tía independiente
pero se lo monta con los tíos en plan madame y cliente.

Vale, nene, tú me molas
pero si puede ser me montas una tienda pa que la peña haga cola.

Yo te monto lo que quieras, corderita
porque pa eso te pones pantalones y te los atas con una guita.

Y te voy a llamar la Coco
como al de Barrio Sésamo que se comía hasta los mocos.

Soy Coco soy Coco dame galletas
y te diseño un vestido que te levante las tetas.

Pos mejor diséñame un sostén
que lo flipe todo el mundo porque sea mu fetén.

Ay, no puedo diseñarte
porque me he enamorao de ti y me coartas mi arte.

Pos diséñame una corbata
que no sea para mí, que sea para mi gata.

Te diseñaría un condón
pa que tengas abrigaíto eso que a mí me pone más dislocá que el copón.

Ya sé que no soy mu rapera
y que la improvisación se me da fatal tela marinera.

Pero lo que más me alucina
es que la Shirley MacLaine haga de la tía esta prima.

Shirley, tía, qué te pasa??
Que con la Irma la dulce no tuviste bastante guasa??

Yo a la Chanel número cinco
aunque la rima sea cutre, por el culo me la hinco.

Y con esta rima infumable
termino ya esta crítica que es más plasta que el tío del sable

Mira que empezó rapera
pero al final se me ha puesto entre flamenca y rumbera

Y es que aunque me mole el rapeo
yo la rima asonante francamente no la veo.
Talía666
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