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Críticas de kubrick_is_alive
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Críticas 131
Críticas ordenadas por utilidad
3
21 de septiembre de 2015
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El cine de Alexandre Bustillo y Julien Maury encierra una mecánica simple que funciona especialmente dentro de aquellos círculos que les encumbraron demasiado pronto con su primera y violenta película: o lo tomas o lo dejas, o te lo crees y lo aceptas o estás fuera. Ha sido así desde sus inicios, desde aquella “À l’intérieur” que ya mostraba algunas de las debilidades de lo que sería posteriormente su cine. Es decir, una premisa que debes tragarte sin rechistar si quieres seguir disfrutando de la propuesta, agujeros de guión a mansalva, y cierta desidia en el desarrollo y la confección de personajes que hace difícil que simpatices con ellos y lo que les pase.

Todas estas particularidades se encuentran potenciadas en “Aux yeux des vivants”. Interpretaciones no demasiado sobresalientes, que no horribles, poca empatía hacia sus personajes, una historia que va avanzando a trompicones, repleta de diálogos bastante endebles y pasajes incoherentes, y una premisa argumental mal desarrollada y rematada. Al menos su debut en el largometraje contenía la suficiente dosis de salvajismo visual y tensión como para que todas sus costuras quedasen mejor disimuladas. Aquí, solamente la escena inicial, donde los realizadores parecen homenajearse a sí mismos a través de la presencia de la excelente Béatrice Dalle, y la figura del villano de la función –eso sí, su historia también está desaprovechada- recogen toda la esencia de estos enfants terribles del cine galo a los que no ha tardado mucho en vérseles el cartón.

Lo demás va en picado conforme avanza el metraje, y recoge un estilo mucho más comedido que el de sus anteriores filmes. Será por ese homenaje al cine juvenil que ambos dicen haber buscado con la película, que hace que algunas escenas de asesinato estén cortadas y suavizadas y la dosis de hemoglobina sea menos letal de lo habitual. Durante sus ochenta minutos de duración puede desprenderse cierto aroma al grupo de amigos de “Cuenta conmigo”, cierto recuerdo a las bicis de “E.T.”, e incluso podría pensarse en cierto paralelismo entre el Sloth de “Los Goonies” y el asesino de la cinta. Pero la domesticación de las ansias gore de sus responsables y el extremismo de la Nouvelle Horreur Vague no acaban de encajar del todo con ese cine familiar al que pretenden reverenciar.

Lo que queda es un film irregular, donde Bustillo y Maury juegan a desmontar y distorsionar la unidad familiar. Una visión siniestra del cine con el que toda una generación creció, servido en bandeja naíf para otro espectro fan poco exigente, que sigue pensando que estos dos señores merecen todas las alabanzas posibles, pero cuya última obra es la prueba que necesitamos los demás para corroborar que están excesivamente sobrevalorados.

A favor: el inicio, y la figura del asesino
En contra: la mala unión entre cine ochentero y terror extremo francés, y que se le ven las costuras a muchos niveles, especialmente al guión
kubrick_is_alive
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5
27 de agosto de 2015
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Un terremoto, un tornado, un edificio en llamas, una ola de dimensiones dantescas, un meteorito acercándose peligrosamente a la Tierra… Da igual cuál sea el cataclismo que se nos avecina. El cine de catástrofes solamente tiene una máxima por delante, la espectacularidad como leit motiv, la fórmula del más y más como único vehículo narrativo con el que sacudir y golpear al espectador. Y, por qué no, la seguridad que otorga a éste saber que lo que ve es ficción, y que se encuentra cómodamente en su butaca.

“San Andrés” sigue esa fórmula, y de ahí no se despega durante buena parte de su metraje. No pretende ser pretenciosa ni grandilocuente, y da al público lo que quiere, toneladas de edificios cayendo ante sus ojos y destrucción a mansalva. Más allá de eso no es más que una mezcla de todos los tópicos y nada exigentes moldes que han asentado este tipo de cine, y en ese sentido todo en ella cumple. El reparto cumple –unos más que otros- sin estar brillante, Dwayne Johnson desprende carisma por cada músculo de su cuerpo, las secuencias de acción son mastodónticas, los efectos especiales también cumplen a pesar de que en más de una ocasión se les vea el plumero, y la banda sonora de Andrew Lockington es efectiva y de lo más adecuada para cada situación que presenta la cinta.

No es una propuesta indicada para aquellos más exigentes que antepongan el guión sobre otros muchos aspectos. Porque no deja de ser una película que bien podría haber dirigido Roland Emmerich, pero tratando de tomarse a sí misma demasiado en serio, para al final acabar resultando igual de estúpida. Personajes de cartón piedra –se lleva la palma el de Ioan Gruffud, arquetípico de este tipo de producciones-, situaciones estereotipadas y que violan cualquier lógica física y argumental, y una trama familiar de por medio más bien floja que puede interesar o aburrir soberanamente.

En ese sentido no decepciona como entretenimiento pasajero, que se ve tan fácilmente como se olvida, si no se va buscando más que eso. Es sincera en sus intenciones, y la gran tapadilla dentro de los blockbusters veraniegos. Pero tampoco será un referente dentro del género. La sucesión de planos descaradamente digitales que propone Brad Peyton no está a la altura de la artesanía de estudio de Mark Robson en “Terremoto”, pero tampoco lo pretende. Siempre nos quedarán todos aquellos títulos de oro de los 70 repletos de estrellas del celuloide.

A favor: Dwayne Johnson, y su dosis de espectáculo digital
En contra: el guión, e ir buscando en ella algo más que lo que ofrece
kubrick_is_alive
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3
7 de enero de 2015
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si en “Cómo acabar con tu jefe” el trío protagonista confundía “Extraños en un tren” con “Tira a mamá del tren”, resumiendo así todo el espíritu de la cinta, aquí lo tienen más claro a la hora de escoger su referente. La elegida es “Nine To Five”, una referencia menor a la de las propuestas de Hitchcock y De Vito, una comedia que viene a encerrar como metáfora impremeditada el resultado final de esta secuela de incomprensible título en castellano. No, no hablo de que sus personajes sean el espejo cobarde de la Jane Fonda de aquella cinta, sino de que a fin de cuentas esta nueva entrega es muy inferior a su predecesora.

Bien es cierto que los escrotos de la primera estaban más que arrugados y vacíos, como diría el personaje de Kevin Spacey, y que en ese sentido una segunda parte era totalmente innecesaria. No había nada más que explotar en ella, pero el dinero manda, y no siempre genera más dinero, y mucho menos más calidad. Estos nuevos jefes horribles parecen ir bien hasta que aparecen el propio Spacey, y luego Foxx, y por último Aniston, que juntos podrían considerarse lo mejor de la función. A partir de ahí la nostalgia se activa y las comparaciones son más que odiosas.

Es como la metáfora del “Roar” de Katy Perry que usan en la película. Si tienes un buen día, te gustará. Si no, te parecerá una soberana tontería. Aquí viene a ocurrir lo mismo, y el que te guste más o menos dependerá de cómo tengas el día. En este caso el cambio de guionistas le ha sentado muy mal, y el recuerdo de la anterior tampoco la ayuda. Aquel enorme MacGuffin que suponían los diálogos del trío protagonista ha perdido toda la frescura. Aquí estos detalles parecen no llevar a ninguna parte. Falta esa comedia de enredo improvisada que desprendía su predecesora y la nueva está falta de chispa, es previsible y su humor es más básico. Falta incluso el trío de jefes cabrones, pues ni Chris Pine ni su personaje tienen el carisma suficiente, ni Christoph Waltz está lo suficientemente aprovechado.

Lo que resulta es un film sencillamente entretenido. Esto podría ser bueno, pero “Cómo acabar con tu jefe” merecía algo más. O estabas a la altura o mejor no hacer una secuela. Y no han conseguido estar a la altura. Sí, tiene momentos francamente divertidos y desternillantes, pero en general es una comedia floja y olvidable, falta de innovación y funcional. Vamos, consigue que aquella sorpresa de 2012 roce la maestría.

A favor: las apariciones agradecibles de Spacey, Aniston y Foxx
En contra: no aguanta las comparaciones con su predecesora
kubrick_is_alive
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5
17 de mayo de 2007
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
(2 sobre 5) Poco bueno se puede decir del último trabajo del sobrevalorado Darren Aronofsky, salvo sus dos actores protagonistas y la belleza de sus imágenes. "La fuente de la vida" demuestra que su director tiene graves delirios de grandeza. Ha decidido verse reflejado en un nuevo Kubrick o Tarkovski y ha parido una película bella formalmente y a ratos entrañable, bonita, pero en la que subyace un afán de pretenciosidad alarmante. Por si no fuera poco, en los últimos minutos presenta en imágenes la idea principal del film y que ya intuíamos fácilmente a lo largo del mismo, en un desenlace redundante, que está simplemente de más.
kubrick_is_alive
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5
21 de octubre de 2015
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo malo de llamarse Eli Roth es que tus fans más acérrimos esperan de ti siempre lo mismo. Miembros cortados, sangre a raudales, mala leche y un concepto muy propio de lo que es el entretenimiento. “Toc Toc” no tiene nada de lo primero, pero sí que la lectura de su mensaje entre líneas es de lo más perversa y entretenida.
El director se pone en la piel de dos sexys jovencitas que trastocarán la idílica existencia –demasiado idílica, tanto que empalaga- de un feliz padre de familia que debe quedarse solo en casa para acabar un importante trabajo. Y a través de ellas habla de la infidelidad y de las debilidades de la carne en una batalla de sexos en la que las mujeres tienen las de ganar. Pero a su manera. Porque su última película, aunque le pese a todos esos fans que cargarán contra ella, es puro Eli Roth, aunque tenga un claro olorcillo a film de encargo.

El responsable de la incomprensiblemente controvertida “The Green Inferno” mantiene esa mala uva tan característica de su filmografía y se desenvuelve la mar de bien dentro del terreno del thriller de suspense. Roth hace suyo el material, sin un estilo personal a la hora de filmar las escenas –aunque nunca lo ha tenido-, pero manejando con solvencia todos los resortes de un film de estas características, y volviendo a dejar el sexo como detonante de toda esa pesadilla que vivirá un Keanu Reeves no tan creíble y atractivo como sus compañeras Lorenza Izzo y Ana de Armas, dos portentos que mezclan lo sensual y lo peligrosamente divertido.

Un agradecido cambio de registro que demuestra que el cineasta es capaz de afrontar otro tipo de géneros, si bien esperemos que vuelva pronto a ese terror tan visceral y malsano que le ha dado la fama. Aquí al menos mantiene ese espíritu travieso que se echaba de menos en su película anterior. Una especie de “Funny Games” pasada por el filtro de la exploitation setentera, que no deja a los hombres en muy buen lugar. Cuidado con el Día del Padre y los regalos caídos del cielo. Especialmente si llaman a la puerta en forma de maquiavélicas y juguetonas lolitas.

A favor: Lorenza Izzo y Ana de Armas, lo juguetona que es la propuesta, y ver a Roth desenvolviéndose bien en otro tipo de producto
En contra: la poca credibilidad de Keanu Reeves y que los fans de Roth no encajarán bien este cambio de registro
kubrick_is_alive
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