La filosofía y los rituales hindúes que rodean la muerte en la India tradicional, están perfectamente recogidos en esta peli. Sin profundizar en el tema de la creencia en la reencarnación, tras la muerte, nos presenta ese universo de creencias ideológicas de forma sencilla y hasta amable. Una pena, a mi entender, que no se haya atrevido a enfrentar las contradicciones que se dan hoy en la India entre una mayoría todavía creyente y una minoría cada vez más extensa de no creyentes. A ver si en su próxima peli el director se atreve con ese tema. En cualquier caso, vale la pena verla. Buenas interpretaciones.

El meollo de esta peli es la mentira. Una mentira que los tres protagonistas, agentes del servicio secreto israelí, se ponen de acuerdo en mantener y mantienen durante 30 años. El más reacio de los tres, a defender esa confabulación, tiene, antes y después del momento clave de la peli, una actitud insegura y errática. Quizás es la pieza más endeble de esta especie de rompecabezas, que se desenvuelve con estilo algo pasado de moda. Pero a mí, hasta que no me digan por qué el médico nazi no los denuncia a los tres a la policía de Berlín, me queda una gran duda, y lo considero un fallo muy importante del guión. Grandes actores en una trama menor y prescindible.

Excelente historia sobre una pareja tan distinta como complementaria. Un ex campeón de lucha libre, ya muy deteriorado, y un vividor que se agarra a él como a su último recurso. Y en en el seno de esta extraña relación simbiótica aparece incluso cierto afecto, cierto calor humano. Como el que puede surgir entre dos naúfragos que se ayudan mutuamente a sobrevivir. El resto de actores rellenan con eficacia el poco espacio libre que los dos protagonistas dejan. El desenlace final es, sin embargo, desconcertante. Al menos, yo no lo entiendo.

Bueno, la cosa va de un joven simplón que llega de Buenos Aires a un pueblo del Norte de la Argentina, porque un tipo le ha llamado para decirle que puede cobrar una pasta del seguro de su madre (con la que no mantiene relación alguna desde hace muchos años), que a muerto asesinada junto a su hermano menor (al que apenas conocía). Al llegar a ese pueblucho (que por cierto, nunca vemos), el tipo que lo llamó, un delincuente de medio pelo, le va llevando poco a poco a su terreno, hasta convertirlo en una especie de colaborador ocasional. Al final la cosa se lía, hay muchos tiros y muertes, y el simplón se va para Brasil (su idea fija), con la guita que ha mancao, aunque tampoco sabemos qué piensa hacer allí. Argumento flojo y bastante previsible. Destaca esta vez la actuación de LSvariaglia, haciendo de malo. En cuanto al otro protagonista, el simplón, no sé, tal vez nos podría explicar alguien qué hace allí un personaje tan anodino del que desconocemos casi todo. Sobre todo dado que él es muy parco en palabras y en gestos. Bueno, para pasar el rato más o menos entretenido.

Una película tan sobria como inquietante. Sin necesidad de recurrir a ningún truco efectista (tan abundante por desgracia en muchas pelis), no de mostrarnos una sola escena de violencia, la angustia y el miedo planean sobre esta historia tan verídica como casi increíble. Y para dotarla de rotundidad en la pantalla, dos actores protagonistas inmensos en sus papeles. Sin olvidar a los secundarios, que están a la altura. Y al final, al final de todo, la pregunta más inquietante de todas y a la que nadie parece ser capaz de dar respuesta: ¿qué puede mover a un hombre a actuar de ese modo tan perverso y cruel?