Mezclando con acierto géneros como la ciencia-ficción, la intriga policiaca y el terror, esta 'monster movie' es una de las varias películas de los años 50 que advertían sobre el peligro del uso de armas atómicas.

El magnífico guión es obra de Ted Sherdeman basándose en un argumento de George Worthing Yates, guionista de "La Tierra Contra Los Platillos Voladores" (1956) o "La Conquista Del Espacio" (1955), entre otras cintas de serie B de la época encuadradas en el género de ciencia-ficción.

El inicio de esta película es espléndido, nada apresurado y sabiendo transmitir toda la tensión y el suspense, creando con mucho talento una atmósfera enrarecida en un ambiente desértico que involucra con éxito al espectador dentro de la trama.

Las presencias de James Whitmore y Edmund Gwenn dan gran empaque al reparto, mientras que los efectos especiales (aunque anticuados lógicamente en comparación con los utilizados hoy en día) no están nada mal, no desentonando en absoluto con el tono atemorizador de este clásico de la serie B cuya influencia es clara y manifiesta en futuros y exitosos cineastas con muchos más medios a su alcance como Steven Spielberg ("E.T., El Extraterrestre", "Parque Jurásico"), Ridley Scott ("Alien: El Octavo Pasajero"), James Cameron ("Aliens"), John Carpenter ("La Cosa") o David Cronenberg ("La Mosca").

Intriga política que sirvió como propaganda para denunciar el fanatismo de los nazis en época de la Segunda Guerra Mundial, mostrando también la antipatía hacia el pensamiento totalitario por parte del exiliado Fritz Lang, director de esta notable película con guión de Dudley Nichols basándose en una novela de Geoffrey Household.

Un excelente Walter Pidgeon protagoniza este film agraciado por una puesta en escena magnífica, con un talento admirable de Lang en la composición de planos con el fin de acentuar las emociones buscadas.

Destacan igualmente la utilización de enfáticas sombras y el uso preciso de la voz fuera de cuadro, así como las escenas de persecución en escenarios nebulosos, de encerronas en ambientes selváticos o de emboscadas subterráneas en el metro, todas ellas secuencias magistrales impregnadas de un logrado suspense.

Además el tono amenazador que destila la cinta está muy conseguido tanto por la absorbente narración del maestro Lang como por las imponentes presencias de George Sanders y John Carradine.

Aunque Joan Bennett está fantástica en su interpretación otorgando dimensión y calado a su personaje con algunos rasgos de comedia con choque de clases, su relación romántica con el protagonista quizá sea lo menos interesante de esta muy recomendable película.

Excelente film de boxeo dirigido por Mark Robson y protagonizado por Humphrey Bogart en su última aparición cinematográfica.

Robson, que unos cuantos años antes ya había filmado "El Ídolo De Barro", otra de las grandes películas de ambiente pugilístico, adaptó en esta ocasión una novela de Budd Schulberg con guión de Philip Yordan.

El resultado fue "Más Dura Será La Caída", sobresaliente título en el que se retrata con verismo, crudeza y aspereza las conspiraciones e insidias que tienen lugar en el entorno de un boxeador, pero poniendo el foco en un periodista honesto ofuscado por las manipuladoras maquinaciones alejadas de cualquier atisbo de ética de las que es testigo. La confrontación psicológica entre este personaje interpretado por Bogey y el de un brillante Rod Steiger es uno de los puntos fuertes de esta sensacional película, al igual que el extraordinario trabajo de montaje, sobre todo en las escenas de combate encima del ring.

En una trayectoria plagada de interpretaciones memorables, esta se encuentra entre las más brillantes de la gran Bette Davis, dando vida a un personaje de fuerte hondura psicológica.

Su enorme talento engrandece este exitoso melodrama basado en una novela de Olive Higgins Prouty en el que se acometen temas como el enfrentamiento materno-filial, la anulación de la personalidad, la independencia, el triunfo social, la valentía, la frustración, la necesidad de cambio, el sentimiento de culpa o la liberación de los sometimientos.

Irving Rapper, quien reemplazó en la dirección de esta película a Michael Curtiz y a Edmund Goulding, realiza una magnífica labor, con elegantes movimientos de cámara en las escenas rodadas en la mansión familiar, siempre con un sentido narrativo y demostrando un inteligente gusto por el detalle.

A pesar de un exceso de glucosa en los momentos más melodramáticos, especialmente desde la aparición de la niña, la película es muy notable, con una refinada puesta en escena, una fenomenal fotografía de Sol Polito, una destacada banda sonora de Max Steiner y un desempeño interpretativo de gran nivel, con una grandiosa Bette Davis al frente bien secundada por actores de la talla de Claude Rains, Gladys Cooper o un sensacional Paul Henreid encendiendo dos cigarrillos a la vez en una mítica y famosa escena.

Frank Capra se basó en una historia escrita por Lewis R. Foster para crear, con la ayuda del guionista Sidney Buchman, esta película idealista en la que se pone en valor la honradez y hasta la pérdida de inocencia de un simple guardabosques, el cual en un combate similar al de David y Goliath, se enfrenta con espíritu quijotesco a las corruptelas organizadas por interesados empresarios y enviciados políticos.

"Caballero Sin Espada" es una magistral comedia dramática, uno de los títulos más destacados y representativos del cine de Capra, un tipo humanista y crítico con el poder, siempre preocupado por las injusticias sociales, consciente de la fuerza y el poder del pueblo y de su unión para poder hacer frente con eficacia a dichas injusticias y con ello lograr una mejor democracia.

Capra por supuesto también era un absoluto defensor de la dignidad y la libertad del individuo, concretamente en esta película hace hincapié en la fundamental importancia de la libertad de expresión y de prensa.

Otras imprescindibles obras caprianas como "Vive Como Quieras" o "Juan Nadie" inciden también en esas constantes tan identificativas del cine de este gran cineasta de origen italiano.