25 años después de su primera entrega, llega la cuarta y última (?) aventura de Woody y tus muñecos preferidos.

Luego de acompañar todo el crecimiento de Andy, nuestro vaquero ahora vuelve a arrancar con la pequeña Bonnie. Pero parece ser que la niña no le da tanta bola como su anterior dueño, lo que tiene a Woody medio culo inquieto. Con la llegada de Forky parece encontrar su función, la de docente. El tipo quiere traspasar su experiencia a los nuevos, pero justo pasa lo de siempre: un viaje, un tropezón, muñecos que se pierden, otros que van a su rescate, y todo a escondidas de los humanos, aunque la verdad, cada vez se preocupan menos por disimular ante ellos.

En fin, en medio de toda esta aventura metemos también una trama romántica, mechado también con relaciones posesivas o libertad, un poquito de girl power para estar a la altura de la época y la aparición de nuevos personajes (uf, cada vez son más).

La calidad de la animación es cada vez más impactante, y la historia cierra por todos lados si se ve a modo de epílogo. No la sigan porque chocan la calesita.

...o “Cómo hacer una biopic sin hablar directa y específicamente de esa persona”.

Si bien esta película intenta mostrar a Fred Rogers, creador y presentador de un programa de televisión para niños, que se mantuvo al aire por casi cuatro décadas, lo hace de manera indirecta, a través del drama personal de su protagonista, Lloyd. Éste es el escritor de una revista, bastante amargado y desconectado con sus emociones, que tiene que hacerle una entrevista al famoso animador. Se genera una especie de amistad entre los personajes, y veremos cómo los consejos de Fred ayudan a resolver los dramas de su compañero.

Básicamente la peli es eso, mostrar lo que era este hombre, no a través de sus experiencias, sino de cómo ha influido en la vida de muchas otras personas, dejando así un velo de misterio sobre su privacidad.

Es bastante entretenida, pero no la gran cosa. Lo más destacable es el trabajo de Tom Hanks y dos escenas que realmente logran traspasar la pantalla.

Drama que muestra la carrera espacial de la NASA durante la década de 1960, centrada en Neil Armstrong (Ryan Gosling). Nos hace vivir en primera persona el desarrollo de las misiones Gemini y Apollo, desde una perspectiva no tan heroica o nacionalista como acostumbran este tipo de películas.

Damien Chazelle se está consagrando como el mejor director de estos días, seguramente será uno de los máximos exponentes de nuestra generación.

La actuación de Gosling es impecable, acertada y muy eficiente. Es un tipo que sabe administrar sus recursos a la perfección.

Yendo a aspectos técnicos, la fotografía es excelente, con algunos planos de composición espectacular; la banda sonora es una locura, de una tremenda versatilidad, con ejecución de sonidos fuera de lo normal; el montaje es impecable, ya que logra que una película de casi dos horas y media jamás pierda su dinamismo; y el diseño de producción es el resultado de un enorme presupuesto administrado como corresponde.

La historia se centra Travis (Robert De Niro), un joven recién regresado de Vietnam, quien para combatir su problema de insomnio decide manejar un taxi por las noches. El tipo tiene serios problemas para relacionarse con las personas y adaptarse al ambiente, y poco a poco iremos viendo su transformación hacia la desolación, la violencia, la locura. Sus fallidos intentos de integración, a causa de su torpeza, se convertirán en una actitud “depuradora”, guiada por su desvarío mental.

El trabajo del actor es impresionante, de gran versatilidad, y a través de este personaje se nos ofrece la mirada de un mundo en decadencia, corrupto, salvaje, desesperanzador.

Otro exponente de la relación amor-odio que Scorsese mantiene con la ciudad de Nueva York. Amor, obsesión, no lo sé, pero sin dudas hay una gran fascinación por retratarla. ¿Odio? No, creo que exagero, pero denuncia seguro, le encanta describir las cualidades “poco felices” de la ciudad.

Habiendo dicho eso, aclaro que en este caso, aunque usándola de modelo, no se centra en ella, extiende su crítica a una sociedad demográficamente más amplia, a sus injusticias y a como miramos sin actuar, dejando que sucedan impunemente. Lo mismo hace él como director, se acepta dentro de ese sistema y no juzga, no concluye en nada, sólo muestra. Excelente.

La voz en off de Travis escribiendo su diario, la música original (una melodía de saxo que se te queda en la cabeza por horas), el ritmo cansino del relato y la forma de fotografiar la ciudad (sucia, oscura, con luces encandilantes y encuadres incómodos) son el transporte perfecto para sumirnos en el estado mental y emocional del protagonista.

Adaptación de la novela de Donald Roy Pollock, quien además pone la voz narradora en la peli. Y si creías que George RR Martin era el único que mata personajes a rolete, "pues no, mi ciela". (a los correctores de FA, es una cita a un video viral, no se trata de un error ortográfico ni estoy tratando de usar el lenguaje inclusivo que no me permiten)

Todo sucede en una zona rural del sur de los Estados Unidos, entre las décadas 1940-60. Si bien la historia se posa un poco más en Tom Holland, vamos a conocer un grupito de personajes que, como en todo pueblo chico, de alguna manera terminarán interconectados luego de una serie de asesinatos y mucha cosa turbia. Hay algunos temas en los que se pone el foco: la maldad, el abuso y el fanatismo religioso (ah re que no es tan difícil unirlos).

No te voy a contar mucho más de la trama porque ya es bastante predecible conforme pasan los minutos, aunque no voy a quitarle méritos al director por tratar de evitarlo. Lo bueno de su método es que no te cuenta todo cronológicamente sino que tiene un par de idas y vueltas en el tiempo como para que todas las subtramas y el numeroso elenco sean bien distribuidos en el relato.

Tiene una estética muy bella con un estilo elegante de dirección que me recuerda a la última de los Coen; el guión cumple a pesar de que algunas cosas estén atadas con alambre y el laburo actoral es bastante bueno, sorprende Holland y también se destacan Robert Pattinson, Eliza Scanlen y Bill Skarsgård.

En definitiva, un film que aunque pueda ser intrigante resulta sencillo de ver. Ideal para hacerlo tranca en un momento de relax, total si te perdés de algo tenés constantemente la voz en off que te orienta.